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Alberto Samuel Yohai

Los milagros existen

Colombia debe reevaluar política relacionada con los topes establecidos para los operadores, que limitan la cantidad de espectro al que puede acceder.

Alberto Samuel Yohai
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Alberto Samuel Yohai

Hay quienes le atribuyen a Aristóteles la conocida frase: “el hombre es animal de costumbres”. Durante el último cuarto de siglo, nos hemos acostumbrado a una magia increíble, que se ha vuelto normal en la cotidianidad: las comunicaciones/datos móviles.

Pensemos un instante lo increíble que es, desde cualquier lugar del mundo, poder vernos en tiempo real, o tener acceso al conocimiento universal desde un aparato que lleva su propia energía y que cabe en un bolsillo. Esa es la belleza de la tecnología, hacer posible lo imposible. Hacer milagros a partir de la innovación, la creatividad y la ciencia para sacar el mayor provecho posible y mejorar nuestra calidad de vida.

Para lograrlo se requieren muchas cosas, una de las cuales es quizás el insumo más importante y sin el cual las comunicaciones móviles no existirían en ningún lugar del mundo… el espectro radioeléctrico. Igual que el oxígeno que conocemos muy bien, un recurso invisible, pero absolutamente necesario, el espectro también es invisible pero necesario para poder transmitir voz y datos en redes móviles. No exagero asegurando que es lo más importante para las telecomunicaciones en general.

Es un recurso natural y limitado que deberá distribuirse de la mejor manera para maximizar el bienestar de los ciudadanos por medio de los servicios que los operadores ofrecen.

Sin entrar en detalles técnicos, hay todo tipo de posibilidades y bondades en las distintas bandas. Pero expertos coinciden que hay un espectro alrededor del mundo que es el peor de todos… el que no se asigna, no se puede usar, el que los estados no quieren subastar. El que los ciudadanos no podemos aprovechar.

Celebramos los esfuerzos del Gobierno para aprovechar, subastar y asignar el espectro requerido para contar con servicios 5G que permitirán mayor velocidad y menor latencia, que ya están disponibles en más de cien países alrededor del mundo. Debemos asegurar que la subasta llegue a buen puerto y ser conscientes que bajo la premisa “el peor espectro es el que no se asigna”, nos enfrentamos a un desperdicio en materia de espectro para el sector y para el país, los topes actuales interpuestos a los operadores móviles.

Ante las realidades y limitaciones económicas del mercado, Colombia debe reevaluar la política pública relacionada con los topes establecidos para los operadores, que limitan la cantidad de espectro al que puede acceder y poner a disposición de sus usuarios.

Desde hace años se ha utilizado erróneamente como herramienta para regular la competencia en el mercado, generando un efecto negativo, limitando la calidad del servicio, evitando ofrecerlo en su máximo potencial.

Es hora de reevaluar las políticas espectrales alrededor y los topes de espectro en Colombia, incrementándolos, por supuesto, Colombia es el que menos espectro per cápita ha asignado en toda la región, lo cual genera retos y sobrecostos para quienes hacen parte esencial de la cadena de valor que nos proveen de tecnología.

Alberto Samuel Yohai
Presidente de la CCIT - Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones.

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