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Miguel Gómez Martínez

Pobreza de ideas

Esta campaña presidencial de EE. UU. ha sido de una gran mediocridad en términos de ideas..

Miguel Gómez Martínez
POR:
Miguel Gómez Martínez

Esta campaña presidencial estadounidense ha sido de una gran mediocridad en términos de ideas. El debate ha estado dominado por la evidente senilidad de Biden y la arrogancia infinita de Trump. Poca atención ha recibido el tema económico.

Los demócratas defienden su tradicional agenda centrada en legislar sobre temas como el laboral, el ambiental y la igualdad de género. El balance de Biden en el plano económico es gris. La bolsa refleja un optimismo que no se confirma a nivel de los trabajadores y consumidores.

Se mantuvo, mucho tiempo más de lo deseable, los subsidios monetarios como medida para paliar los efectos de la pandemia. El mercado laboral sigue desbalanceado pues hay escasez de muchos empleos primarios que han sido atendidos por la creciente e imparable ola de inmigrantes.

Trump, en cambio, es un intervencionista proteccionista pues ha construido su discurso electoral alrededor de regresar empleos manufactureros a los Estados Unidos cerrando importaciones, especialmente de la China. Posa de gran conocedor de los temas económicos, pero su fortuna es el resultado de operaciones hipotecarias de tipo especulativo y no es un empresario industrial ni tiene ese enfoque personal.

De hecho, ha estado quebrado en varios momentos de su turbulenta carrera. En el tema económico, como en los demás asuntos de importancia, la pobreza del debate ha sido total. Ninguno de los aspirantes tiene credenciales, ni discurso ni mucho menos un equipo de expertos relevantes en la materia. Han preferido personalizar los ataques sin abordar los temas de fondo como el nivel explosivo de la deuda pública, la fragilidad del sistema financiero y las nuevas pirámides de riesgo que impulsan el inexplicable nivel de los índices bursátiles.

Lo único cierto es que el mal ambiente electoral ha afectado a la economía. No está claro cuál será el resultado en las legislativas de noviembre. Las encuestas parecen predecir que los republicanos podrían ampliar su mayoría en la Cámara donde tienen 10 representantes más que los demócratas. En el Senado, la lucha será ardua pues la diferencia es mínima en favor de los demócratas.

Tampoco termina por definirse la orientación de la política monetaria que no ha logrado despejar las dudas sobre la inflación y que afecta, de forma negativa, las decisiones de financiamiento en actividades tan importantes como la inmobiliaria o la automotriz. En algunos sectores hay inversiones represadas hasta tanto no se despeje el tema electoral.

El atentado a Trump refuerza esta ansiedad en una sociedad muy polarizada y con crecientes brotes de violencia. El retiro de Biden abre un nuevo compás. Los demócratas tienen poco tiempo para recuperar el optimismo. Kamala Harris, la muy posible candidata, no genera ni el entusiasmo ni el consenso necesario para enfrentar a un Trump que, para muchos, parece difícil de derrotar.

Triste escenario electoral para la primera democracia del planeta.

MIGUEL GÓMEZ MARTÍNEZ
​Consultor empresarial.
[email protected]

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