La Conferencia de Suiza sobre Ucrania, celebrada recientemente en Lugano, ha representado un hito significativo en el contexto internacional actual, marcado por la invasión rusa de Ucrania y sus devastadoras consecuencias. No sólo ha servido como un foro de debate y reflexión sobre la situación actual, sino que ha subrayado la necesidad urgente de una cooperación internacional sólida para abordar las múltiples crisis derivadas del conflicto. Sin embargo, ha dejado claro que existe un consenso sobre las necesidades de una etapa posconflicto, pero menos claridad sobre el apoyo para terminar la guerra cuanto antes.
Un aspecto crucial de la conferencia ha sido haber puesto de relieve la magnitud de la devastación en Ucrania, en términos humanos y materiales. Las presentaciones y los testimonios han ofrecido una visión desgarradora de la realidad que enfrenta el país: ciudades destruidas, infraestructura esencial devastada y una crisis humanitaria que sigue empeorando. Se ha recordado al mundo que la guerra no es una cuestión de estadísticas, sino de vidas humanas que están siendo irreparablemente afectadas.
La conferencia ha sido un recordatorio de la importancia de la solidaridad internacional, pero sin consenso sobre su alcance inmediato. La presencia de representantes de más de 40 países y organizaciones internacionales ha demostrado que la comunidad global no ha olvidado a Ucrania. Sin embargo, ha revelado las tensiones y desafíos inherentes a la movilización de ayuda.
La promesa de apoyo financiero y material es crucial, pero lo es aún más la decisión de cuándo y en qué sentido centrar el apoyo. Uno de los aspectos más destacados de la conferencia fue la discusión sobre la reconstrucción de Ucrania. El proceso de reconstrucción implica la reparación de infraestructuras y edificios, y la restauración del tejido social y económico del país. En ese sentido hubo acuerdos sobre la necesidad de un plan de reconstrucción que sea inclusivo y sostenible.
Sin embargo, la conferencia puso de manifiesto las limitaciones y desafíos de la diplomacia internacional. A pesar de los compromisos, la realidad es que el fin de la guerra y la restauración completa de Ucrania dependen en gran medida de factores políticos y militares que requieren el apoyo para poder evitar que Rusia siga avanzando. Y en cuanto al inmediato apoyo militar hubo menos acuerdos y pocas decisiones para lograr la resolución pacífica y justa del conflicto.
La Conferencia de Suiza sobre Ucrania dejo de manifiesto que la comunidad internacional es consciente de la gravedad de la situación, la necesidad de solidaridad y la complejidad de los desafíos que enfrenta el país para la reconstrucción.
No obstante, ha dejado claro que hay menos consenso y apoyo para lograr el fin de la guerra que requiere un decidido compromiso y una cooperación efectiva de la comunidad internacional en aspectos militares y logísticos para pasar de la guerra a la reconstrucción. Y ahí, Ucrania necesita más que promesas; necesita acciones concretas y sostenidas para poder pensar posteriormente en un futuro de paz y prosperidad.
RAFAEL HERZ
Analista Internacional..
