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Carmen Pages

Invirtamos en talento humano

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Uno de los principales activos que tiene un país para crecer de manera sostenida y con equidad es su fuerza laboral. Contar con buenos trabajadores, suficientes en número y bien preparados, es el cimiento indispensable para que las empresas y la economía sean productivas.

Pero Colombia, en los últimos años, no ha mejorado sustancialmente en términos de productividad. En los pasados 10 años, esta ha crecido 16,99 por ciento, mientras otros países en la región, como Perú y Chile, mejoraron 51,4 y 23,53 por ciento, respectivamente, en el mismo periodo. Esta situación, de mantenerse, hará imposible sostener niveles altos de crecimiento y pondrá en peligro la aspiración de los colombianos de formar parte del mundo desarrollado. Entre las causas que explican este estancamiento de la productividad está la baja preparación de los trabajadores. Más del 57 por ciento de las empresas del país tiene dificultades para llenar sus puestos de trabajo y casi la mitad, el 45 por ciento, aseguran que esa inadecuada preparación de la fuerza laboral es un obstáculo para crecer y ser competitivas .

Esta situación no es desconocida ni nueva. Durante décadas se han achacado las deficiencias de la fuerza laboral al sistema educativo de un país, bien fuera porque no cubría a toda la población o por una baja calidad de la enseñanza. Sin duda, este es un factor importante. Las últimas pruebas Pisa ponen de manifiesto que más de la mitad de los jóvenes colombianos no puede reconocer la idea principal de un texto y que solo uno de cada cuatro puede resolver problemas numéricos simples.

El sistema educativo, sin embargo, no es la única pieza del rompecabezas. Un aspecto clave de la productividad es la formación continua de la fuerza de trabajo. Los protagonistas del cambio de ritmo que Colombia necesita para mejorar la productividad no son los estudiantes que hoy están en las aulas, sino los trabajadores en edad de laborar. En la actualidad, la formación ya no acaba al graduarse con un título porque, en un contexto de competencia global, los trabajadores necesitan herramientas para actualizar permanentemente sus conocimientos.

En este contexto, ¿cuál es el principal obstáculo para que Colombia cuente con una fuerza laboral preparada? En mi opinión, el aspecto primordial que reclama una urgente atención es la brecha de habilidades, es decir, el divorcio que existe entre los sectores formativo y productivo. Entre la formación que se da en las aulas y las habilidades que necesitan las empresas hay un abismo cada vez mayor que lastra la capacidad de crecimiento del país.

La solución de este problema pasa por proporcionar una formación de más calidad y acorde con la demanda del sector productivo, algo que solo se consigue si los sectores privado y público trabajan codo a codo, persiguiendo un mismo objetivo. Este es el camino que han transitado las economías de otras naciones del mundo para empezar a superar esa brecha de habilidades, creando consejos sectoriales dirigidos por la industria, agencias independientes de aseguramiento de calidad o buscando nuevas fórmulas para financiar la capacitación orientada a resultados. Colombia también puede hacerlo, pero para ello necesita trazar una estrategia de desarrollo de país centrada en el talento humano.

Carmen Pages

Jefa de la División de Mercados Laborales del BID


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