Una de las nuevas realidades del mundo actual es el impacto de la cuarta revolución industrial en nuestras vidas, en la forma de hacer las cosas, los nuevos patrones de consumo, requerimientos de nuevos insumos, la flexibilidad de los procesos productivos, aparición de nuevos jugadores en el mercado, reformulación de estrategias de negocios, nuevas incertidumbres que opacan o eliminan las incertidumbres presentadas en contextos anteriores. Así como cambian las realidades también evolucionan las incertidumbres.
Las revoluciones precedentes se centraron en el vapor, agua, electricidad y en los avances científicos y tecnológicos. La actual se centra en el impacto que tiene la tecnología en la transformación del trabajo. Para esta última revolución industrial, se tienen muchas tecnologías asociadas como inteligencia artificial, sistemas 3D, internet de las cosas, etc. La cuarta revolución industrial ya ha producido resultados concretos, empezando a transformar los mercados de productos y servicios. También los niveles de inversión en investigación y desarrollo para la creación de las nuevas tecnologías ha ganado relevancia en países líderes como Japón, EE. UU., Alemania y Francia, sin desconocer los avances de China y Corea, que recientemente han presentado las tasas de crecimiento más altas en inversión para las nuevas tecnologías.El impacto en los mercados de esta última revolución se ha reflejado en sectores como el automotriz, energético, agricultura, salud, desarrollos para ciudades inteligentes, entre otros, con aplicaciones para los segmentos del mercado personal, hogar, gobierno y empresas.
¿Qué papel juega la propiedad intelectual en la cuarta revolución industrial? Para abordar esta pregunta, se parte de que lo esencial no cambia, es decir, la existencia de los activos intangibles de propiedad intelectual y su potencial mercado. Estos activos existen desde antes de la cuarta revolución industrial y, con los nuevos escenarios tecnológicos, lo que sucede es una transformación del portafolio y negociación de los mismos, en el contexto de los nuevos desarrollos y aplicaciones tecnológicas, siempre serán clasificados en las categorías existentes de propiedad intelectual, ya sea una patente, marca, derechos de autor o secreto empresarial, entre otros.
Lo que debe evolucionar de una rápida y sostenible, como una herramienta de competitividad empresarial, son las estrategias de negocios en la propiedad intelectual, a partir de los nuevos escenarios generados por esta última revolución industrial. Por ejemplo, estrategias de coherencia de negocios que aprovechen las virtudes de la economía digital, una propiedad intelectual que potencialice las ventajas generadas de los bienes funcionales de consumo, una propiedad intelectual para la era de los datos o una propiedad intelectual para las aplicaciones del internet de las cosas.
Los licenciantes y licenciatarios de tecnologías deben estructurar nuevos contratos de negociación para la propiedad intelectual, que incluyan monetizaciones ajustadas a las nuevas tecnologías, metodologías de valoración acordes a las nuevas realidades y estrategias de creación de valor; en síntesis, una propiedad intelectual para la era digital de los negocios.
Guillermo Valbuena C.
Director de Bioecoval
