El portal de Bloomberg publicó un análisis del banco de inversión Goldman Sachs, en el cual, al seguir los márgenes de ganancia de las 500 empresas del índice de Standard & Poor’s, se observa cómo su sumatoria como proporción del Producto Interno Bruto de EE. UU. llegó a un máximo del 12,7 por ciento en el 2013, y hoy se mantiene en el 11 por ciento; buen nivel en una muestra desde 1950. Sin embargo, ya se empiezan a preocupar por la extendida debilidad de la demanda mundial y el exceso de capacidad industrial instalada, que bajarían estos márgenes y podrían explicar el mal comienzo del presente año para las acciones y una posible recesión global.
Goldman pone del lado benéfico para los buenos márgenes el uso de las nuevas tecnologías, que en la mayoría de los casos reemplaza actividades llevadas a cabo por humanos, sin embargo, esta inevitable intensificación en capital y no en mano de obra de los procesos de producción, fue en su momento alertada por Marx como detonante de una inevitable “tendencia decreciente en los márgenes de ganancia”, pues para Marx el origen del valor y plusvalía es el trabajo humano y no la ‘rentabilidad’ de las máquinas y el capital, que es apenas temporal e insostenible.
Curiosamente, a los analistas de Goldman les preocupa que los márgenes de ganancia se mantengan altos y que desaparezcan sus necesarias y naturales oscilaciones, dadas por la entrada al mercado de nuevos competidores que los erosionan, o la salida del mercado de los débiles.
Y si ese ciclo no continúa: “Algo extraño está ocurriendo” y ello “exigiría preguntas más amplias sobre la eficacia del capitalismo”, sostienen los analistas, y diría Marx.
Las actuales tasas de interés negativas en varios bancos centrales dan claves para el tema, pues apelan a eliminar el costo del dinero o hasta subsidiar su uso como nunca en la historia, ya que cada vez es más difícil trasformar créditos bancarios en actividades productivas nuevas, dado el mayor riesgo y la decreciente rentabilidad.
Además, grandes fusiones y adquisiciones se han dado en todos los mercados, buscando economías de escala para mercados más globales, pero consolidando estructuras oligopólicas que dificultan la entrada de competidores, y, en algunos casos, dificultando la salida de jugadores de un mercado por el riesgo moral que implica la caída de un grande, por aquello de Too big, to fail.
Entonces, tal vez la inevitable tendencia a procesos productivos más intensivos en capital y no en mano de obra, así como propensión a la concentración para lograr economías de escala, pueden estar atentando contra la sostenibilidad de los márgenes de ganancia en el mediano y largo plazo, explicando las tasas de interés de cero, presiones de deflación y desvalorización de activos y necesidad de menores cargas impositivas. Un escenario difícil de administrar, y que en Japón lleva más de dos décadas sin poderse resolver. Grades interrogantes para descifrar.
¿Goldman Sachs y Marx viendo lo mismo?
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