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María Carolina Lorduy

Inocuidad: un compromiso de todos

María Carolina Lorduy
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María Carolina Lorduy

La palabra puede sonar rara para muchos. Sin embargo, en términos sencillos, estamos hablando de la producción, transformación, comercialización y el consumo de alimentos en buen estado de conservación y preparación, de manera que no afecten la salud humana.

Por eso, en el Día Mundial de la Salud, que se celebra hoy, la inocuidad toma una relevancia fundamental. Según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se enferman millones de personas por ingerir agua o alimentos insalubres o contaminados.

A esto se suman las más de 200 enfermedades que se producen por las bacterias dañinas, parásitos, virus y sustancias químicas que se hacen presentes por la alteración y la mala conservación de los alimentos. Por este motivo, se producen aproximadamente dos millones de muertes al año en el mundo. Y, en la medida en que la oferta alimentaria se globaliza, nuevas amenazas surgen constantemente.

De hecho, las enfermedades transmitidas por la alteración y la deficiente manipulación de los alimentos representan una enorme carga presupuestal para los gobiernos. Esta gran incidencia motivó a los países miembros de la OMS a reconocer mediante una resolución del año 2000, el papel trascendental de la inocuidad alimentaria para la salud humana. Reconocimiento que también oficializó el gobierno colombiano.

Por eso, el llamado para todos los actores que pertenecemos a la cadena de alimentos es a vincularse a la promoción e implementación de una alimentación segura desde el campo hasta la mesa, como lo viene promulgando la OMS y, en Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social.

La protección de la vida y la salud de las personas son el más grande objetivo del Estado y, desde luego, de la industria alimentaria.

No obstante, es pertinente recalcar que, aun cuando los actores de la cadena tomen todas las medidas posibles para garantizar la inocuidad de los alimentos, si en casa y en los establecimientos que los expenden no se aplican las reglas básicas de higiene, manipulación y conservación, tales como la limpieza personal y del lugar, la separación de alimentos crudos y cocinados, la adecuada cocción, la conservación a las temperaturas correctas y el uso de agua y materias primas seguras, de nada vale el esfuerzo que los demás hayan hecho.

Es muy importante también adquirir los alimentos de proveedores (industria, restaurantes y expendios de comida) confiables. Los consumidores deben poner atención a lo que compran, a sus empaques, a su fecha de vencimiento, que no haya signos de alteración o de adulteración. Y en los expendios de comida, a las condiciones de higiene y salubridad de los locales donde los consumen.

La industria alimentaria legal y formal se ocupa sin descanso de garantizar la inocuidad de los alimentos y para ello pone especial atención en los procesos mediante los cuales estos pasan de ser de corta a larga vida, sin alterar sus propiedades nutricionales y en su adecuada conservación, para asegurar la disponibilidad y la accesibilidad de todos los estamentos de la población a una alimentación saludable.

María Carolina Lorduy

Directora, Cámara de la Industria de Alimentos de la Andi

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