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¿Quién podrá defendernos?

El mundo toma acción hacia movimientos populistas con nuevos estilos de gobierno, reformas políticas, renegociación de tratados.

Mauricio Ferro
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Mauricio Ferro

La más reciente medición global del Edelman Trust Barometer, revelado por Richard Edelman en el FEM, explica lo que está sucediendo en el mundo: las instituciones se encuentran en crisis. Anteriormente, la autoridad y la influencia se concentraban en algunos pocos formadores de opinión, lo cual ha cambiado en el 2017, debido a la democratización de la información.

La influencia está en manos de la población, que se referencia y se habla entre sí a través de medios digitales, encuentra información por medio de buscadores, genera más contenido de lo que es capaz de procesar y no necesita confiar en los ‘informados’ para acceder a las ideas y formarse opiniones propias. Hoy, existe una atmósfera de desconfianza, los miedos de la sociedad se han exacerbado y se amplifican por los cambios radicales de nuestro ecosistema de información. Cuando se combinan la sensación de injusticia con la falta de esperanza de que las cosas van a mejorar, se cae en una desconfianza en que los líderes podrán resolver los problemas, y surgen deseos de cambios radicales.

El mundo toma acción hacia movimientos populistas con nuevos estilos de gobierno, reformas políticas, renegociación de tratados, rechazo a los medios y mayores expectativas y requerimientos a las empresas. La gente toma decisiones emocionales, aun sabiendo que no todo lo que dice un candidato es verdad. Sorpresas como la elección de un aspirante sin experiencia pública, el brexit, el voto por el ‘No’ en Colombia y la polarización política en Francia son ejemplos de estas acciones, que se derivan de preocupaciones, miedos y hartazgo. Colombia no es la excepción a estos temores, con 77,8 por ciento de compatriotas que creen que el sistema ha fallado, donde la corrupción es la variable que más preocupa. Esto explica la baja favorabilidad del gobierno en las encuestas, a lo que se suma el escándalo de Odebrecht, que involucra a muchos actores públicos.

Este escándalo tiene especial relevancia en Colombia, ya que, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos y las fiscalías de Suiza y Brasil, se habrían pagado 11,2 millones de dólares en el país. La opinión pública perdió aún más la confianza en sus gobernantes y en el sistema cuando exfuncionarios de alto nivel fueron involucrados en la asignación de contratos. El país pudo conocer el modus operandi y los involucrados de una gigantesca empresa para delinquir, en el que también terminan salpicados funcionarios decentes y entidades que no fueron parte de los actos ilegales. Se profundiza la falta de credibilidad en nuestros dirigentes, tenemos la sensación que nadie podrá defendernos y, desafortunadamente, se vuelve una oportunidad para el populismo.

Aun así, en toda crisis existe una oportunidad. Según el Edelman Trust Barometer, la gente tiene la esperanza de que las empresas tengan un propósito superior aparte de generar ganancias, y es el de beneficiar a la sociedad, se involucren con los problemas que preocupan a los ciudadanos y lideren las soluciones. Es el momento en el que las empresas y los gobernantes deben hablar en dos direcciones, con la gente y no solo hacia la gente. Los líderes que mejor posicionamiento logran hoy son los que que escuchan y generan diálogos constructivos con sus audiencias de interés. El estudio Edelman brinda revelaciones importantes para que las metodologías de comunicación sean efectivas en tiempos cambiantes.

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