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Mauricio Hernández

La industria, en nombre propio

Mauricio Hernández
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Mauricio Hernández

Recientemente fueron anunciados en los medios de comunicación los puntos fundamentales de lo que será el Plan de Desarrollo del segundo periodo presidencial de Santos. El documento final será presentando en febrero del 2015 al Congreso de la República, pero por ahora se sugiere que el nombre que tomará el Plan será ‘Construyendo las bases para la paz’. Además, se basará en cinco estrategias transversales: infraestructura y competitividad estratégica, movilidad social, transformación del campo y crecimiento verde, consolidación del Estado Social de Derecho y buen gobierno.

Con respecto a las locomotoras que tuvieron el protagonismo durante el primer periodo presidencial, se echa en falta a minería, innovación y vivienda. Parte de esto se explica por la capacidad de transformación y adaptación del Gobierno, lo cual vemos con buenos ojos, pues supone una transición hacia la resolución de otros problemas. No obstante, en los dos planes implementados en la presidencia de Santos, 2010-2014 y 2014-2018, es preocupante la ausencia de la industria, en nombre propio, como un foco de atención atado a los planes de desarrollo.

La industria en el primer periodo de Santos fue el sector que menos creció e incluso tuvo caídas en dos años consecutivos (2012 y 2013), cuando el resto de la economía se expandía a un buen ritmo.

Sigue siendo una rama productiva muy importante en creación de empleo, el cual, además, suele ser de buena calidad en cuanto a pagos de seguridad social y protección laboral. Presenta encadenamientos importantes con las actividades de transporte y energía, y suele ser fuente de innovación en procesos productivos o en técnicas de fabricación, sobre todo en la rama industrial de media y alta tecnología, como automóviles y farmacéuticos. Entonces, no ha pasado de moda ni está cerca de dejar de preocupar a los académicos y analistas.

Al contrario, la industria ha sido el foco de atención por la nueva realidad económica del país, en donde están primando los sectores de servicios y mineros en el crecimiento sectorial. Es necesario vincular a la industria con esta nueva dinámica de la producción. Se debe profundizar la relación de las ramas industriales con la apuesta minero-energética que tiene el país, a través de ser proveedores de insumos y maquinaria necesarias por los sectores mineros. Además, se deben identificar las principales problemáticas que tiene el sector. Este tema es tan importante, que en el marco del BID, algunos expertos discutieron el 9 de octubre las políticas industriales que se deberían llevar a cabo en este momento en el mundo.

Por ahora, la única apuesta que haría el Gobierno sería en términos transversales. Supone uno que la infraestructura y la competitividad estratégica son factores que reducirán el costo de producir en Colombia. Pero también extraño el golpe de opinión que sería contar con la industria en un plan de desarrollo, en nombre propio, sin la participación de terceros que hagan las veces de estímulos colaterales. La industria es y será, por largo rato, un sector que podrá dar buen empleo y determinar el progreso de las ciudades con eslabones de sectores específicos.

Mauricio Hernández
Economista de BBVA Research

 


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