Uno de los temas a debatir hoy, cuando las grandes empresas reúnen a sus juntas directivas son los balances de fin de año y los retos del periodo que inician, en donde es importante tener en cuenta y evaluar si sus miembros tienen o no como propios los intereses de la organización reflejados en su compromiso y responsabilidad, o simplemente todo está sujeto a sus beneficios personales.
Muchas veces esto se puede medir en las diferentes situaciones que se presentan en la compañía, donde los miembros de las juntas expresan el interés y compromiso que tienen por la misma. En algunas ocasiones, cuando una organización realiza una sucesión planificada, se percibe lo difícil que es para el ejecutivo entrar a buscar su propio reemplazo, mostrando la responsabilidad y el valor que tiene trabajar en la compañía, al sentirla como propia.
Cuando un ejecutivo de la junta directiva logra un nivel de antigüedad dentro de una compañía, con logros propuestos y alcanzados, además de estar bien remunerado, no significa que ya no se preocupe de la misma forma que los demás que están iniciando su carrera; al contrario, sus inquietudes siguen siendo la pérdida del empleo y estar abierto a una permanente evaluación crítica.
Esta preocupación la vemos constantemente, ya que luego de cumplir un ciclo de trabajo en la organización, quieran o no, reciben una sucesión planificada para, de esta forma, no perder la continuidad del negocio dentro de cada mercado local.
Para llevar a cabo la sucesión de algún miembro de la junta directiva, se debe ver dentro y fuera de la empresa para examinar y evaluar, en primer lugar, el talento interno con el que cuenta la organización. De no tener el indicado, el reemplazo se tendría que realizar con la mejor opción que encuentren en el proceso externo que se realice.
Por otra parte, en esta época aún se pueden ver las consecuencias de la crisis financiera mundial, las empresas siguen luchando por encontrar su estabilidad, y aunque los miembros de la junta directiva no son los que sufren directamente las consecuencias económicas, los accionistas sí; por lo tanto, delegan a esta misma a hacer sus acciones para resolver las problemas que se puedan presentar. En este sentido, es imprescindible que su presidente sea un líder y pueda saber cuándo dar un paso adelante o atrás, así mismo, dar una opinión crítica o de apoyo.
El papel del presidente de la junta directiva está cambiando día a día, debe poner frente a las diversas situaciones que se le presenten, dejar de lado las suposiciones, tener una relación de trabajo intensa y estratégica. De esta manera, se conseguirán los logros propuestos por la misma junta, y lo más importante, que todos sus miembros tengan puesta la camiseta de la empresa y hacer suyos los intereses de la misma.
