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El uno por uno de Chile en la dura derrota ante Argentina

La Selección Chilena sufrió una durísima derrota frente a Argentina, un 3-0 que golpeó a Ricardo Gareca y compañía y que deja sin duda una "sensación amarga", tal como lo indicó Mauricio Isla finalizado el encuentro en el Monumental.

En su debut como DT de la Roja en las eliminatorias mundialistas, Ricardo Gareca falló en su intento por conformar un equipo sólido en lo colectivo y eficaz en lo individual dejando así que el campeón del mundo se llevara una victoria quizás demasiado amplia para lo que exhibió, pero justa en cuanto al trámite del partido.

Gabriel Arias: No era fácil que asumiera formalmente la titularidad tras el retiro de Claudio Bravo. Comenzó dando un rebote, pero fue ganado confianza tras un cabezazo que le tapó a Nicolas Gonzalez. También tuvo un gran achique en el segundo tiempo. No tuvo responsabilidad en los goles trasandinos. pero igual queda la sensación que debe dar un extra, un plus.

Mauricio Isla: El lateral -y nuevo capitán de la Roja- mostró jerarquía porque, a pesar de que su misión principal fue contener por su banda, cada vez que vio una ventana, una opción para subir, lo hizo con personalidad y convicción. Fue uno de los puntos a destacar en la Roja, aunque se equivocó en un centro que bien pudo darle un gol a la selección.

Matías Catalán: Fue de lo mejor en Chile. Seguro en la marca, en especial en los duelos aéreos, su juego sencillo y sin complicaciones le dio tranquilidad al fondo chileno en los momentos en que Argentina arreció. Tuvo el gol al final del primer tiempo con un gran cabezazo que pegó en el vertical. No pudo evitar la debacle final, pero eso no fue su exclusiva responsabilidad.

Paulo Díaz: Su madurez competitiva actual en River Plate se hizo notar. Fiero y con claridad para salir desde el campo propio, alzó el rendimiento general de la defensa en algunos tramos del partido. Su deficiencia siguió siendo su falta de liderazgo formal y su intención ofensiva, que en la Roja parece que le están vedadas. Son aún tareas pendientes.

Thomas Galdámes: Argentina cargó la mano por su lado y fue superado de manera constante. No se vio cómodo durante los 70 minutos que estuvo en la cancha. No se proyectó porque nunca tuvo los espacios ni la desfachatez para hacerlo. Por ahora, no es rival de Gabriel Suazo en el puesto.

Rodrigo Echeverría: Fue el que trató de sostener la contención en el mediocampo de Chile y pese a su gran despliegue físico, fue varias veces superado por De Paul y Mac Allister. Salió de la cancha cansado y también decepcionado porque no estuvo a la altura de otros partidos en la selección.

Marcelino Núñez: Intrascendente en la creación y liviano en la marca. Su misión era evitar que Enzo Fernández le ganara las espaldas para que Argentina tuviera un circuito creador. No lo logró y salió sin hacer historia.

Felipe Loyola: Su buen nivel hoy en el fútbol argentino tiene que ver con su capacidad para hacer recorridos largos por la banda. Pero la dinámica del partido -y también la planificación de Gareca- redujo su misión a tratar de sumar en la muralla que Chile intentó conformar en la zona media. No fue un jugador importante.

Darío Osorio: Ubicado detrás de Eduardo Vargas, su influencia disminuyó mucho con respecto a lo que hizo en los primeros amistosos con Gareca como DT. No tuvo en esa posición lo espacios necesarios para conectarse. Cuando se abrió, al menos pudo dibujar alguna jugada.

Víctor Dávila: Se entreveró en una lucha constante y en el forcejeo con los volantes argentinos y se ganó una tarjeta amarilla que lo condicionó. Su labor fue demasiado defensiva y no ocupó los costados para sumar a la esmirriada delantera que tuvo la Roja.

Eduardo Vargas: Su orfandad en la lucha contra los zagueros centrales argentinos -Romero y Otamendi- limitó sus posibilidades de llegar con opciones al arco rival. Pero no hay que pasar por alto su incapacidad para mantener y proteger la pelota. Incluso en una jugada en el mediocampo, sin rivales enfrente, optó por retrasar la acción llevándose la reprobación del público. Mal partido.

Williams Alarcón: Su entrada a la cancha fue tardía. Y no tuvo mucho la pelota así que poco pudo hacer. El encuentro era para la lucha y en esa dinámica, poco destaca.

Carlos Palacios: El volante entró bien y con claridad mental para organizar la creación de Chile. Incluso contagió a Osorio, quien se vio más activo con el colocolino al lado. Filtró muy bien una pelota y tuvo un remate que tapó Dibu Martínez. Eso fue más de lo que hicieron varios de sus compañeros que tuvieron más minutos en la cancha.

Eugenio Mena: Intrascendente. Poco activo y con escasa motivación algo más que intentar contener a De Paul. No venía jugando bien en la UC y en la selección prolongó su bajo rendimiento.

Claudio Baeza: Entró para reforzar la marca en el mediocampo y ayudar en el traslado de la pelota. Parecía acomodarse, pero su gran error en la salida que posibilitó el gol de Julián Álvarez dejó en duda la pertinencia de su entrada al equipo.