7 ciudades y pueblos en los que descubrir el sur de Francia más auténtico

Del vinivitícola Languedoc al paraíso del surf del País Vasco, el sur de Francia ofrece historia, cultura y bellos paisajes más allá de sus seductoras playas.
Terraza del hotel Belle Plage en uno de los pueblos del sur de Francia .
Christopher Cohen/Hôtel Belle Plage

“Aquí todo gira en torno a l'art de vivre de los pueblos del sur de Francia”, explica Alexandre Agop, director de turismo enológico en Gérard Bertrand, la marca vinícola de fama mundial. “Para nosotros eso significa compartir, ya sea el vino, la comida, el arte o la música”.

Estamos a finales de marzo y yo me encuentro paseando por los terrenos del resort vinícola de Bertrand Château de l'Hospitalet, en las ondulantes colinas de Languedoc. Mire a donde mire, los viñedos se extienden hasta donde alcanza la vista; el aire es fresco, pero el sol cae con fuerza desde un cielo despejado y azul. Agop sonríe al abrir la puerta de la bodega de catas, surtida de vinos biodinámicos de las 16 haciendas de Bertrand esparcidas por toda la región occitana. Los pajarillos cantan, tan contentos como nosotros de estar aquí.

Hablar del sur de Francia invoca la imagen de los campos de lavanda de la Provenza y de las luminosas playas de Saint-Tropez… y no cabe duda de por qué estos lugares son destinos tan cotizados. Pero más allá de esa postal de la Francia meridional, regiones como la vinivitícola Languedoc y el paraíso del surf del País Vasco rezuman cultura, historia y parajes naturales impresionantes. Cuando vienes desde la acelerada París, el sur de Francia ofrece un espíritu de generosidad acompañado de mucha comida y vinos excelentes. A continuación podrás leer una lista de nuestras ciudades y pueblos favoritos del sur de Francia.

La mujer de Napoleón III encargó la construcción de Hôtel du Palais y puso la ciudad de Biarritz en el punto de mira a principios del siglo XIX.

Maité Lada-Pharisier / Hôtel du Palais Biarritz

PAÍS VASCO FRANCÉS

Ubicado en la esquina suroeste de Francia y al noreste de su contraparte español, el País Vasco francés es exuberante, verde y montañoso: aquí podrás degustar los macarons de Saint Jean de Luz, darte un festín de txuleta con sidra de barril en una sidrería tradicional o dar una clase de surf en una de sus míticas playas.

Biarritz ha sido una ciudad resort desde principios del siglo XIX, cuando el Hôtel du Palais, un encargo de Eugenia de Montijo, puso la ciudad en el punto de mira del resto del mundo. Con las vistas del Atlántico y de los Pirineos a lo lejos, este fatuo resort de costa reabrió sus puertas en junio de 2022 tras una concienzuda renovación. Aunque algunas de las habitaciones (86 habitaciones y 56 suites) mantienen detalles históricos (techos de madera, pan de oro napoleónico, tapices en las paredes), otras exhiben un aspecto moderno y náutico, con profundos azules y ventanas de ojo de buey.

En Hôtel du Palais, los huéspedes tienes acceso al Spa Imperial, en colaboración con Maison Guerlain y el instituto capilar Leonor Greyl; a varios restaurantes dirigidos por el chef con estrella Michelin Aurelien Largeau, y al muy bien llamado bar Napoleón III.

Si buscas un ambiente menos palaciego, Hôtel Le Garage es un antiguo garaje transformado en un elegante hotel boutique. Las 27 habitaciones y suites tienen toques vintage, como el papel de pared geométrico, los muebles mid-century y las bañeras de acero inoxidable, con cálidas maderas y acentos de terrazo: neo-retro, como suelen llamarlo. También hay un bistro con platos a la vez reconfortantes y elegantes, como el confit de secreto de cerdo y el sándwich mixto con queso raclette. Si te apetece darte un chapuzón, puedes elegir entre la piscina climatizada del hotel o las playas de Biarritz, a solo unos pasos del hotel.

El casco histórico de Gruissan y la Torre Barbarroja vistos desde el lado opuesto de la laguna (Occitania, Francia).

Getty

OCCITANIA

En la punta inferior del hexágono que conforma Francia encontrarás Occitania: desde los vestigios romanos de Nimes al espíritu festivo de Toulouse y las rutas enológicas de Languedoc, Occitania ofrece una perspectiva única del sur del país. Languedoc es una de las regiones vinícolas de un crecimiento más rápido en Francia y uno de los mayores productores de vinos rosados con denominación de origen, llegando a embotellar hasta más rosado al día que su vecino del este, Provenza.

En el caluroso Languedoc, a las afueras de la ciudad medieval de Narbona, Château de l'Hospitalet es el lugar ideal desde el que darse al enoturismo. Inaugurado en 2022 por la marca enológica Gérard Bertrand, este resort vinícola ha perfeccionado el arte de la hospitalidad. Si bien el château ofrece 13 habitaciones y 17 suites, todas llenas de luz natural, las nuevas suites Villa Soleilla son aún más íntimas. La suite Soleilla es de un lujo especial: casi 93 metros cuadrados diáfanos con una tranquila zona de lounge y una vinoteca llena con la selección de botellas de Bertrand.

Desde la bañera puedes mirar por las puertas correderas de cristal, más allá de la terraza privada, hacia las onduladas colinas cubiertas de viñedos. Puedes reservar un tratamiento especializado en Biologique Recherche o una comida o cena en uno de los tres restaurantes del establecimiento, incluido el recién inaugurado Moon Room. En verano, los huéspedes pueden cenar en la playa en el beach club del resort.

En una visita reciente una noche a L'Art de Vivre, el restaurante gastronómico del resort, la cena tardía empezó con una copa de un Clos du Temple (un rosado biodinámico en torno a los 175€ por botella) deliciosamente complejo y terminó con un cálido suflé de chocolate, con el centro fundido y un exterior crujiente, cubierto de escamas de sal y helado de grano de vainilla. En julio, los huéspedes tienen asiento en primera fila para el popular festival anual de jazz de la propiedad.

En una finca cercana con siglos de tradición vinícola, Château Capitoul es otra opción para quienes buscan un lujo desenfadado. Este castillo neogótico tiene ocho habitaciones, decoradas en un estilo clásico francés, con lámparas de techo vintage y espejos art nouveau. En la ladera encontrarás las 44 espaciosas villas autosuficientes, una piscina desbordante, canchas de tenis y jardines mediterráneos diseñados por el galardonado James Basson. Los huéspedes también tienen al alcance el spa, en colaboración con la marca de culto francesa Cinq Monde; si te apetece una excursión, súbete a la bicicleta y pedalea junto al canal hasta el pueblo costero de Gruissan, donde podrás hacer una parada para explorar las tiendas de artesanía local.

Si visitas Narbona, Les Halles, el histórico mercado de comida, es una parada imprescindible: aquí los lugareños compran ingredientes locales de calidad y se reúnen a la mesa para tomar producto del mar con generosas copas de vino. En Chez Bebelle, donde la especialidad es la ternera y el tartar de caballo, los comensales disfrutan del mejor espectáculo de la ciudad: cuando el propietario Bebelle coge el megáfono para pedir a las vecinas carnicerías carne picada fresca, que después se lanza de un lado a otro de mercado hasta el restaurante para adornar los platos repletos de patatas fritas caseras.

Interior de una habitación en colores suaves de hotel Belle Plage (Francia).

Christophe Coenon/Hôtel Belle Plage

Fachada de hotel Belle Plage.

Christophe Coenon/Hôtel Belle Plage

COSTA AZUL

A lo largo de la historia, artistas como Modigliani, Matisse o Picasso se vieron cautivados por la naturaleza y la luz de la Costa Azul, también llamada la Rivera Francesa: una región caracterizada por el mar, las montañas y más de 300 días de sol al año.

En Cannes, el hotel Belle Plage es una alternativa contemporánea a los lujosos palacios que flanquean la playa de La Croisette. Ubicado en el histórico distrito de Suquet, a ocho minutos a pie del bullicioso mercado de Forville, Belle Plage ofrece unas vistas más tranquilas de la ciudad. Raphael Navot diseñó las 45 habitaciones y los 8 apartamentos a pie de calle, y la estética es griega chic, con piedra blanca y curvas suaves.

Aunque el hotel es un punto de partida estupendo para explorar la Riviera Francesa, hay muchas cosas en la zona cercana, como el enérgico restaurante rooftop del chef Eyal Shani (de los restaurantes Miznon) y el spa Villa Belle Plage, donde los huéspedes pueden darse un capricho con HydraFacials©, masajes acuáticos Watsu, servicios de concierge para actividades deportivas y mucho más.

A las afueras de Saint-Tropez, la recién inaugurada Villa W de Lily of the Valley es un destino de montaña de wellness y una obra de arte contemporáneo en sí misma. El arquitecto estrella Phillipe Starck diseñó el hotel para transmitir una sensación de apertura y de inmersión en la luz y la naturaleza: un santuario remoto en el que los huéspedes tienen una amplia gama de amenities, como el Shape Club del doctor Jacques Fricker, un espacio dedicado al deporte, el bienestar y la alimentación sana; cuatro restaurantes basados en ingredientes locales y de temporada, y hasta mayordomo, si ese es el tipo de escapada que buscas.

Visita la cercana ciudadela de Saint-Tropez, una fortaleza del siglo XVII que actualmente acoge un museo de temática náutica, o el museo Annonciade, que algunos consideran el primer museo de arte moderno de Francia, en el que cuelgan retratos de algunos de los grandes nombres de la pintura del siglo XX. Después de una ronda de museos, reserva mesa en el bar restaurante del hotel La Ponche para disfrutar de sus platos mediterráneos y sus vistas.

Los campos de lavanda están a pocas horas en coche de la Costa Azul y ofrecen un panorama único.

Thomas Despeyroux/Unsplash

PROVENZA

Parte de la misma región administrativa que la Costa Azul, Provenza incluye departamentos de interior como los Alpes de Alta Provenza y Vaucluse. Salpicado de pequeñas ciudades, viñedos, campos de olivos y, sí, esos icónicos campos de lavanda, este es un destino para desconectar y refugiarse del día a día. Con una sola visita entenderás por qué tantas figuras literarias escogieron asentarse en Provenza: el novelista, dramaturgo y ensayista americano James Baldwin, por ejemplo, produjo muchísimas obras desde su casa rodeada de jardines en Saint-Paul-de-Vence.

Ver fotos: Château d'Esclans, el paraíso del vino rosado

Ubicado en una pequeña comuna (475 habitantes) de Crillon-Le-Brave, en Vaucluse, Hôtel Crillon le Brave está dedicado al arte de bajar el ritmo. Las 16 habitaciones y 18 suites tienen vistas al viñedo y a las montañas de Ventoux. La decoración es estilo anticuario, con una paleta de colores típica de una casita de costa y un suelo provenzal tradicional de baldosas rojas. Con una carta de tratamientos faciales diseñada por Tata Harper, el tranquilo Spa des Ecuries es un punto fuerte innegable. Fuera del hotel los huéspedes pueden hacer excursiones en bicicleta, cotillear los puestos de un mercadillo provenzal o explorar la ciudad medieval de Crillon-le-Brave.

Entre Aix-en-Provence y el Parque Natural de Luberon, Château La Coste es una colaboración entre superestrellas: Jean Nouvel, arquitecto ganador del premio Pritzker, diseñó la punterísima bodega; el célebre proselitista de la cocina al fuego Francis Mallman abrió un restaurante aquí en 2017, y la chef Hélène Darroze también tiene el suyo propio. Además, por toda la finca encontrarás obras de artistas como Louise Bourgeois y Alexander Calder.

Las 28 suites que conforman el hotel de la hacienda, Villa La Coste, cuelgan sobre una ladera y tienen vistas al valle de Luberon y a los dominios de Château La Coste. El estilo es minimalista pero cálido, con maderas de colores suaves, tonos crema y ventanales de techo a suelo. Diez de las suites tienen, además, piscinas privadas. El spa de Villa La Coste ofrece tratamientos a la carta y programas de medio día o día completo: si esto no basta para convencerte, que sepas que puedes pedir desayuno a cualquier hora del día.

Este artículo fue publicado en mayo de 2023 en la edición internacional de Condé Nast Traveler. Traducido y adaptado por Virginia Buedo.

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