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Análisis

Educación

Daniel Rojas: los grandes retos a los que se enfrenta un ministro de Educación desconocido para el sector

Daniel Rojas, nuevo ministro de Educación

Daniel Rojas, nuevo ministro de Educación

Foto:Presidencia

El perfil político y poco técnico del nuevo ministro de Educación preocupa a diferentes actores. La reforma educativa, las ambiciosas metas de cobertura y las dificultades en calidad, entre sus desafíos.

Mateo Chacón OrduzPeriodista de Educación
La designación de Daniel Rojas como nuevo ministro de Educación fue toda una sorpresa para el sector educativo, y no lo fue precisamente porque no se esperara un cambio en la cartera, de hecho, una de las salidas más “cantadas” en el revolcón ministerial anunciado por el presidente Gustavo Petro era la de Aurora Vergara.

Conforme a los criterios de

Sin embargo, se esperaba que al cargo llegaran otros nombres más conocidos por el sector, de hecho se habló mucho de la posibilidad de que el elegido fuera el viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, Óscar Sánchez, quien fue secretario de Educación de Bogotá en la alcaldía de Petro.
En cambio, Rojas es de un perfil más activista, con fuertes opiniones políticas, muy cercano al primer mandatario y viene de ser el director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), sin contar con su participación en la campaña Petro y el equipo de empalme del actual Gobierno, donde fue importante en la estructuración de la propuesta económica.
El nombramiento llega en un momento clave para el sector, con un último semestre que fue caótico por diversas causas: Paro de Fecode, crisis en la salud de los maestros, un proyecto de ley estatutaria de educación que se hundió por falta de acuerdos y una crisis en la Universidad Nacional por la elección del rector, donde el Gobierno tuvo mucho que ver.
Ahora, a falta de exactamente dos años para el fin del gobierno, el Ministerio de Educación (el de mayor presupuesto de la Nación), se prepara para presentar al menos cuatro proyectos de reforma el Congreso de la República, debe acelerar el paso para cumplir con las ambiciosas metas del Plan Nacional de Desarrollo, como la creación de 500.000 nuevos cupos en la educación superior o la ampliación de cobertura en primera infancia, así como la construcción y puesta en marcha de nuevas universidades.

Ganar la confianza siendo un desconocido del sector

Rojas es conocido en el panorama político por su papel en el Gobierno, pero no para el sector Educativo, donde es prácticamente una figura nueva, lo cual genera preocupación en analistas consultados por EL TIEMPO.
Una de esas voces es la de Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana: “Es preocupante porque no parece tener mucha experiencia o conocimiento del sector, y esta es la cartera más importante que tiene el país, no solamente en términos presupuestales sino en la responsabilidad que se tiene frente a las generaciones presentes y futuras. Fue una total sorpresa”.
Opinión similar es la del analista Francisco Cajiao, una de las personas que más conoce al sector: “La primera reacción es de un muy grande desconcierto. Según ha dicho el Gobierno, la educación le interesa mucho, y poner a alguien que no conoce absolutamente nada de educación, ni nadie lo conoce en el sector educativo, es por lo menos desconcertante. Sobre todo en un sector en el que hay tanta gente valiosa, hay montones de maestros que tienen una formación avanzada, maestrías, doctorados. Hay en el país 280 universidades donde hay gente muy valiosa, gente que conoce el sector educativo, que conoce la educación superior, en un momento en el que el Gobierno además ha hecho unos compromisos muy serios de expansión de la educación superior, pues es muy difícil hacerlo si un ministro no sabe cómo funciona”.
Y agregó: “ La educación es una cartera que tiene unos desafíos administrativos, gerenciales, técnicos muy altos, que tiene que estar en contacto con ministros de educación del resto del mundo, tiene que estar en contacto con los grandes temas de la cultura del mundo, es como si uno pensara en un ministro de la salud que no se meta con la salud”.
Opinión similar es la de la exsecretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla: “Realmente fue un nombramiento sorpresivo. El presidente en muchas de sus alocuciones nos dijo que la educación era importante para él. Y lo que uno esperaría es un ministro que sea del sector educativo, que conozca la educación. Daniel Rojas es un experto en educación. Él desde la presidencia de la SAE mostró un interés por mejorar la infraestructura educativa, pero no tiene una trayectoria. El sector de educación es supremamente complejo. Impacta a más de 12 millones de personas, tiene un presupuesto de 62 billones de pesos y muchísimos retos, por lo que uno realmente espera una persona que conozca la educación”.
Pero quizá lo que más preocupa al sector, más allá de ser poco conocido en el sector, es su capacidad para lograr acuerdos. Así lo explicó Bonilla: “Creo que la manera como hemos conocido a Daniel Rojas, a través de los trinos, de sus intervenciones, preocupa un poco. Yo lo que le pediría un poco es que modere su discurso, que ese talante no le ayuda, y que realmente la educación es lo que nos debería unir al país. Ese es, en verdad, uno de los grandes retos que él tiene. Porque si la apuesta va a ser no escuchar, si la apuesta va a ser imponer una ideología, no le veo futuro”.

Sacar adelante las reformas

La ministra de Educaicón Aurora Vergara y la senadora Paloma Valencia.

Pese a su tono conciliador, la ministra Aurora Vergara no logró sacar adelante el proyecto de ley estatutaria de educación.

Foto:Ministerio de Educación

Muchos analistas han coincidido en que, tras las muchas controversias en el sector educativo que han tenido lugar este año, la prueba de fuego para la aún en funciones ministra Vergara fue la caída del proyecto de ley estatutaria de educación. Ahora, desde la cartera se insiste en que para la legislatura próxima a iniciar el 20 de julio se esperan presentar en total cuatro proyectos que conforman la reforma educativa: además de la estatutaria, las reformas a la Ley 30 de 1992 (que regula la educación superior), al Sistema General de Participaciones (la mayor bolsa de recursos del sector) y el estatuto docente etnoeducador.
De todas, tal vez la más importante es la reforma a la Ley 30, no solo porque el sector la necesita (según el Sistema Universitario Estatal, a raíz de esta norma, el faltante presupuestal hoy en las universidades públicas supera los 15 billones de pesos y puede seguir en aumento dado el actual método con el que se calcula el incremento presupuestal anual de las instituciones con base al IPC), sino porque ya está demostrado que lograr acuerdos en este sector es complejo. De hecho, varias veces se ha intentado reformar esta ley sin éxito, dando como consecuencia grandes paros estudiantiles.
Pero además, está el temor de las universidades privadas de ser desconocidas en la reforma, cosa que ya se pudo ver en proyecto de ley estatutaria, donde este fue uno de los puntos de desacuerdo que ayudó a hundir la iniciativa.
Todo esto sin contar que con la reforma, más que plata, también entran a discusión concepciones de calidad, gobernanza, autonomía universitaria, bienestar, profesores, pertinencia y la estructura misma del sistema.
Con respecto a la reforma al Sistema General de Participaciones, que da más del 60 por ciento del presupuesto de Educación, las fuentes de financiación y la distribución de recursos no dejará de ser un tema difícil.

Un sector lleno de brechas y metas altas

Fechas de vacaciones en colegios de Colombia.

La calidad es uno de los temas que más presenta rezagos en el sector educativo.

Foto:Secretaría de Educación

Pero no solo el reto está en lo legislativo. De hecho, existen grandes problemas de desigualdad y calidad a los que Rojas deberá poner atención, según explica Bernal: “Hay unos retos en el aseguramiento de la calidad específicamente, en donde hace falta una política estructural que pueda subsanar los vacíos que dejó en los estudiantes la pandemia. Hay niños que no saben leer en cuarto o quinto grado y de ahí para arriba el proceso es bastante frustrante”.
Los resultados de las últimas Pruebas Pisa muestran que Colombia sigue a la cola de la Ocde, y el próximo año este examen se presentará nuevamente en el país, por lo que se requieren esfuerzos para atender esta situación.
También son evidentes brechas de desempeño en las pruebas Saber 11 y Saber Pro, donde los resultados muestran cada vez más grande diferencias entre poblaciones urbanas y rurales, estratos altos y bajos, instituciones privadas y públicas, etc.
A esto se suman las ambiciosas metas que el Gobierno se puso en el Plan Nacional de Desarrollo, siendo tal vez la más notoria la de los 500.000 nuevos cupos en educación superior. Para Bonilla, el estado actual de cumplimiento de esta meta es muy pobre, en parte por la falta de articulación con todos los actores del sector: “Esto me preocupa muchísimo, a la fecha llevan 64.729, es decir, a dos años del gobierno Petro han cumplido solo con el 13 por ciento de la meta. Si el nuevo ministro no trabaja conjuntamente el sistema mixto, público y privado, si no reconoce también el valor de los privados, pues no va a cumplir las metas. Y eso va a requerir de él una capacidad de hacer consensos y de bajar el tono a sus posturas personales, de lograr acuerdos con las universidades, pero también con los entes territoriales”.
Este tema se suma otras metas en materia de aumentar cobertura e primera infancia, en la atención y calidad del Programa de Alimentación Escolar (PAE), la construcción y puesta en marcha de las nuevas sedes universitarias prometidas por el presidente Gustavo Petro, entre muchas otras que están registradas en el Plan Nacional de Desarrollo.
MATEO CHACÓN ORDUZ
Periodista de Educación 
Mateo Chacón OrduzPeriodista de Educación
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