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Juan Pablo Campos
columnista

Renovación urbana

Independiente del gobernante de turno, no le sirve a nuestras urbes tener alcaldes sin gobernabilidad.

Juan Pablo Campos
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Juan Pablo Campos

Dos recientes viajes me dejan reflexiones profundas sobre la manera como los bogotanos estamos decidiendo el futuro de nuestra ciudad. Comienzo por la conclusión: no hay duda de que el alcalde Enrique Peñalosa tiene una clara visión del desarrollo futuro de la capital. Se ha preparado para hacer de Bogotá una urbe más organizada y con mejor calidad de vida para todos. No podemos dejar que la polarización política nos limite la capacidad para decidir sobre un mejor futuro para nosotros y el de próximas generaciones. Ni la orientación política ni el estrato social son razón para no apoyar la visión de ciudad que tiene Peñalosa.

El primer viaje fue a Tokio. La renovación urbana que se adelanta en esa metrópoli, en preparación para los Juegos Olímpicos del 2020, no tiene precedente. La ciudad del mundo, con el precio por metro cuadrado de tierra más alto del planeta, demuele manzanas completas para levantar monstruosos proyectos inmobiliarios que muestren su mejor cara al mundo, que ya sea visitando o por medios digitales, los estará observando como anfitrión de los próximos Juegos Olímpicos.

Visité la sede de una empresa comercializadora japonesa para una reunión de negocios. Al felicitarlos por sus nuevas oficinas –un derroche de tecnología, modernismo y confort–, me respondieron que eran unas oficinas temporales, pues su sede principal estaba siendo demolida y reconstruida. El gerente de área me dijo: “nuestra sede está ubicada en la ruta de la maratón olímpica, por lo cual no teníamos opción sino construir un nuevo edificio que deje en alto nuestro nombre”.

La firma de construcción Mori lidera los principales proyectos inmobiliarios en Tokio. Cuenta con líneas de crédito por tres trillones de dólares de la banca local. Cualquiera de ellos contempla miles de metros cuadrados de zonas verdes y deprimidos viales que facilitan la movilidad como objetivo central de esta renovación. Proyectos como Toranomon Hills, una torre de 52 pisos y más de 200.000 m2 de área útil, transformaron varias manzanas de una importante zona del centro de Tokio.

Santiago de Chile fue mi segundo destino, mucho más cercano a nuestra realidad. Mientras en Bogotá nos tomó 9 años finiquitar la obra de la 94 con la NQS, en Chile la Avenida Costanera atraviesa toda la ciudad de forma subterránea. Los intercambiadores elevados abundan, y están apunto de inaugurar otro túnel que atraviesa parte de un club de golf. Un buen ejemplo de cómo dar continuidad a la Carrera 15 en Bogotá, sin afectar la propiedad privada.

Alcalde Peñalosa: siga usted adelante con su visión de ciudad que contempla metro sobre la superficie, autopistas deprimidas o elevadas sobre los ejes de las avenidas NQS, Caracas, Boyacá y Calle 80, Autopista Sur y Norte, entre otros. Además de dar paso a los decretos que fomenten la renovación urbana sobre estos mismos ejes principales de desarrollo. Y le pido a los bogotanos que apoyemos a un alcalde preparado, y miremos más fuera que dentro de Colombia para tomar el ejemplo del rumbo que queremos en nuestra capital.

El presidente Santos debe estar por recibir las recomendaciones de la Comisión Electoral sobre la inclusión de una segunda vuelta en las futuras elecciones de alcaldes de las principales ciudades del país, algo que ProBogotá ha venido diciendo. Independiente del gobernante de turno, no le sirve a nuestras urbes tener alcaldes sin gobernabilidad, ni debilitar la institucionalidad promoviendo revocatorias a diestra y siniestra.

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