¿Zapatos bonitos, elegantes y cómodos para viajar? ¡Existen!

La marca se llama Renate Jacob y su creadora es Paulina Esponda, una mexicana que vive en Madrid. Toma nota.
Renate Jacob
Renate Jacob

Recuerdo una tarde de verano de hace unos diez años, caminando por las estrechas calles del Barrio Gótico de Barcelona. Llevaba puestas unas sandalias nuevas que habían prometido hacerme sentir como una diosa. Eran doradas, sofisticadas y más altas de lo que me podía permitir pues, a la media hora, ya sentía cómo cada paso se convertía en una pequeña tortura.

Esos zapatos, que garantizaban tanto, terminaron guardados en el armario, tachados de ser uno de los agravantes de mi hernia discal. Fueron los últimos tacones que he usado en mi vida. A rey muerto, rey puesto. Allí acabó mi relación con los peep toe y nació otra más fiel con las manoletinas y las deportivas. Una lección de humildad y de amor propio. Porque, en el fondo, elegir zapatos sensatos, como se les llama ahora, es un acto de autoestima, de respeto hacia uno mismo. Es entender que merecemos caminar con pasos firmes y seguros.

Para mí, un zapato confortable es como esa conversación perfecta con un amigo de siempre. No hay presión, no hay molestias, solo la fluidez de saber que todo está en su lugar, que no hay necesidad de fingir.

Paulina con su hija en Copenhague.

Cedida a Condé Nast Traveler

Y, en realidad, no estaré del todo equivocada, en vista de que Paulina, a la que me presento con este discurso por bandera, como si fuera Marianne en La Libertad guiando al pueblo, piensa lo mismo. Ella, que sabe un rato, no solo comparte mi experiencia si no que ha ideado una solución.

Te cuento: Paulina dejó México por el empleo de su marido, que es español, hace casi 21 años. Vivieron un año en Londres, quince en Nueva York y, hace casi cuatro, se mudaron a España.

“Trabajé en el mundo de las finanzas una década hasta que me quedé embarazada. Por otro lado, soy una apasionada de la moda, cuando estaba en Nueva York hacía trunk shows (ventas privadas) donde ofrecía joyas, bolsos, bañadores y ropa”, recuerda.

Empezó una línea de ropa hecha en Estambul y, durante la búsqueda de un fabricante en nuestro país, conoció a la persona que le abrió la puerta al universo zapatero. “Donde yo siempre había soñado entrar”, dice con ilusión.

Renate Jacob.

Cedida a Condé Nast Traveler

El resultado se llama Renate Jacob. El nombre es en honor de su abuela materna, quien a sus quince años abandonó Alemania por culpa de la guerra. La firma, que solo tiene un año, se fabrica en Alicante con métodos típicos de la marroquinería, usando pieles españolas e italianas.

“Mi premisa es la comodidad, pero sin comprometer el diseño. Construyo según mis necesidades y cuido todos los detalles a fin de que los zapatos sean espaciales y para todo tipo de ocasión. Me pruebo cada prototipo, hasta que sea perfecto. Y perfecto significa que pueda andar tranquilamente con ellos”, detalla. Y añade entre risas. “Me operaron del tobillo y los míos son los únicos tacones que aguanto. Hasta Renate, las preguntas persistentes ante cualquier evento eran: ¿Cómo vamos, está lejos, el plan es sentados o de pie?”.

Hoy, su colección consta de tres únicos modelos, Zeb (unas jazz shoes que sustituyen perfectamente a las deportivas), Oma (sandalias de plataforma ideales tanto para verano como para invierno, pues quedan genial con calcetines) y Mar (con un mini tacón kitten). Y también consta de una legión de fans que van desde Leandra Medine a Blanca Miró pasando por Gala González.

Renate Jacob.Cedida a Condé Nast Traveler

La curiosidad del caso es que todo este éxito ha sido a través de Instagram y de recibir en casa, nada de webs. Esta proximidad es otra de sus bazas. La relación con las clientas va más allá de la compra y suele estar en contacto con casi todas, porque ha sido la misma Paulina quién ha efectuado la venta. Aunque de puertas para dentro ella no usa pantuflas, son su máxima inspiración. La tienen enamorada y reconoce que, en sus viajes a Estambul e Italia, no hace otra cosa que entrar a las tiendas donde las venden. De hecho, fue en la ciudad turca donde disfrutó de una de esas escapadas que nunca olvidará.

“Regresé sin conocer Estambul, gasté todo el tiempo viendo telas y visitando talleres de costura, ni siquiera pude pisar sus calles. En mi opinión, los viajes son familia y conexión. Me encanta la convivencia cuando todos nos desconectamos del día a día. Mi destino favorito es México, allí encuentro mis raíces, mi gente y mis amigos”.

¿Sus próximas aventuras? Marruecos, Italia y Japón.

“Antes de viajar escribo una lista. Preparo la maleta un día antes del trayecto. Lo primero en lo que pienso es en qué zapatos voy a llevar, un máximo de tres pares y siempre en su caja original. Después, los cinturones, ¡los amo! Y, ya por último, pienso en ropa que combine”.

Renate Jacob.Cedida a Condé Nast Traveler

Llegada la conversación a un grado elevado de confianza y hermandad, Paulina nos deja entrever su neceser de Malene Birger: un perfume de Creed (Acqua Fiorentina o Love in White), el bálsamo hidratante The Blue Cocoon de May Lindstrom, el serum de Vintner Daughter, un tratamiento de labios de Augustinus Bader, una Dyson y un aceite de pelo de Davines.

Ver fotos: marcas de joyas españolas por las que te preguntarán allá donde vayas

“Estoy en un grupo de lectura con el que me encuentro todos los martes, así que siempre llevo un libro para leer, acabo de terminar El Regreso de Hisham Matar”, desvela a la vez que nos adelanta que sus siguientes pasos serán abrir un showroom y lanzar dos modelos más.

El Madrid de Paulina

“Vivir en Madrid ha sido una gran sorpresa, estoy feliz. Es una gran ciudad que me lo ofrece todo, gastronomía, cultura y ocio. Madrid se ha vuelto muy cosmopolita”, descubre.

Tiendas a las que no puedes faltar: Misia y Amlul.

Galerías: Colectivo Tierra y Tiempo, Mambo, Fundación Juan March, Fundación Mapfre, Casa de México en España, Travesía Cuatro, Museo Reina Sofía, Museo Thyssen, Palacio de Cristal y Palacio de Velázquez.

Restaurantes y ocio: La Ancha, Los 33, la terraza del Numa Pompilio, La Duquesita, Bar Cock y Chinchín.

“Si me buscan, me encontrarán en el lobby del Hotel Santo Mauro, el del Villa Magna o el del Mandarín Oriental”.

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler