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Ciencia

Hoja de coca: científicos advierten que actualmente no es posible distinguir qué especie de esta planta se cultiva con fines legales o ilegales

La coca es una planta que ha sido clave para muchas comunidades andinas y amazónicas por lo menos durante 8.000 años.

La coca es una planta que ha sido clave para muchas comunidades andinas y amazónicas por lo menos durante 8.000 años.

Foto:Alex Antonelli

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Advierten que no poder diferenciar fácilmente las variedades de coca cultivadas para fines ilícitos implica que una de las variables que afecta los rendimientos del cultivo no se puede analizar.

Alejandra López PlazasPeriodista de Ciencia
La coca es una planta que ha sido clave para muchas comunidades andinas y amazónicas por lo menos durante 8.000 años. Su mismo nombre proviene de una antigua leyenda que narra la historia de Kuka, una mujer de extraordinaria belleza que usó su poder para aprovecharse de los hombres que sucumbían a sus encantos. Esto le valió una cruel sentencia: el emperador Inca ordenó sacrificarla por sus malos actos y partirla en dos

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Sin embargo, del lugar donde fue enterrada la bella joven nació una planta de la que pronto descubrieron que brindaba fuerza y resistencia a los hombres y mitigaba las penas, y a la que nombraron ‘coca’ en honor a la mujer desaparecida. Hoy sabemos que, más allá de la leyenda, las hojas de la coca son ricas en compuestos activos (la cocaína siendo solo uno de ellos), que se utilizan para rituales culturales, tratamientos medicinales, suplementos nutricionales y como estimulante diario.
El conocimiento científico que tenemos sobre esta planta, no obstante, aún después de más de dos décadas de lucha contra su cultivo ilegal en países como el nuestro–por cuenta de programas como el Plan Colombia–, sigue siendo extremadamente limitado. Así lo acaba de poner en evidencia un estudio publicado hoy en la revista Molecular Biology and Evolution que señala que con los métodos implementados hasta ahora por las autoridades no es posible distinguir de manera confiable entre los diferentes tipos de plantas de coca.
“Si bien la identificación a menudo se basa en la forma y tamaño de las hojas, esto no refleja las diferencias entre las variedades de coca cultivadas para extraer el alcaloide cocaína (el ingrediente activo de la droga ilícita del mismo nombre), la coca cultivada para propósitos tradicionales y las plantas de coca que crecen de forma silvestre”, señalan en el estudio en el que participaron investigadores de instituciones como el Jardín Botánico de Nueva York, (EE. UU.) el Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido) y la Universidad Distrital.
De acuerdo con su clasificación actual, la coca pertenece al género de plantas Erythroxylum, que incluye más de 270 especies, muchas nativas de los trópicos americanos. Entre ellas, se encuentran dos especies de coca que son cultivadas principalmente en diferentes regiones del noroeste de América del Sur: Erythroxylum novogranatense y Erythroxylum coca (coca de Huánuco), la más sembrada.
La primera se ha producido históricamente en los valles secos de las cordilleras y en la Sierra Nevada de Santa Marta y también se ha cultivado su variedad truxillense ("coca de Trujillo") en regiones áridas del noroeste de Perú para uso tradicional y como aditivo de sabor y estimulante para la bebida gaseosa Coca Cola. Mientras que de Erythroxylum coca se conocen dos variedades, una es la ‘botánica coca’, nativa de los bosques montanos húmedos de las laderas orientales de los Andes en Perú y Bolivia, y variedad ‘ipadu’ tradicional en la región amazónica.
De acuerdo con su clasificación actual, la coca pertenece al género de plantas Erythroxylum, que incluye más de 270 especies, muchas nativas de los trópicos americanos.

De acuerdo con su clasificación actual, la coca pertenece al género de plantas Erythroxylum, que incluye más de 270 especies, muchas nativas de los trópicos americanos.

Foto:Alex Antonelli

Para identificar estas dos especies se creía que, como se trata de plantas que crecen específicamente bajo cultivo humano y están adaptadas a nuestro entorno, bastaba con fijarse en sus hojas, las cuales se creía que eran de menor tamaño, más redondas y suaves, en comparación con especies silvestres. A su vez, para distinguir entre una planta de Erythroxylum coca y de Erythroxylum novogranatense, también se consideraba que la primera tenía hojas más redondeadas, una simple diferencia que se ha utilizado durante años para los monitoreo de plantaciones de coca conducidos por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC).
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La lucha contra las drogas

Durante el último medio siglo, la demanda global de la cocaína ha impulsado la agricultura intensiva de esta planta y la ha colocado en el centro de conflictos armados y la deforestación. El Informe Mundial sobre la Cocaína 2023 de la UNODC detalla cómo el cultivo de coca se disparó un 35 por ciento de 2020 a 2021, una cifra récord y el aumento interanual más pronunciado desde 2016.
Y si bien la lucha contra las drogas se mueve en muchos frentes –campañas contra el consumo, persecusión a narcotraficantes e incautación de cargamentos, por ejemplo–, en lo que se refiere a monitoreo de cultivos ilícitos, lo científicos señalan que no se ha estado realizando correctamente hasta ahora debido a que las diferencias en el tamaño y la forma de las hojas podrían ser una manera no confiable de separar los tipos de plantas.
Basados en estas características las autoridades hoy trabajan con una libreta de campo que tiene plantillas con las que pueden comparar las hojas de la coca cuando hacen redadas en plantaciones. Todo a ojo. Óscar Alejandro Pérez Escobar, investigador del Real Jardín Botánico de Londres (Kew Garden), y uno de los participantes en el estudio indica que en el estudio se ahondó en comparaciones más detallados que les permitieron concluir que no hay manera de separar con confianza las especies y variedades de coca solo mirando la hoja.
“Esto quiere decir, en términos simples, que en los reportes que se han venido haciendo bajo los nombres científicos actuales, puede haber un grado de incertidumbre o error en la identificación”, explica Perez-Escobar, quien añade que esto implica que no sabemos que se está cultivando ilegalmente o legalmente. “No sabemos porque los nombres no tienen sentido”.
Hojas en movimiento sobre el fuego.

Hojas en movimiento sobre el fuego.

Foto:Tatiana Arocha

Para este estudio los investigadores utilizaron 1.163 contornos de hojas de 342 especímenes digitales de herbario de coca silvestre y cultivada para extraer datos de tamaño y forma. Utilizando métodos estadísticos, mostraron que hay un alto grado de superposición entre las especies (y sus variedades), lo que casi con certeza ha llevado a identificaciones erróneas durante los monitoreos hechos en campo de las poblaciones..
De acuerdo con la profesora de la Universidad Distrital, Rocío del Pilar Cortés, no poder diferenciar fácilmente las tres variedades de coca cultivadas para la producción ilícita de cocaína implica que una de las variables que afecta los rendimientos del cultivo no se puede analizar.
“Los datos de rendimiento del cultivo que se obtienen gracias a los monitoreos realizados por el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la UNODC (Simci), son cruciales para establecer políticas de erradicación de cultivo, y aunque el rendimiento varía de acuerdo con factores como la edad del cultivo, la respuesta de las plantas a la erradicación, el clima, las plagas, etc., la variedad de coca obviamente es un factor importante por considerar”, le dijo la investigadora a EL TIEMPO.
La docente indica que en el 2005, uno de los pocos años en que se han identificado las variedades de coca cultivadas –cuando en el Herbario Forestal de la Universidad Distrital identificaron los especímenes botánicos– los mejores rendimientos promedio anuales fueron en los departamentos de Meta, Guaviare y Orinoquía, donde predominó el cultivo de Erythroxylum coca var. ipadu.
“Es decir, que, si conociéramos la identidad de las variedades cultivadas anualmente, podríamos incorporar esta variable en la ecuación y preguntarnos, por ejemplo, ¿las tres variedades responden de igual manera a los métodos de erradicación usados actualmente?, ¿Las mismas plagas afectan las tres variedades de la misma forma?, etc. Pero la respuesta a todas estas preguntas empieza con la certeza en la identificación”, señala la profesora Cortés.
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Los científicos también señalan en el estudio que un sistema de clasificación inadecuado para la coca puede dificultar la descripción de nuevas variedades. “Esto es relevante para las plantaciones dedicadas a la extracción de cocaína, pero, lo que es más importante, también contribuye al conocimiento sobre la identidad de variedades con rasgos mejorados para usos alternativos como suplementos alimenticios, fibras o pigmentos ya obtenidos de estas plantas”, dice el comunicado con el que se dio a conocer la publicación.

Sobre el origen de la coca

En este estudio, los investigadores también analizaron las relaciones genéticas entre las plantas de coca. Compararon los resultados con la clasificación taxonómica existente y evaluaron qué tan bien coincidían el tamaño y la forma de las hojas con su ADN y analizaron si esto podría usarse para distinguir especies y variedades.
“Uno de los principales objetivos de nuestra investigación es proponer un sistema de clasificación estable y una base de datos genética integral. Esto nos permitirá identificar con confianza las diferentes poblaciones, variedades y especies de coca cultivada y sus parientes silvestres. Un sistema así es crucial para desarrollar programas de bioprospección sostenible. Pero primero es esencial separar el enorme valor medicinal, nutricional y cultural de la planta de su asociación negativa con la droga recreativa”, asegura Pérez-Escobar.
Las dos especies de coca que son cultivadas principalmente en diferentes regiones del noroeste de América del Sur: Erythroxylum novogranatense y Erythroxylum coca (coca de Huánuco), la más sembrada.

Las dos especies de coca que son cultivadas principalmente en diferentes regiones del noroeste de América del Sur: Erythroxylum novogranatense y Erythroxylum coca (coca de Huánuco), la más sembrada.

Foto:Tatiana Arocha

Otro punto abordado en el estudio es el origen de esta planta que ha acompañado a diferentes comunidades en Suramérica por milenios. Los hallazgos revelaron que las variedades de coca cultivadas habían aparecido mucho antes de que los humanos llegaran por primera vez a América del Sur hace 15.000 años, aunque la línea de tiempo para cuando surgieron plantas de coca que producen cocaína sigue siendo incierta.
Los investigadores concuerdan en que el estudio de la coca como planta aún es incipiente y necesita continuar invirtiendo en el tema. “Considero que el gobierno históricamente ha destinado muy pocos recursos para generar nuevos conocimientos sobre las variedades de coca cultivadas para la producción ilícita de cocaína. Si se hubiera iniciado un programa de investigación científica al mismo tiempo que se empezaron a recibir recursos del Plan Colombia, seguramente conoceríamos mejor el problema y existiría más información para tomar decisiones”, concluye la profesora Cortés.
ALEJANDRA LÓPEZ PLAZAS
REDACCIÓN CIENCIA
@malelopezpl | @TiempodeCiencia
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Alejandra López PlazasPeriodista de Ciencia

DETRÁS DE LA NOTICIA

Para la elaboración de esta nota sobre el estudio 'La morfometría y la filogenómica de la coca (Erythroxylum spp.) iluminan su evolución reticulada, con implicaciones para la taxonomía' se consultó con investigadores del Real Jardín Botánico Kew (Reino Unido) y de la Universidad Distrital que participaron como autores de la investigación.

REFERENCIAS

La morfometría y la filogenómica de la coca (Erythroxylum spp.) iluminan su evolución reticulada, con implicaciones para la taxonomía

https://academic.oup.com/mbe/article-lookup/doi/10.1093/molbev/msae114

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