Neurociencia Del Cuerpo Nazareth Castellanos
Neurociencia Del Cuerpo Nazareth Castellanos
Neurociencia
del cuerpo
© de la edición española:
2022 by Editorial Kairós, S.A.
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SUMARIO
Bienvenida
I. El cerebro
El bosque neuronal
La gran orquesta
Percibir es interpretar
Anatomía y función
Mente y cerebro
2. Incorporar el cuerpo
Interocepción
Propiocepción
Tener el cuerpo en mente
3. El intestino
El sistema digestivo
La microbiota
Del cerebro al intestino
Del intestino al cerebro
Microbiota y psicología
La tierra
4. La respiración
Sistema respiratorio
La nariz
El olfato, el sentido de la memoria
Control cerebral de la respiración
El cerebro respira
Respiración y memoria
Respiración y emoción
El aire
5. El corazón
Su nacimiento y muerte
La puerta de la percepción
No vemos las cosas como son, sino como somos
El olvido de sí
El fuego
7. El instrumento de la vida
Bibliografía
La neurociencia vive hoy inmersa en una revolución con fuertes
implicaciones clínicas, sociales y personales. El redescubrimiento de la
influencia de los órganos del cuerpo sobre el cerebro nos traslada a una
visión integral de la percepción.
En este libro, la autora nos acompaña en un viaje a través del cuerpo para
descubrir su impacto sobre las neuronas. El recorrido nos lleva a reconocer
que la memoria, la atención, el estado de ánimo o las emociones dependen
de cuestiones como la postura corporal y los gestos faciales, la microbiota
intestinal y el estómago, así como el complejo patrón de latidos cardíacos y
la manera como respiramos. Las evidencias científicas más novedosas y
rigurosas se entrelazan en esta obra con la historia de la medicina en
Oriente y Occidente.
El corazón que está en mi pecho
no es solo mío
NAZARETH CASTELLANOS
Mallorca
Marzo del 2022
Capítulo I
EL CEREBRO
EL BOSQUE NEURONAL
Era
Ramónprincipios
y Cajaldel siglo
pudo XX, aproximadamente
mostrar 1905,formado
que el cerebro estaba cuando por
donneuronas.
Santiago
En aquel momento, reinaba la teoría reticular, que suponía que el cerebro
era una masa continua compuesta por cuerpos neuronales y cubierta de
ramas tan densas que conformaban una extensa red por la que fluía la
información. Sin embargo, el genio navarro insistía en que las neuronas y
sus ramas estaban muy juntas pero no llegaban a tocarse. Son árboles en un
bosque altamente ramificado, pero árboles al fin y al cabo. Gracias al
descubrimiento de una técnica para teñir el cerebro, se pudo observar por
primera vez que las neuronas estaban, efectivamente, separadas; en
concreto, veinte nanometros. Esa distancia tan pequeña y a la vez enorme se
conoce hoy como sinápsis y permite que las neuronas se comuniquen
eléctrica y químicamente, permitiendo la propagación de la electricidad que
emana de ellas. Es el principio fundamental del procesamiento de la
información en el cerebro. La neurona no es lo importante, decía don
Santiago, sino su capacidad de dar y recibir, de compartir. La biología es la
ciencia de la vida porque se basa en el compartir. Del cuerpo neuronal
surgen dos prolongaciones, llamadas dendritas y axones, por las que se
recibe y propaga, respectivamente, el impulso eléctrico. De esta forma,
cuando la neurona ha alcanzado un cierto nivel de electricidad y emite un
potencial de acción o descarga eléctrica, este se propaga por el axón que,
según su diámetro, conduce el impulso nervioso como un cable a una
velocidad que varía entre uno y cien metros por segundo. Existen neuronas
de axón corto, que permiten la comunicación con las vecinas, y neuronas de
axón largo, que actúan como embajadoras entre regiones más distantes del
cerebro. Dicho impulso de la neurona emisora será recibido por la dendrita
de la neurona receptora. Dendrita viene de la palabra griega déndron, árbol,
lo que facilita la visualización de la morfología de esta parte de las
neuronas. Son las copas receptoras del impulso nervioso que lo conducen
hasta el cuerpo neuronal o soma. En un cuento infantil podríamos apuntar
que las neuronas hablan por los axones y escuchan por las dendritas. La
base del funcionamiento cerebral es ese diálogo, ese compartir.
Ramón y Cajal describió las neuronas como «las misteriosas mariposas del
alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la
vida mental». El navarro descubrió la arquitectura cerebral gracias a una
técnica que permitía visualizar una baja proporción de neuronas, aquellas
que destacaban en el frondoso bosque neuronal, y solo así puedo demostrar
que el bosque
solitarios está trepando
bosques, formado árboles
por árboles. Él, que
y tratando depasaba «horas
averiguar y horas
el curso en
de los
ríos», revivió su niñez cuando el Consejo Municipal de Valencia le regaló
un microscopio Zeiss en agradecimiento a su generosa labor clínica durante
la pandemia de cólera y tuberculosis de 1885. Con este instrumento en sus
manos, Ramón y Cajal mostró al mundo cómo son los árboles que forman
el bosque cerebral y los ríos que lo bañan: así sentó las bases de la
histología del sistema nervioso.
respuesta.
frecuencia Si la relación
fuera el dobleentre las bandas
o triple fueraelnatural,
que la otra, cerebropor ejemplo,
podría queenuna
entrar un
estado de sincronización total y quedaría perpetuamente en una actividad
cuya inflexibilidad lo inutilizaría. Esto sucede, por ejemplo, en un ataque
epiléptico donde la hipersincronización de una vasta región cerebral impide
su funcionamiento. Sería como una empresa donde todos los trabajadores
hacen exactamente lo mismo todos los días. No parece muy útil. Sin
embargo, si la relación entre las frecuencias es irracional, se favorece la
sincronización, pero se deja la puerta abierta a una posible reorganización.
Esto permite que el cerebro pueda alternar estados de sincronización y
estados de ruptura del acoplo. Esta propiedad se conoce como
metaestabilidad cerebral. Tan
Tan importante es saber
sab er entrar como saber salir.
salir.
El ritmo principal del cerebro es alfa, estado en el cual las neuronas emiten
entre ocho y doce descargas eléctricas por segundo. Su frecuencia media es
de 10 Hz, y a partir de ella y multiplicando por el número de oro se
obtienen las oscilaciones promedio de las demás bandas espectrales. Se le
denominó con la primera letra del alfabeto griego, alpha, no por ser el
primer ritmo, sino por ser el más abundante en el cerebro y, por tanto, el
primero que se identificó. La presencia de ondas alfa crece desde la infancia
a la adolescencia, después comienzan a desaparecer. Una manera de
aumentar las ondas alfa en el cerebro y provocar un coro de neuronas
disparando a tal frecuencias es, por ejemplo, cerrando los ojos. Es en ese
estado cuando se detectan las ondas alfa con más fuerza, especialmente en
la parte trasera del cerebro o corteza occipital. Un simple parpadeo rompe el
coro y disminuye la presencia de este ritmo. Por ello, muchas veces se ha
identificado a alfa con estados de relajación. Sin embargo, su presencia está
estrechamente vinculada aquí
atención. Detengámonos a funciones cognitivas
un instante. como,
Para que por ejemplo,
el lector lea estas prestar
líneas,
su principal aliado es la atención. Decía William James que la atención es la
toma de posesión de la mente y, por tanto, nos permite seleccionar nuestra
realidad. Un maestro de meditación comparó la atención con la lámpara del
minero, que ilumina solo aquello que enfoca dejando lo demás a oscuras.
Atender aquí supone desatender todo lo demás. Para una lectura atenta de
estas líneas hay que ocultar el resto del mundo. En este momento, el cerebro
del lector está luchando por sostener la atención en su lectura frente a la
constante oleada de pensamientos, sensaciones o emociones que buscan
protagonismo.
la percepción; Este continuodistracciones.
las famosas bombardeo seLaconoce como
dificultad eninterferencias
el control de de
la
atención reside, precisamente, en la disputa entre lo atendido y lo
desatendido, un combate que suele perder el objeto de la atención ya que
reconocerá el lector que no sería la primera vez que se deja seducir por
pensamientos mientras lee un libro, dialoga con un amigo o trabaja en la
oficina. Decía Pablo d’Ors que la oscuridad es una luz que busca ser
observada. Mantener en la oscuridad lo que no es relevante es obra de las
ondas alfa.
Cuando un área del cerebro está envuelta en una tarea que conlleva el
mantenimiento de la atención, las ondas alfa se encargan de inhibir aquellas
zonas que no están involucradas en esa tarea para impedir que se produzcan
interferencias o distracciones. El principal enemigo de la atención es la
distracción y su excesiva naturaleza viajera. El estado eléctrico en el que
entran las neuronas al emitir descargas al ritmo alfa impide que la atención
sea seducida por pensamientos, emociones y sensaciones de origen interno
principalmente. Se ha
h a estimado que el 80 % de las distracciones que nos
secuestran surgen en casa, no fuera. La práctica habitual de la meditación
nos ayuda en ese combate. Cuando comenzamos a controlar la atención,
gracias a la meditación, a los pocos días se produce un aumento del número
de neuronas que oscilan en la frecuencia alfa. Ese esfuerzo está relacionado
con el que realizamos cuando, sentados en el cojín, nos batimos en un
combate con nosotros mismos. La constancia que acompaña a cada intento
por practicar la meditación tiene como fruto el fortalecimiento del ritmo
alfa, comenzando por la parte posterior del cerebro y acabando en las áreas
frontales. Podemos entender el trabajo que supone reorientar una y otra vez
la atención
labor hacia que
fisiológica el objeto de observación
está teniendo si somos
lugar dentro de conscientes de la ardua
nuestro cerebro. Cada
intento por atender al momento presente y observar la respiración, por
ejemplo, supone la cooperación de millones de neuronas que
sincrónicamente oscilan en ritmo alfa generando una barrera de contención
de la información que se crea en el cerebro de forma involuntaria y que
hemos estimado en ese momento como irrelevante; todo ello sin que
seamos conscientes de tal batalla. El cerebro del meditador novato se ve
desbordado ante una avalancha de distracciones que hasta ahora acampaban
libremente. A la vez que la persona adquiere experiencia y poco a poco va
controlando
aprendizaje su atención,enselarefuerzan
neuronal simultáneamente
oscilación los mecanismos
alfa, generándose patrones de
contención de las distracciones más eficientes. El proceso de aprendizaje de
la meditación supone un incremento significativo de las ondas alfa
cerebrales. Cuando el meditador ya ha alcanzado el grado de muy experto,
las ondas alfa se retiran. Ya no hay interferencias que detener. Para ello ha
debido acumular más de diez mil horas de meditación. Los demás nos
conformamos con una barrera de oscilaciones alfa que protege la atención
de las constantes distracciones.
interrupción,
mentales. que lasecalidad
Cuidar ha relacionado
del sueñocon fibromialgia
pasa y algunos
por aprender desórdenes
a preparar el sueño.
El cerebro no es un sistema inmediato, las transiciones son muy
importantes.
El ritmo delta, con una emisión de descargas eléctricas neuronales entre 1 y
4 Hz, está asociado principalmente al sueño. Son las ondas más lentas pero
de mayor amplitud del cerebro. Las neuronas cantan muy despacio pero
muy alto, la relación es siempre inversa. El proceso del sueño se produce de
forma continua. El cerebro se va durmiendo poco a poco a medida que las
neuronas dejan de responder a los estímulos que llegan de los sentidos. Este
silencio se va propagando por el cerebro hasta que, alcanzada una masa
suficiente, caemos dormidos. En esa propagación, el cerebro se puede
encontrar con áreas que permanecen muy activas, debido a los estímulos
recientes y la intrusión del ritmo alfa, que dificultan la propagación del
silencio y, por tanto, la consolidación del sueño, como hemos visto. A
medida que avanza el sueño, las neuronas comienzan a oscilar en el ritmo
delta. Cuando más del 50 % de las neuronas descargan en delta pasamos a
las fases más profundas del sueño. Un ejemplo extremo es la anestesia,
donde se mide la presencia de estas ondas como indicador del estado de
inconsciencia. Las ondas delta son predominantes en los niños, desde el
nacimiento hasta los cinco años de promedio, y comienzan a decrecer en la
adolescencia. El proceso de maduración se mide también por las
variaciones en el ritmo delta: a medida que el niño madura las ondas delta
van decreciendo. La tendencia de estas ondas es la de desaparecer a lo largo
de la vida, siendo prácticamente ausentes en el cerebro anciano. Sin
embargo, las personas con daño cerebral adquirido o neurodegenerativo
experimentan un La
vejez patológica. enlentecimiento de lalentas
presencia de ondas dinámica neuronal,
no debe propio
asociarse de al
tan solo la
sueño o a la patología, se ha observado su implicación en procesos como la
toma de decisiones, la observación del entorno, la búsqueda de recompensa
y el control autónomo del cuerpo. El objeto de las ondas depende de la tarea
cerebral en la que están implicadas. El significado de un lenguaje es su uso,
decía el filósofo Kierkegaard.
El ritmo theta, con una banda espectral de entre cuatro y ocho descargas
eléctricas por segundo, es un ritmo lento pero con fuertes implicaciones en
la cognición. Está presente principalmente en el hipocampo, la estructura
cerebral más involucrada en la memoria. Se conoce como ritmo theta
hipocampal. Se relaciona con la formación de memorias, la actualización de
información nueva y el aprendizaje, y es clave para la organización espacio-
temporal de los acontecimientos. Dado su protagonismo en la capacidad
para aprender y memorizar, hoy se dedican grandes esfuerzos a diseñar
dispositivos artificiales que incrementen la presencia de estas ondas en
personas con daño cerebral o enfermedad de Alzheimer. Las ondas theta
son fundamentales para que el cerebro conozca nuestra posición corporal y
el lugar en el espacio. El ritmo theta establece una estrecha relación entre la
memoria y nuestro lugar en el espacio. Es habitual referir el lugar en el que
estábamos cuando recordamos un hecho. «Yo estaba en la biblioteca de la
universidad cuando me enteré de los atentados de Nueva York», suelo
referir en cada aniversario del ataque. Y recordar el lugar donde estábamos
nos ayuda a recordar el hecho. Esta función la llevan a cabo las «neuronas
de lugar» del hipocampo, que generan un mapa mental con la posición que
ocupamos en el espacio y diseñan la estrategia de movimiento si fuera
necesario. La primera parte del ciclo de theta está involucrada en calcular la
posición que ocupamos en el momento presente y la segunda parte, en
estimar o planificar cómo será nuestra trayectoria. Dicho descubrimiento
mereció un premio Nobel en el año 2014. Así que, en cada momento, el
cerebro está procesando nuestro lugar en el mundo, la posición de nuestro
cuerpo, y diseñando futuras posiciones. Esa información será fusionada con
la memoria de la experiencia que estemos viviendo. La postura de nuestro
cuerpo es parte, para nosotros invisible, de los recuerdos. Una técnica para
reforzar las ondas Theta es una práctica de meditación que consiste en ser
conscientes del lugar que ocupamos y del espacio que nos rodea. Nuestra
posición, movimiento,
theta. Al igual memoria
que las ondas delta,y las
aprendizaje se theta
oscilaciones fusionan en las
también ondas
decrecen
con la edad, siendo un marcador del neurodesarrollo.
El ritmo beta es una oscilación que ocurre en el rango de 12 a 30 Hz. Al
igual que les sucedió a las ondas alpha, las oscilaciones beta fueron
consideradas un ruido innecesario en el cerebro y se desechaban de los
estudios sobre este lenguaje neuronal. Diferentes experimentos en la década
de los noventa cambiaron el rumbo de la neurociencia y reconocieron un
papel funcional a ambos ritmos. Las ondas beta son uno de los ritmos, junto
a theta, más involucrados en el movimiento. Toda aquella tarea que requiera
un control motor debe implicar una desincronización en beta, es decir, debe
romperse el patrón neuronal sincronizado en dicho ritmo para poder
ejecutar el movimiento. Debe romperse la rigidez. Su presencia en la
corteza motora se asocia a las contracciones de los músculos,
desapareciendo antes y durante el movimiento.
El ritmo gamma, el más rápido del cerebro, cubre entre las treinta y cien
descargas eléctricas por segundo. Puede llegar a 150 Hz. Es un ritmo
fuertemente implicado en la atención. La diferencia entre realizar una tarea
de forma atenta o presente o hacer lo mismo con menos recursos
atencionales, o piloto automático, es la cantidad de oscilaciones rápidas que
evoquemos. Los ritmos altos de gamma, hasta los 50 Hz, están involucrados
en procesos de percepción y memoria, mientras que los ritmos muy altos de
gamma, cercanos a los 100 Hz, se observan cuando procesamos
información de alto nivel, como la observación de uno mismo o
metacognición, la empatía, la compasión o meditaciones exigentes.
Curiosamente, el ritmo gamma muy alto es también epileptogénico, precede
a los ataques epilépticos. Basándose en esta relación clínica, algunos
autores se han aventurado a afirmar que las experiencias místicas podrían
ser explicadas como sucesos epilépticos. Aparte de este reduccionismo, la
literatura científica alienta a ser prudente en la práctica de la meditación en
personas con propensión a la epilepsia. El cerebro en esta enfermedad es un
sistema muy tendente a la sincronización, por tanto, los hábitos que
promueven la presencia de oscilaciones fuertes serían desaconsejables. El
ritmo gamma está implicado también en la percepción del tiempo. Dada la
rapidez de sus descargas actúa como una suerte de reloj con un paso de
tiempotienen
plena fino yunapreciso.
mayor Aquellas
presenciaexperiencias que vivimos
de ondas gamma, lo que con atención
conlleva una
mejor estimación de los tiempos y mayor finura o detalle en las memorias
registradas. Dada su relación con las ondas theta del hipocampo, gamma es
también fundamental para la memoria. Al contrario, cuando vivimos una
experiencia en el estado de «piloto automático» o sin consciencia de lo
vivido se produce un descenso de las ondas gamma que dificultan la
consolidación de la memoria, fenómeno conocido como «amnesia por lo
automático». Esta precipitada niebla afecta principalmente a la memoria
autobiográfica, muy dependiente de las ondas gamma. Según el profesor
Schacter, de la Universidad
sobre la memoria episódica,deaquella
Harvard, la guillotina
referente del olvido
a nuestras cae antes
vivencias, que
sobre la memoria semántica, los datos. Será más fácil recordar donde estuve
que cómo me sentí allí.
PERCIBIR ES INTERPRETAR
En la niebla,
de Hermann Hesse
Cuando Hermann Hesse pasea por el bosque, presumo de la Selva Negra
alemana, la imagen de los árboles se desplaza fugazmente hasta los
receptores de la retina de sus ojos. Son el primer impacto entre el mundo y
nosotros. También lo son los receptores de la piel, el oído, el olfato y el
gusto. El árbol, transformado ya, en el ojo, en una onda electromagnética
biológica, viajacerebro,
principal del silencioso por el nervio
el tálamo, situadoóptico
en suhasta llegar
centro. al receptor
Desde ahí, la
información se distribuye por los sistemas de memoria, el hipocampo, y de
emoción, la amígdala. Todas estas estructuras son subcorticales, es decir,
están por debajo de la corteza cerebral y procesan, por tanto, información
de la que no somos conscientes. Se sigue aceptando de forma general que
solo cuando la información toca la parte superficial del cerebro, su corteza
cerebral, somos conscientes de dicha información; el resto permanece en la
niebla. En su recorrido desde los receptores, los ojos por ejemplo, hasta la
corteza, dicha información es para nosotros no consciente. Gran parte del
tiempo,
llegado aellamundo pasea
retina de en hasta
Hesse la niebla. Desde
que ha sido que la imagen
desglosada por del
los árbol ha
sistemas
límbicos han pasado unos 100 milisegundos, siempre en la niebla. La
percepción comienza su vagabundeo en una niebla que retrasa la
experiencia consciente. Siguiendo en la niebla, los sistemas límbicos o
emocionales informan al hipotálamo para que traslade su veredicto al
cuerpo, a las vísceras y a las sensaciones. Hesse, sensible y sensitivo,
sentirá en su piel la elegancia de un majestuoso abeto, aun sin ser
consciente de haberlo visto. Vida y soledad se confunden. Las sensaciones
del cuerpo ante la experiencia anteceden al acto consciente. El cuerpo sabe
lo que la mente aún no se ha dado cuenta, repito sin cesar. Una vez
procesada la información en los sistemas no conscientes o subcorticales, el
abeto, por fin, llega a la corteza. En ese mágico instante, Hesse es
consciente del abeto, casi medio segundo después de haberlo visto sus ojos.
Pero para nosotros, ha sido instantáneo. Al caer ahora la niebla, los ha
borrado todos.
El abeto ha llegado a la corteza visual primaria, en la parte trasera u
occipital del cerebro. En esta región cerebral, una de las más extensas,
existen circuitos neuronales que procesan las características de la imagen
vista. Un grupo de trabajo de neuronas procesará la forma, otro el color,
otro su posición, y así con un sinfín de detalles. En el cerebro, como en el
intestino, todo se descompone. Cada grupo de neuronas especializado en un
atributo de la escena guarda con sigilo su secreto, no ve el árbol los otros
árboles, hasta que se hace consciente.
Cada persona tiene en su cerebro doce veces más neuronas que habitantes
hay en la Tierra.organización.
una majestuosa Sin embargo,Elacerebro,
pesar delejos
tan magna población
de ser un cúmulo se
de observa
células,
es un sistema con capacidad para autorganizarse y dar lugar a enrevesados
comportamientos. El principio que rige dicha organización es la
sincronización, es decir, la formación de equipos o circuitos de neuronas
que se organizan para desempeñar una tarea concreta. Decimos que las
neuronas estañan sincronizadas cuando se comunican entre sí. En ese caso,
dichas neuronas hablan en el mismo ritmo y sus actividades eléctricas están
relacionadas. Donald Hebb, pionero en el campo de la biopsicología, llegó a
decir que «las neuronas que disparan juntas permanecen juntas». El
funcionamiento cerebral se basa en la formación y disolución de dichos
circuitos neuronales, así como la sincronización de las luciérnagas facilita el
apareamiento de los insectos del bosque de Tlaxcala. En el cerebro, la
sincronización neuronal facilita la percepción. Cada circuito neuronal,
formado generalmente por millones de neuronas, tendrá la misión inicial de
codificar un aspecto de la escena percibida. Como decíamos, en el cerebro
de Hesse un circuito neuronal procesará la forma, otro el color, otro su
posición, y así con un sinfín de detalles. La información debe ser segregada,
como primer paso, antes de ser integrada. Este es el principio de la
percepción propuesto en los años noventa por el profesor Wolf Singer en
Alemania, y que hoy se sigue aceptando y se conoce como teoría de
«binding», unión, integración. La percepción se basa en la dicotomía
segregación e integración. Hace unos años trabajé en el laboratorio de
Neurociencia del Instituto Max Planck de Fráncfort, dirigido por Wolf
Singer. De aquellos días recuerdo con especial admiración las reuniones de
los lunes por la mañana, a las nueve en punto. El profesor Singer aparecía
en la sala ante sus cincuenta trabajadores y preguntaba: «¿De qué queréis
que hable hoy?». El profesor Singer, un hombre de unos 70 años, alto,
siempre elegante, de espalda erguida y tono pausado, improvisaba una
exquisita conferencia colmada de conocimientos. Años después me
reencontré con él en la isla Frauen del lago Chimsee, al sur de Alemania.
Ambos asistíamos, él como conferenciante y yo como alumna, a un
congreso sobre Budismo y Ciencia. Fruto de esos diálogos, Wolf Singer
escribió un libro con el monje tibetano Mathieu Ricard, llamado Cerebro y
meditación. Cierto día, mi compañero Raúl, también español, y yo
compartimos un viaje en el ascensor con él. Al salir, el profesor Singer
sujetó la puerta para detener el tiempo, nos miró y en su excelente inglés
nos dijo: «Whatever
Murmuramos yo«olé».
un sentido do, be happy». Hagas lo que hagas, sé feliz.
Hablar de laEsta
hipocampo. memoria, o más
estructura, bien reconocer parecida
sospechosamente y recordar,
a unsupone hablar
caballito del
de mar,
es la zona más involucrada en el aprendizaje, la inhibición y el recuerdo.
Pertenece a los sistemas límbicos y a la arquicorteza, y está situado justo
debajo del lóbulo temporal. En los años sesenta se popularizó la teoría de
que las alteraciones del hipocampo, debidas por ejemplo a la ansiedad,
estaban relacionadas con la hiperactividad. Esta conclusión se basaba en las
investigaciones de Jeffrey
hipocampo interviene en la Gray y su oequipo,
inhibición frenadoquienes observaron
de respuestas que el
recurrentes.
Sin embargo, el papel más destacado del hipocampo es la memoria. Decía
Shakespeare que la memoria es el centinela del cerebro. Idea que parecía
consolidarse gracias al estudio del paciente HM, la persona con el
hipocampo más famoso de la historia. En los años ochenta, el paciente HM
fue intervenido para anularle quirúrgicamente el hipocampo. Desde
entonces, no pudo formar recuerdos nuevos, todo esfuerzo por enseñarle era
en vano, sufría amnesia anterógrada grave y una amnesia retrógrada. Sin
embargo, recordaba su vida anterior a la cirugía. El cerebro de HM se ha
convertido en un ejemplo estudiado en todas las universidades de psicología
y medicina del mundo. Todos recordaremos su vida, menos él. Los
experimentos hechos hasta la fecha sugieren que en el hipocampo se forman
una serie de circuitos neuronales asociados a cada aprendizaje. De forma que
estas líneas están organizando en el lector, en este momento, un equipo
compuesto por millones de neuronas que, activadas por la plasticidad
neuronal o potenciación a largo plazo, están guardando el conocimiento
sobre cómo esas mismas neuronas guardan el conocimiento. Cada vez que el
lector recuerde que el hipocampo orquesta circuitos neuronales que
codifican o guardan información, se evocará en el hipocampo el circuito
neuronal que codifica o guarda esa información. Se preguntaba Rimbaud si
el trozo de madera sabe que es un violín.
Cabe volver a resaltar una vez más que la memoria no es aquel cajón u
ordenador donde se almacenan los recuerdos, que quedan inalterados cuando
vuelven a ser descubiertos. A la entrada de la Bienal de Venecia de arte
contemporáneo pude leer una de las mejores definiciones de memoria,
escrita por Umberto Eco: «Siempre estamos rehaciendo la historia. Nuestra
memoria es siempre una reconstrucción interpretativa del pasado, también lo
es la perspectiva». Brillante, Eco. La memoria se rehace al recordarla.
Cuando recordamos un hecho o un dato evocamos el circuito neuronal que lo
codifica. Cuando
existe. ¿Dónde no lo recordamos,
se almacena aquello queelnocircuito neuronal
está siendo simplemente no
recordado?
Como dice Eco, recordar es un acto vivo. Y por tanto, depende de la persona
que lo esté recordando, que no siempre coincide con la persona que lo vivió.
Yo puedo recordar ahora mi viaje por China con mi tío, pero lo recordará la
persona que soy hoy, fruto también de ese viaje, y de otros tantos. El físico
Erwin Schrödinger en su ensayo Mente y Materia escribe: «Realmente no
existe
incluyeunnuestros
antes y un despuésypara
recuerdos la mente. Únicamente
expectativas». existevivida
La experiencia el ahora, que
en este
momento depende del estado actual del organismo, un estado que se teje con
el hilo del pasado y la aguja del futuro. Veremos en este libro que la
memoria no solo involucra al cerebro, veremos que depende de las vísceras.
Nos recuerda Rainer María Rilke que «Los recuerdos en sí mismos no son
importantes. Solo lo son cuando se han transformado en nuestra propia
sangre, en mirada y gesto, y no tienen nombre, cuando ya no se pueden
distinguir de nosotros». Precisamente, una de las propiedades de la memoria
es la propensión, influida por el estado actual del cuerpo que la evoca. Un
mismo hecho recordado en un momento de alegría poco se asemeja al
memorado en un enfado. Cada estado seleccionará una cara del mismo
prisma. Porque al recordar siempre seleccionamos qué recordar, siempre se
elige o decide una interpretación frente a otra. Marco Aurelio nos aconsejaba
«No dejar que la memoria se enajene de las cosas que tenemos, sino de las
que nos hagan falta». Esta relación es especialmente vinculante en el trauma,
donde la disociación entre el cuerpo y el estado mental es más evidente. El
cuerpo recuerda episodios que no siempre son agradables de recordar
recordar,, y a los
que les damos la espalda. Pero curiosamente, los estudios muestran que la
memoria privilegia los recuerdos agradables. Cuando vivimos situaciones
impactantes o incómodas se libera la hormona de cortisol, vinculada al
estrés. Esta hormona actúa en el hipocampo dificultando su labor de
codificación de las memorias, por lo que esa situación vivida no está siendo
registrada correctamente en el momento en que la vivimos. Estos resultados
han sido especialmente reveladores para la psiquiatría, donde figuras como
Elisabeth Loftus luchan por mantener la prudencia ante el testimonio de
testigos de un accidente o un episodio de violencia hacia nuestra persona. El
trauma, aun estando siempre presente, suele estar, paradójicamente,
vinculado al olvido. Tendemos a olvidar, o no memorizar, las situaciones
desagradables. En un nivel más moderado, una discusión o conflicto vivido
con estrés es una película grabada con cámaras deterioradas. Olvidar este
sesgo nos lleva a una ilusoria sensación de seguridad al afirmar que
recordamos con certeza lo vivido. Prudencia. Sin embargo, aquellos
recuerdos agradables, y especialmente aquellos en los que nuestra identidad
ha sido aplaudida, son tatuados. Las proyecciones de la amígdala sobre el
hipocampo reforzarán esos circuitos. Esta propensión a recordar más los
acontecimientos positivos que los negativos se incrementa con la edad,
siendo
de la más evidente
corteza en la
frontal envejez. En este periodo
los recuerdos, se observa
asociada la intervención
en este caso a las
confabulaciones. Decía el escritor José Saramago que: «La memoria es
selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado
solo en lo más dulce. Pero hay que tratar de ser honestos».
Si importante es recordar, más aún lo es olvidar. Plinio el Viejo, escritor
romano del siglo I, escribió en su Historia Natural: «No hay en el hombre
nada de más frágil naturaleza que la memoria, puesto que se ve afectada por
la enfermedad, las heridas e incluso el miedo. A menudo los recuerdos
parecen intentar escapar de nosotros, incluso cuando el cuerpo está tranquilo
y completamente sano». Inspirado por los relatos de Plinio acerca de
hombres de prodigiosas memorias, José Luis Borges, en sus Ficciones, nos
narra la historia de «Funes el memorioso», un joven uruguayo que tras sufrir
un accidente es incapaz de olvidar nada. Recuerda absolutamente cada
detalle, cada experiencia, cada palabra de todas las conversaciones que había
tenido en su vida. Aprende idiomas con solo ojear un diccionario y describe
cada una de las nubes que ha volado sobre su cabeza. Aquella insoportable
memoria hace del pobre Funes un hombre incapaz de imaginar, incapaz de
abstraerse, incapaz de generalizar. Borges sella su relato con una sentencia:
«La verdad es que todos vivimos olvidando». Para generalizar, para
aprender, hay que olvidar. «Una condición del recuerdo es que hemos de
olvidar», apuntaba ya William James. Afortunadamente, el cerebro olvida y
lo hace con un decrecimiento exponencial. A los quince minutos de haber
aprendido algo, habremos olvidado un 40 % de su contenido. Si además
hemos vivido sin una plena atención, la guillotina del olvido será más rápida.
El estrés es otro acelerador del olvido. Pero el principal propulsor del olvido
es el paso del tiempo; como decía Calderon de la barca: «suele la memoria
morir a manos del tiempo». Uno de los temas más fascinantes de la
investigación reciente se centra en la pregunta de por qué sabemos aprender,
pero no sabemos olvidar.
La memoria está siempre vinculada a la emoción. Aquello que nos resulta
emocionalmente desagradable tiende a ser destruido, frente a una emoción
dulce que tiende a ser resaltada. Aquello que conocemos con motivación se
aprende antes, lo aburrido lleva al aprendizaje cuesta arriba. El hipocampo
está anatómicamente muy relacionado con la amígala, la estructura más
vinculante
almendra espara
unaladeemoción. Esta
las zonas máspequeña región
conectadas delcerebral
cerebro.delRecibe
tamaño de una
y manda
información a una extensa red de áreas cerebrales entre las que se encuentran
el tálamo, el hipocampo, los sistemas sensoriales y la corteza prefrontal. El
científico Joseph Le Doux de la Universidad de Nueva York fue pionero en
relacionar la actividad hemodinámica y eléctrica de la amígdala con la
emoción. Veremos en este libro que la información de las vísceras impacta
directamente con la amígdala. La iremos descubriendo poco a poco en este
viaje, ya que no se puede hablar de emoción sin hablar de las sensaciones
corporales, del organismo.
la cortezacomo
visceral prefrontal también yejerce
el hipotálamo, control
lo hace sobre
a través de los sistemas de
la mediación deregulación
la corteza
cingulada. Esta área es una de las más importantes para la observación de
nuestra propia respuesta, es aquella zona que da lugar a ese mágico
momento de darse cuenta de sí mismo, cuando se une con la ínsula. Ambas
áreas cerebrales forman el espejo del cerebro.
Hasta ahora hemos hablado de un cerebro que percibe o interpreta el mundo,
pero nosotros somos también parte de ese mundo. Nos adentramos en la
rama de la neurociencia que estudia la noción de identidad, quien soy yo o
cómo sé que la que está observando soy yo. La autoconciencia. Hasta ahora,
la comunidad científica ha sostenido que el área más vinculada a tan
resbaladiza abstracción es la ínsula. El lóbulo de la ínsula, situado en la parte
lateral del cerebro, une los lóbulos temporal, parietal y frontal, quedando
oculto tras ellos. La ínsula está implicada en funciones dispares pero
relacionadas, entre ellas: la detección de errores, el reconocimiento de otras
personas, la percepción del tiempo y el espacio, el sentido materno, el acto
de sonreír, la sensación de sentirse libre, nuestra relación con el dinero, el
conocimiento de la postura de nuestro cuerpo, y el sentido de uno mismo. Es
uno de los mayores centros de fusión del cerebro. Según los investigadores
Antonio Damasio y Bud Craig, la ínsula es la piedra angular de la
conciencia, al emociones
organismo, las ser la región cerebral
subjetivas y el que integra
entorno, la lugar
dando información
a lo quedel
se
conoce científicamente como «momento emocional global». Al ser la zona
más destacada en la influencia del organismo sobre el cerebro, iremos
conociéndola en detalle más adelante.
Compitiendo en relevancia con la ínsula está la corteza frontal. Conocida
como
fusión ladelcabina del piloto
cerebro al ser cerebral,
una zonase de
postula como el mayorpor
superconvergencia centro de
la que
desembocan los ríos neuronales. Hasta ella llega información de centros
unimodales, por ejemplo, la vista, y multimodales, combinación de varios
sentidos, pero también puede enviar información a estos sistemas e ir a
contracorriente. La corteza prefrontal es el principal centro regulador de la
conducta. Dentro de la corteza prefrontal, como en cualquier parte del
cerebro, hay particiones. En la corteza prefrontal existe un gradiente de
procesamiento: en las zonas anteriores, más cercanas a la frente, el
procesamiento de la información es menos sutil y específico pero más
abstracto. Este gradiente se explica por las proyecciones que recibe. Las
zonas más posteriores de la corteza prefrontal, más alejadas de la frente,
reciben información sensorial y las zonas anteriores reciben información
convergente multimodal, lo que permite al cerebro retener la información,
planificar la conducta, elaborar un pensamiento y llevar a cabo una estrategia
de acción. La corteza prefrontal está involucrada en la conducta,
especialmente en adecuar nuestro comportamiento a las circunstancias, es
decir, las funciones ejecutivas. Joaquín Fuster, un prestigioso profesor
español afincado en la Universidad de Los Ángeles, lleva más de 40 años
estudiando esta región cerebral para defender que el lóbulo frontal organiza
las memorias que utilizamos con objeto de moldear nuestra conducta, para
hablar o razonar. Una vez más se sostiene que percibir es seleccionar e
interpretar.
MENTE Y CEREBRO
En neurociencia
relación entre elconviven
cerebro hoy
y ladiversas formasPor
consciencia. de pensamiento
un lado, losenfisicalistas
torno a la
consideran la mente como parte del organismo y asumen que está
gobernada por las leyes de la física. El cerebro sería el soporte físico de la
mente. Sin embargo, otros, por ejemplo Giulio Tononi y su teoría de la
información integrada, suponen que la consciencia está distribuida por todo
el universo físico y penetra en la materia. Hay científicos que llegan incluso
a negar la idea de consciencia. ¿Es la mente consciente una cortesía del
cerebro?
En este texto eludo emplear el verbo crear. No es infrecuente leer que la
corteza frontal crea la conducta, por ejemplo. Me parece más elegante y
prudente utilizar la expresión de dar lugar. Nadie puede afirmar con certeza
que el cerebro crea la consciencia, pero sí podemos reconocer qué
alteraciones del cerebro deterioran la consciencia. La ciencia no puede
demostrar, pero sí mostrar.
Capítulo 2
INCORPORAR EL CUERPO
«Sentí como el tacto de aquella mano se extendía por todo mi ser. Nadie en
el mundo sabe lo que el simple contacto de una mano —una mano amada,
naturalmente— puede proporcionar. El mundo entero puede estar en una
mano: la historia, el universo, la locura, la razón». Pablo d’Ors, en su
novela Entusiasmo, nos conduce hacia el misterio de las sensaciones
corporales: el sistema somatosensorial. Este sistema se ocupa del tacto y de
la posición del cuerpo, llamada propiocepción. Los receptores sensoriales
están situados en la piel, el músculo esquelético, los huesos y las
articulaciones para informar al cerebro de las sensaciones y la postura
corporal. Los receptores cinestésicos informan del movimiento de las
articulaciones. No nos hace falta mirar los brazos para saber si los tenemos
extendidos o si están quietos. Movimiento, sensaciones y posición corporal
están fuertemente relacionados. Al igual que la interocepción, no es una
información que el cerebro conozca para estar al corriente del cuerpo.
Ambos son sentidos, es decir, el cerebro requiere de ellos para poder
coordinar su actividad. El organismo, las sensaciones que recibimos del
cuerpo y nuestra postura influyen radicalmente en el cerebro.
«He llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias
también»,
del cuerpo,dice Mario Benedetti.
se distribuyen A lo largo
los receptores de la que
táctiles piel,codifican
el órganoymás extenso
trasladan lo
que allí sucede hasta el cerebro. Durante el tiempo que tardo en agacharme
para acariciar a mi hija, la sensibilidad de mi piel ha ido poco a poco
incrementándose, para amplificar las sensaciones de la caricia cuando al
final suceden. Pero las células de la epidermis mudan constantemente y se
recambian una vez al mes, así que nunca acaricio a mi misma hija. Esa
caricia será recibida por los corpúsculos de Pacini, para viajar por la médula
espinal hasta el cerebro. Una caricia en la mano desembocará en su
correspondiente lugar en el cerebro, en las áreas que gestionan la
información que en
reservado su sitio proviene de somatosensorial.
la corteza la mano. CadaPara
parte del cuerpo
hacernos tiene
una idea de
su localización en el cerebro podemos imaginar una típica diadema en la
cabeza, de las que se usan para retirar el cabello de la frente, ligeramente
inclinada hacia atrás. Esta región cortical se sitúa en el lóbulo parietal y
dibuja las regiones neuronales que se encargan de procesar la información
de las sensaciones de cada parte del cuerpo. Cuando se analizó la corteza
somatosensorial, por primera vez en 1952, se descubrió, para sorpresa de
todos, que el cerebro privilegia unas zonas del cuerpo sobre otras. La
espalda, pese a ocupar un tamaño considerable, recibe muchas menos
neuronas que el dedo meñique, y no digamos el pulgar. Lo más importante
para el cerebro, aquello a lo que dedica más recursos neuronales, es la cara
y las manos. El resto es secundario. Dentro de la cara, lo más importante es
la lengua y la musculatura que rodea la boca. De ahí la importancia de
sonreír. En el año 1988, los investigadores Strack, Martin y Stepper
realizaron un curioso experimento cuyos resultados han dado la vuelta al
mundo varias veces. Un grupo de estudiantes acudió a sus laboratorios con
el
al objetivo de leer
diez cómo de unas viñetasles
graciosas jocosas.
habíanSe resultado.
les pidió que puntuaran
Los del uno
investigadores,
interesados en estudiar la influencia de la sonrisa en la percepción, pidieron
a los voluntarios que leyesen las viñetas con un bolígrafo en la boca.
Primero, sujetando el bolígrafo con los dientes. No les quedaba otra que
sonreír sin que se diesen cuenta. Y segundo, sujetando el bolígrafo con los
labios. Era inevitable la cara de enfado. No se les pidió que sonriesen o
fingieran estar irritados, los voluntarios no se daban cuenta de su propia
cara. Pero sus cerebros, sí. Cuando los jóvenes leyeron las viñetas de humor
con el bolígrafo entre los dientes, sonriendo, lo valoraron como más
gracioso que cuando facial,
de retroalimentación lo sujetaban
que asíentre los labios,
se llama enfadados.
técnicamente, La hipótesis
sostiene que la
expresión de la cara, especialmente la bucal, es interpretada para decidir la
percepción.
Pero no solo se interpretan las sensaciones o postura facial, el cuerpo entero
es una fuente de información porque el cuerpo entero es el campo donde de
juegan las emociones, los pensamientos, la vida. Los vistosos experimentos
del grupo liderado por la profesora Riita Hari de Helsinki permitieron
diseñar los mapas corporales de las emociones. Toda emoción, por suave o
fuerte que sea, conlleva sensaciones corporales. El enfado suele activar con
más potencia las sensaciones de las manos, el pecho y la mandíbula; el
miedo se recoge más en el pecho; la sorpresa serpentea por los ojos. La
tristeza y depresión diseñan un gélido mapa avisando de la ausencia de
sensaciones. Al contrario, el amor produce un destello sensitivo en la cara,
el pecho y los genitales; la felicidad inunda la cara, las manos y anida en las
sensaciones del pecho alrededor del corazón. Lo mismo sucede cuando
percibimos en otra persona una emoción, resuena en nuestro cuerpo, la
hacemos nuestra. La propiocepción también influye en la percepción del
entorno, ya que nos permite poder comprender la actitud de los demás
cuando observamos su cuerpo y su movimiento. Decía el filósofo Nietzsche
que «viendo cómo camina alguien, podemos saber si ha encontrado su
camino». Las sensaciones corporales son recogidas por el cerebro, dando
lugar a la experiencia emocional. Esta es la base de la teoría del marcador
somático de Antonio Damasio. Sin las sensaciones del cuerpo, como
adelantaba William James, la emoción sería una abstracción desprovista de
su calidez. Nos podríamos aventurar a asimilar la emoción con la
consciencia
para definir delaslos campos corporales.
emociones, Quizás
y necesitamos no haya«No
sentirlas. palabras
lloro oporque
conceptos
esté
triste, estoy triste porque lloro», recitaba incansable James.
Curiosamente, el complejo y rico mapa de sensaciones corporales que
acompaña a la emoción suele pasar desapercibido para la mente consciente.
Es habitual encontrarnos ante la incertidumbre de no saber describir las
sensaciones que se derivan de una emoción. Desconocemos cómo hacerlo
porque no cultivamos la consciencia corporal, la atención sobre las
sensaciones del cuerpo. El estallido de pensamientos que desplegamos ante
una emoción eclipsa el silente o discreto susurro del cuerpo. Estamos más
habituados a dar protagonismo al intelecto que a la sensación del cuerpo.
Quizás herencia de haber separado, siglos atrás, a estos dos hermanos
siameses. Pero, paradójicamente, son esas sensaciones corporales las que
nos pueden guiar en el laberinto de las emociones. Cualquier situación
conlleva una infinidad de decisiones, principalmente inconscientes.
Decisiones que tardan un tiempo, segundos, en ser elaboradas y tomadas.
Son los mecanismos de preparación neuronal. Aquella palabra agresiva, el
gesto despreciativo o el acercamiento conciliador no han surgido en un
instante. En el cerebro todo tarda un tiempo en procesarse. La decisión se
ha ido fraguando en las estructuras subcorticales, sobre todo límbicas,
durante segundos antes de coronar la cima de la corteza y ser expresadas en
el comportamiento. Durante ese ascenso, la información es no consciente.
Por ello decía Paul Ekman que experimentamos las emociones como
suceden y no como las hemos elegido. En parte tenía razón. Esa perspectiva
nos situaba en una posición que fácilmente podría interpretarse desde la
pasividad, no hay nada que hacer, eludiendo cualquier responsabilidad. Pero
la anatomía nos devolvió algo de libertad. Cuando las emociones, en efecto,
se están fraguando en las estructuras límbicas no tenemos acceso consciente
a ellas. Pero contamos con un aliado, un espía que nos chiva sigiloso lo que
allí se está perpetrando: el hipotálamo. Como parte de los sistemas límbicos
o emocionales, el hipotálamo es partícipe de la información que entre todos
están elaborando antes de transferirla a la corteza. Su labor, como vimos, es
traducir el lenguaje neuronal al organismo. Y lo hace a través de la
dinámica cardíaca, la respiración, las contracciones de la musculatura o la
postura corporal. Antes de hacer consciente la emoción se manifiestan las
sensaciones corporales. Recuerde, el cuerpo sabe aquello de lo que la mente
no
de se ha dado cuenta.
la emoción Las sensaciones
en segundos. Desarrollardeluna
cuerpo anteceden
consciencia a la expresión
corporal que nos
permita conectarnos a las sensaciones de nuestro cuerpo es un acto de
espionaje que nos concede el libre albedrío de adelantarnos a la propia
emoción y, como mostró la Universidad de Berlín, poder abortarla antes de
ser expresada. Varios estudios han reportado estadísticas que muestran que
las personas con mayor consciencia corporal toman decisiones más
acertadas. Yo creo que el cuerpo no nos dice a dónde ir, nos dice donde
estamos, que es más importante.
TENER EL CUERPO EN MENTE
memoria y los
experimento del sesgos de en
bolígrafo la percepción. Siguiendo
la boca, en este unvoluntarios
caso los diseño similar al
debían
leer una secuencia de palabras proyectadas en la pantalla de un ordenador.
Para valorar la influencia de la rectitud de la espalda, los investigadores
situaron el ordenador en dos posiciones. En una estaba colocado en una
mesa a la altura de los ojos de los participantes, de forma que los
voluntarios estaba en una posición recta. En la segunda opción, el
ordenador estaba en el suelo, de forma que para poder leer las palabras que
se iban sucediendo no quedaba más remedio que inclinarse, bajar la cabeza,
encorvarse. Pasado un tiempo se les pidió a los participantes que recordasen
las palabras que habían leído. Aquellos que encorvaron la espalda
recordaron menos palabras, y retuvieron en mayor cantidad las que tenían
un tono negativo. Este artículo es especialmente relevante dada nuestra
inclinación a encorvarnos. El cuerpo es una bisagra que nos permite migrar
de un estado a otro. Así como el cerebro interpreta la postura para inferir
sobre nuestro estado, un cambio de postura puede contribuir a volcar una
situación. Esto es lo que relataba un estudio donde se midió el impacto de la
corrección de pacientes
se dotó a las la postura de
durante las intervenciones
un gabinete psicológico psicológicas. Para ello
de unos sensores que
informaban al terapeuta de su postura. Durante la intervención, las mujeres
tendía a encorvar o perder la firmeza de su postura, que era corregida
sutilmente por los profesionales. Sus resultados mostraron que vigilar y
ayudar a rectificar la postura durante las sesiones psicológicas produjo un
aumento significativo de las emociones positivas, la autoestima y el nivel
subjetivo de felicidad. Más ejemplos. El año 2003, la Universidad Estatal
de Ohio mostró que, cuando nos abrazamos a nosotros mismos, se
experimenta una reducción del dolor. Darse cuenta de la propia postura a lo
largo del díaque
herramienta podría convertirse
la mayoría en un yaliado
desconoce de la salud
que quienes mental, otra
la conocemos no
siempre incorporamos.
En la última década, la investigación científica ha volcado una amplia gama
de resultados que resumían en números lo que la experiencia de millones de
personas ya había constatado: técnicas como el yoga, pilates, taichi y
QiGong, entre otras, suponen beneficios para la salud física y mental. En
todas estas disciplinas se trabaja la consciencia sobre la propia postura
produciendo una educación postural que, más allá de lo estético, favorece la
plasticidad neuronal. La práctica regular de yoga o QiGong supone la
activación de la parte anterior de la ínsula cerebral, uno de los centros de
mayor fusión del cerebro, como hemos visto. La ínsula es el área neuronal
más involucrada en la idea de identidad, de cómo nos percibimos a nosotros
mismos. Allí se entrelazan, desde el punto de vista neuronal, la postura
corporal y la mental. Una sola sesión de yoga o QiGong incrementa la
presencia de ondas alfa en la ínsula, beneficio que se mantiene durante más
de una hora después de haber finalizado la clase, según constató la
Universidad de San Diego en California. A nivel psicológico se han
reportado beneficios cognitivos y emocionales en poblaciones de rangos de
edad muy diversos. La investigación científica cuenta ya con una sólida
base para concluir que la práctica regular de yoga, pilates, taichi y QiGong
mejora la calidad de vida. La clínica se ha hecho eco de ello, siendo cada
vez más frecuente que en los centros de salud se aconseje su práctica como
parte de la medicina preventiva. Por suerte, los llamados programas de
combinación mente-cuerpo se van entretejiendo en la clínica estándar, y no
extrañará en un futuro próximo ver trabajar conjuntamente a sanitarios con
profesionales
publicado en eldelaño
yoga,
2016pilates o qigong.que,
que mostraba Y así
si selo combinaba
constató unla estudio
terapia
estándar con la práctica de yoga, se aceleraban y potenciaban los beneficios
para tratar la depresión, ansiedad y favorecer el bienestar en la población
clínica.
La neurociencia interoceptiva y propioceptiva es un soporte más para la
implementación de programas de rectificación de la postura y el ejercicio
físico como prevención y tratamiento de las alteraciones de la salud mental.
Dentro de los hábitos de estilo de vida destaca por sus bondades e impacto
el ejercicioquefísico.
concluyó En el año
las personas 2018, unatienen
sedentarias revisión de la literatura
un riesgo científica
significativamente
mayor de padecer depresión. La práctica regular de ejercicio físico suponía,
según este estudio, hasta un 25 % de disminución del riesgo, con
independencia de la edad o el país. Lo mismo se observa con la ansiedad,
cuya incidencia se reduce entre un 15 % y 25 %. Estos resultados, entre
otros muchos, sitúan el ejercicio físico como candidato para tratar
alteraciones mentales graves, combinado con los protocolos médicos. A
nivel neuronal, se ha observado que el ejercicio físico favorece los recursos
cerebrales de la cognición, potenciando la plasticidad, la función vascular
cerebral y disminuyendo la inflamación. Dicho técnicamente: hacer
ejercicio es un acto de neurogénesis. Tras una sola sesión, se incrementan
los factores de crecimiento neuronal, BNDF, aquellos que necesitamos para
la formación de nuevas sinapsis; aunque, por supuesto, una sola sesión no
es suficiente para mantener los beneficios. Según los estudios, la práctica
necesaria conllevaría entre 150 y 300 minutos a la semana de ejercicio
moderado y entre 75 y 150 minutos a la semana de ejercicio intenso,
repartidos en dos o tres sesiones a la semana. Y si se alternan disciplinas,
mejor. Los estudios también recomiendan encarecidamente que sea un buen
profesional el que guíe nuestra práctica.
Tal es el peso de las evidencias que los servicios de salud mental han
comenzado a incluir este hábito entre sus tratamientos estándar. Sabiendo
que las alteraciones mentales dificultan la toma de iniciativas saludables, es
gratificante que haya un soporte social que anime a esas personas a incluir
el cuerpo como herramienta para acomodar la mente. Veamos dos ejemplos
de centros vanguardistas que pueden inspirar. En Australia se fundó hace
pocos
body inaños un programa
mind, programa llamado
KBIM). «Tener el cuerpo
El servicio en mente»
de salud (Keeping
que trataba the
hasta ese
momento a jóvenes con brotes psicóticos y esquizofrenia transformó su
consulta en un gimnasio. Psiquiatras, nutricionistas y profesionales del
ejercicio físico trabajan codo a codo. Sus resultados fueron sorprendentes:
reducciones significativas de la sintomatología psiquiátrica. Al otro lado del
mundo, en el hospital Sant Charles de Londres replicaron el escenario. Esta
vez, los pacientes manifestaban un amplio espectro de alteraciones mentales
graves. Los investigadores destacaron el papel del entusiasmo creado por el
nuevo paradigma entre los pacientes y sanitarios, siendo un ingrediente
fundamental
reducción deldel45éxito
% enobservado. Entredeotras
los episodios sorpresas,
vviolencia
iolencia se del
dentro notificó una
servicio.
Actualmente existe una guía, publicada en la revista Lancet psychiatry
comission en el año 2019, para llevar a cabo la conversión de los servicios
de salud mental en centros integrales. Cuidar el cuerpo para cuidar la
mente. Cuerpo y mente pueden ser distinguibles, pero dudo que sean
separables.
RECUPERAR LA BIOLOGÍA HUMANISTA
tambiénlareconocer
cambia las limitaciones
mirada. Conocer de cada
otras culturas visión.
supone unaElfuente
cuerpodeesinspiración.
el mismo,
Si los médicos que estudiaron hace 50 años hubieran sabido de los textos
indios sobre la modulación de la atención a partir de la respiración, por
ejemplo, alguien hubiera podido dejarse llevar por su curiosidad y esta
revolución podría haber sucedido antes. Si los médicos de antaño hubieran
estudiado que en China el caldero del intestino era el fuego sobre el que se
cocina el temperamento, algún laboratorio habría dedicado sus esfuerzos a
traducir dicho romanticismo en términos de microbiología para diseñar los
tratamientos que hoy están agitando favorablemente la psiquiatría. Cada
uno percibe lo que el otro no puede ver, por eso no estaría de más dialogar.
Es cierto, y esto lo he vivido yo en primera persona, que trasladar el
lenguaje simbólico de las tradiciones a la tecnología es muchas veces
espinoso y otras tantas, imposible. Y cuando se salva el obstáculo
experimental, hay que sobrevivir al cuchillo de la estadística. Créanme que
no es tarea fácil. En lo académico, todo lo que se afirme debe apoyarse en
un número, no en una palabra.
Pero no solo en Oriente se ha mantenido la visión distribuida de la mente
sobre el cuerpo. La medicina que hoy globaliza el mundo, la medicina
científica, lo mantuvo hasta hace tres siglos. He considerado oportuno
adentrarme, brevemente, en su historia para dar a conocer nuestros orígenes
y resaltar que la humanidad siempre ha considerado el cuerpo entero como
sede de la mente. Lo excéntrico ha sido lo que hemos vivido en los últimos
siglos. La excentricidad de la fragmentación nos ha permitido crecer a
ritmos nunca imaginados, diseñar remedios soñados durante siglos y
escribir el mayor diccionario sobre el cuerpo humano. Ahora se trata de
recuperar
comenzamosel aequilibrio
dibujar unentre
nuevolosserórganos.
humano.Con todo ello bajo el brazo,
Sin memoria no hay identidad. Resumamos la historia de la medicina
científica. No querría empezar sin aclarar que me he centrado en la historia
de la medicina occidental, ya que los resultados científicos que se
expondrán en este libro parten de ella. He querido volver a las raíces del
sistema médico más aplicado hoy en el mundo. Desafortunadamente, son
pocos los textos que han estudiado la influencia de la práctica chamánica y
las medicinas orientales en la cultura occidental, por lo que desconozco su
impronta en la medicina científica. Y no querría empezar a hablar de su
historia sin mencionar mi tributo a toda forma de conocimiento humano.
Medicinas como la tradicional china, la ayurvédica, la azteca o maya, entre
otras, han evidenciado sus bondades y eficacia durante siglos, y cada vez se
observa una mayor convergencia entre ellas. Ahora sí, resumamos la
historia de la medicina científica.
Sus orígenes nos llevan hasta el exótico y fascinante Antiguo Egipto,
cultura que surgió en el valle del río Nilo hace más de 4.000 años. Hasta
nosotros ha llegado la elegancia y el misterio que encierran sus pirámides,
arte o su mitología. Pero poco se conoce de su medicina, una de las más
ricas que ha existido en la Antigüedad, a pesar de que las Historias de
Heródoto y La Odisea de Homero están cargadas de referencias a la
medicina egipcia. Gracias a su tradición de momificar sus muertos, o al
menos a algunos de ellos, hoy conocemos la relevancia que otorgaban al
cuerpo como vehículo del alma. Pero gran parte del conocimiento que
tenemos de su medicina ha llegado a través de los papiros médicos que han
sobrevivido a saqueos o incendios, incluso a la erosión del tiempo. Según el
filósofo griego Clemente de Alejandría, del siglo III antes de Cristo, existió
una enciclopedia egipcia de cuarenta y dos volúmenes de los que seis de
ellos trataban de asuntos médicos. Los papiros son largas tiras enrolladas
escritas de derecha a izquierda con textos de tinta negra y títulos en rojo. La
vasta literatura médica del Antiguo Egipto estaba inspirada en Thot, dios
sanador del panteón egipcio, y su autoría se atribuye a Hermes, un filósofo
que vivió unos 2.000 años antes de Cristo. Por ello a los textos de la
medicina egipcia se les llama Libros Herméticos. Sin embargo, la medicina
egipcia nos llega hoy a través de los papiros nombrados según el
arqueólogo que los descubrió.
atribuye a Imhotep, e incluyeElunpapiro de Smith,
extenso tratadodatado
sobre en
el el 1550 aC,
corazón se
y los
vasos, eje sobre el que gira la medicina egipcia que fue principalmente
cardiocentrista. Texto que se complementa con el papiro de Berlín,
dedicado al corazón. El papiro de Ebers, del año 1536 aC, es considerado el
compendio de la medicina interna, con remedios y recetas para una amplia
variedad de enfermedades oftalmológicas, de la piel, sistema digestivo,
respiración, ginecología, o infecciones producidas por insectos. Sus líneas
muestran el gran conocimiento que tenían de anatomía y funcionamiento
del organismo, llegando a detalles como las dolencias del ano y recto
recogidas en deel lapapiro
proctológico Chester
historia. Beatty,
Dichos textosconsiderado el primer
se acompañaban tratado
de otros de
carácter mágico-religioso, como el papiro de Leiden, o el de Londres. Las
nociones de anatomía y fisiología se emparejaban con conceptos religiosos
y mágicos en un tripartito donde el médico que intervenía directamente el
cuerpo, swnw, se acompañaba de los sacerdotes de la medicina, wabw, y los
hechiceros, saw. En la escritura jeroglífica, los médicos se representaban
con un símbolo en forma de flecha que recordaba al bisturí quirúrgico que
se empleaba en las trepanaciones y demás intervenciones, en las que los
egipcios fueron pioneros. Todos ellos recibían formación médica y
espiritual,
lo que hoyenserían
las llamadas Casas de de
las Facultades la vida, Per Ankh.
Medicina. Bonito
Cuando un nombre
enfermopara
era
curado tenía la obligación de acudir a las Casas de la Vida para que los
escribas tomaran nota del tratamiento exitoso. Para ellos, como en otras
medicinas arcaicas, la enfermedad tenía un origen sobrehumano y
asociaban la salud a una buena circulación en la que no hubiera retenciones
en los canales humanos por los que circulaba la energía del universo. Este
concepto recordaría a la medicina tradicional china. La medicina del
Antiguo Egipto está ligada a su principal figura, Imhotep, el tres veces
grande, que sentó las bases no solo de la ingeniería para construir las
pirámides, sino también de la medicina. Imhotep fue un médico, astrónomo
y arquitecto que vivió 2.700 años antes de Cristo. Su nombre en egipcio
significa «el que viene en paz». Imhotep dotó a la enfermedad de una
concepción mítico-religiosa. La practica médica del Antiguo Egipto
consistía en una combinación de rituales mágicos, intervenciones
quirúrgicas si era necesario y la aplicación de ungüentos, medicinas o
masajes. Los fisioterapeutas acompañaban a los médicos. Para los egipcios,
el
unacuerpo humanoSegún
divinidad. se dividía en treinta y seis
la localización de partes, protegida cada
la enfermedad, una por
los médicos
invocaban a la divinidad correspondiente, de forma que la mayoría de los
médicos especialistas en determinadas regiones del cuerpo pertenecían a la
secta del dios protector de dicha parte. Así, por ejemplo, Duau era el dios
sanador de las enfermedades oculares; Bes, Tauret y Hathor protegían a la
mujer en el embarazo y parto; Isis era la diosa del hígado; Neftys de los
pulmones; Neit de los riñones, y Selket del intestino. Por otra parte, había
dioses que se enfrentaban a los sanadores creando enfermedades en la
población, como el malvado Seth. Imhotep no solo ha pasado a la historia
por su labor
y padre de laclínica, tambiénFue
arquitectura. se leel ha nombrado
ingeniero delprimer científico
complejo conocido
funerario de la
pirámide escalonada de Saqqara, del faraón Zoser. Para ello ideó un sistema
de bloques de piedra formados por barro, sal y cal, más fáciles de
transportar y moldear. Los llamó «piedras hechas por el hombre». Fue
enterrado con honores en el panteón nilótico y considerado como un dios
sanador por los grecorromanos. Para mayor deleite, se cree que fue un
apuesto hombre de bellos ojos verdes y escultural tórax. Imhotep, el tres
veces grande, es considerado por los historiadores de la medicina como el
primer médico conocido y, por tanto, padre de la actual medicina científica.
Dato de
cuna clave es queestaría
la clínica se sabe queAntiguo
en el Hipócrates se basó en sus enseñanzas. La
Egipto.
El siguiente lugar al que nos lleva la historia de la medicina científica es a
Grecia. Han pasado unos 2.000 años desde el esplendor de la medicina del
Antiguo Egipto y sus textos siguen siendo referencia en la Grecia clásica.
Estamos en el siglo V antes de Cristo, su época dorada. Sócrates curando
mediante el diálogo e Hipócrates haciéndolo con sus manos. ¡Menuda
época, filósofos de la mente y el cuerpo recorriendo las mismas calles! La
medicina clásica griega nace de la unión de los pensadores presocráticos y
la herencia de la escuela médica egipcia, principalmente. El primer libro
médico encontrado pertenece a Alcmeón, del siglo V antes de Cristo. En él
se habla por primera vez de la importancia del cerebro y se define la salud
como el equilibrio de las cualidades y la enfermedad como su desequilibrio.
Poco después y no muy lejos de Alcmeón, destaca Empédocles de
Agrigento. Este filósofo natural presocrático marcó el curso de la historia
con una doctrina según la cual todos los seres naturales estamos compuestos
por la combinación de cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego. El
equilibrio, la mesura
personaje que más haenmarcado
las relaciones, es ladebase
la historia de la salud.
la medicina Quizássea
científica el
Hipócrates de Cos, nacido en el año 460 antes de Cristo. Es, por muchos,
considerado el padre de la medicina. La descripción que hace Platón del
cuerpo humano en su obra Timeo es de influencia hipocrática. Hijo y nieto
de médicos estudió anatomía en el Asclepeion de la isla de Cos, formación
que combinaba en igual intensidad con filosofía. Como veremos, la
separación entre la filosofía y la medicina es un reciente error. En su
escuela destaca la objetividad y minuciosidad con la que se estudiaba la
enfermedad, a la vez que se recomienda observar al paciente «con la vista,
el tacto, eltodo
conocer oído,aquello
la nariz, con
la lengua,
que con el entendimiento,
conocemos». con lotambién
Destacaba que puede
la
observación del gesto de la cara del paciente. Forma de diagnóstico
conocida como facies hippocratica. No seré la única que ha vivido hoy la
experiencia de asistir a una consulta donde el médico no ha separado
prácticamente su mirada del ordenador, obviando por completo el espejo de
mi alma. Además de la persona, la medicina hipocrática recoge la influencia
del ambiente sobre el enfermo, tratado titulado De los aires, aguas y
lugares. Esto dio lugar a una medicina ambientalista donde la persona era
considerada en su entorno y no separada de ella. La base de la terapia
Los hombres deben saber que las alegrías, gozos, risas y diversiones, las
penas, abatimientos,
aba timientos, aflicciones y lamentaciones proceden del cerebr
cerebro
o y de
ningún otro sitio. Y así, de una forma especial, adquirimos sabiduría y
conocimiento, y vemos y oímos y sabemos lo que es absurdo y lo que está
bien, lo que[…]
repugnante es Ymalo y lo
por el que órgano
mismo es bueno,
nos lo que es locos
volvemos dulcey ydelirantes,
lo que esy
miedos y terrores nos asaltan […] Sufrimos todas estas cosas por el cerebr
cerebroo
cuando no está sano […] Soy de la opinión que de estas maneras el cerebro
ejerce el mayor poder sobre el hombre.
Hipócrates marcó las bases de la medicina actual, hasta el punto que hoy las
facultades de medicina le rinden tributo a través del juramento hipocrático
que adorna gran parte de las salas de espera de los hospitales. Poco antes de
su muerte nace el que sería una de las figuras más importantes no solo de la
medicina o biología, sino del conocimiento en general: Aristóteles. Este
sabio, nacido en Estagira en el año 384 antes de Cristo, fue discípulo de
Platón y maestro de Alejandro Magno y aprendió y enseñó durante más de
20 años en la Academia y el Liceo de Atenas. Publicó textos sobre
metafísica, filosofía, ética, lógica, política, estética, retórica, zoología,
psicología, física, astronomía y biología. ¡Qué pocos sabios se han
especializado en un solo tema! Aristóteles nació no lejos del monte Athos,
en Grecia, y tanto su madre, Festis, como su padre, Nicómano, ejercían la
medicina. Al morir su padre, con tan solo 17 años, es trasladado a Atenas
para estudiar en la Academia de Platón, que le apoda «el lector» por su
preferencia por los textos escritos frente a la enseñanza oral típica de la
época. Cuando Platón muere abandona Atenas para residir en Atarneo y
Aso, bajo la protección de su amigo Hermias, hasta que este fue asesinado.
En ese momento se traslada a la isla de Lesbos, donde desarrolla su pasión
por la fauna y flora con el botánico Teofrastro. En esta época dorada relata
con detalle sus horas junto a pescadores, cazadores, pastores y apicultores
para conocer la anatomía animal, y descifrar los misterios de la respiración.
Aristóteles fue un gran estudioso de la influencia de la respiración en la
psicología. El conocimiento aristotélico dio lugar a las bases sobre la
anatomía estructural, la embriología y la morfología. Para Aristóteles, el
desarrollo del embrión se debe a la fuerza configurada de la naturaleza, idea
que recuerda a la actual epigenética. Entre los intereses naturales de
Aristóteles, destaca el de conocer la majestuosidad del corazón. Para él, el
corazón es el asiento de las sensaciones frente a un cerebro que enfría el
fuego liberado por el metabolismo. Aristóteles fue un convencido
cardiocentrista, a diferencia de Hipócrates. En el año 343 antes de Cristo es
convocado por Filipo
años, Alejandro II deel Macedonia
Magno, que llegó para
a serque
reyinstruya a su hijo ydepor
de Macedonia, 13
extensión de Grecia, faraón de Egipto y rey de Persia. Teniendo en cuenta
que Alejandro Magno llegó hasta la India, me aventuraría a afirmar que
Aristóteles supo de las medicinas orientales, aunque no he encontrado
textos que lo aseguren. Cuando Alejandro inicia su estrategia de conquista,
Aristóteles vuelve a Atenas y funda su escuela: el Liceo. Esta escuela
pública y gratuita contaba con una vasta biblioteca y era lugar de constante
discusión. Recordando la ejecución de Sócrates declaró que: «no veía razón
para dejar que Atenas pecara dos veces contra la filosofía» y abandonó la
capital para intestinal.
enfermedad instalarse Su
en filosofía
la isla denatural
Eubea,recogía
hasta su
su muerte debida
interés por a una
encontrar
las causas que mueven el mundo y su constante metamorfosis, siendo
considerado el padre y patrón de la biología. Para poder estudiar a los
animales, Aristoteles tuvo que justificar que aun ellos eran seres admirables
y divinos. Fue el primero en abordar el alma desde lo biológico
distinguiendo tres tipos de alma: la vegetativa, que incluye la nutrición y
reproducción; la sensitiva, que comprende la percepción y el movimiento, y
la racional. La medicina clásica griega representa nuestra base y lega un
esquema clínico en el que la observación del paciente ha de ser integral, no
fragmentada, incluyendo
el entorno o ambiente en las manifestaciones
el que en que
vive y su dieta, todas las partes
refleja del de
el estilo cuerpo,
vida.
Para la medicina aristotélica, cualquier pensamiento, una memoria por
ejemplo, deja su poso en los órganos corporales. La base de la medicina
científica es una práctica integral que une al hombre con su contexto y
distribuye la conciencia en el organismo.
Por primera vez en el siglo III antes de Cristo se describen las partes del
cerebro humano, lo hacen Herófilo y Erasístrato en Alejandría. Se
definieron las circunvoluciones cerebrales, que fueron relacionadas con la
inteligencia, el cerebelo, los nervios sensitivos y motores, y su relación con
el sistema cardiovascular y el pulso. Ya en el siglo II después de Cristo,
llegamos a la cuarta figura clave de la medicina, después de Imhotep,
Hipócrates, y Aristóteles. Hablamos de Galeno de Pérgamo, cuyas teorías
se han mantenido vigentes hasta la modernidad, sobreviviendo a las
hogueras de la Edad Media y recobrando esplendor en el Renacimiento.
Galeno representa la culminación de la medicina helénica. Nacido en el año
130 de nuestra
pertenecía erafamilia
a una en la ciudad de Pérgamo,
acomodada que loy educó
de exquisito nivel intelectual,
en la filosofía estoica.
Comenzó su carrera como médico de gladiadores, hasta que se trasladó a
Roma, donde alcanzó un fuerte reconocimiento social y económico por ser
médico de emperadores como Marco Aurelio. La riqueza de su saber se
debe a que aúna la clínica de Hipócrates, la biología de Aristóteles y la
filosofía estoica. Su extensa obra literaria, unos cuatrocientos textos, recoge
los principios hipocráticos y aristotélicos y sus propias contribuciones. Su
originalidad residía en la descripción del cuerpo humano en
funcionamiento, no solo su anatomía. Demostró, entre otras cosas, que la
sección de determinados
insensibilización nervios
o parálisis. Entre otras ocosas,
médula espinal
relacionó producía
los ventrículos
cerebrales con las cavidades del corazón. La teoría galénica establecía que
los nervios transportaban los fluidos secretados en el cerebro, siendo
distribuidos por el cuerpo a través de la médula espinal. Su doctrina
mantenía la «fuerza curativa de la naturaleza» de Hipócrates, añadiendo al
estilo de vida la importancia de la higiene. A Galeno le debemos los
principios de la fisiología, y es quien por primera vez habla de los tres ejes
de los que hoy la neurociencia moderna se ocupa: cerebro, corazón e
intestinos. Para Galeno, el espíritu no está separado de la materia, sino que
es una sutil forma de materia que da vida a los órganos. El espíritu libera las
virtudes de los órganos, y son estas las que dan fuerza al órgano para
funcionar. Galeno distingue tres tipos de espíritus: el espíritu natural, el
vital y el animal; abdomen, pecho y cabeza, respectivamente. El espíritu
natural o vegetal tenía su asiento en el hígado y se repartía desde allí a todo
el cuerpo; se distribuye por los órganos del abdomen. Su función principal
es la nutrición. El espíritu vital tiene su asiento en el pecho, en el corazón y
en los pulmones. El espíritu animal, con asiento en el cerebro, tendría las
facultades mentales con vías receptivas de los sentidos y donantes del
movimiento. El espíritu animal necesita de los anteriores para su labor. Esta
distribución no solo corresponde a la localización de los órganos, sino que
estaba relacionada con las virtudes psíquicas. El espíritu natural con el
deseo, el vital con la esperanza o la ira y el animal con la razón. Galeno
estableció la «dietética» como base fundamental en la medicina. Identificó
«seis cosas no naturales», que hoy llamaríamos el estilo de vida y que, sin
pertenecer al cuerpo, influyen en su buen funcionamiento. Son: aire y
ambiente, comida y bebida, trabajo y descanso, sueño y vigilia, secreciones
y excreciones, y movimientos del ánimo.
Las teorías galénicas se mantuvieron vigentes incluso después de la caída
del imperio romano, llegando al renacimiento. El modelo de Galeno se
aceptó durante 1.400 años, es la base más sólida de nuestra medicina. Fue
en el siglo VII cuando la medicina vivió otro momento de esplendor similar
al de Grecia debido al surgimiento del mundo islámico, un sabroso caldo de
cultivo para la medicina y las ciencias en general. En los siglos VIII y IX, el
saber griego se combinó con la medicina clásica india, cuyos textos más
importantes fueron traducidos del griego y sánscrito al árabe y al latín,
principalmente
médico Hunaynen IbnlaIshâq.
«CasaAunque
de la sabiduría» de Bagdad
sin abandonar dirigida
las teorías por el
galénicas, la
medicina islámica del siglo X enriqueció y marcó el rumbo de la medicina
hasta nuestros días. Rhazes, médico, filósofo y alquimista persa, escribió la
que se considera la mejor monografía clínica de la Edad Media, utilizada en
las escuelas de medicina europeas hasta la modernidad. Este texto, Kitab al-
Mansuri, que se traduce como «la física del alma», es una enciclopedia
médica donde se ordenan las enfermedades de los pies a la cabeza. A
Rhazes se le atribuye el descubrimiento del ácido sulfúrico y el etanol, o de
los alambiques para destilar. Para Rhazes, «la mayor enfermedad que
padece el hombre la constituyen la ignorancia y estupidez». ¡Qué maravilla
escuchar a un médico expresarse en esos términos! Fue reconocido en su
época por su sabiduría y erudición, que quedaban desmerecidas ante su
recordada generosidad, amabilidad y compasión con los pacientes de toda
clase social y económica. Pero quizás el médico que más fama adquirió en
aquella época fue Avicena, en persa Ibn Sina, nacido en el año 980 en la
ciudad de Bujara, no lejos de Samarcanda. Se dice de él que con 14 años era
un erudito de la filosofía, el Corán y la biología, además del cálculo y la
física, la música y la astronomía, así como la metafísica de Aristóteles, con
la que se peleó durante años. A los 15 años ya dirigía una de las mejores
escuelas de medicina del mundo, lugar de peregrinaje de los mejores
estudiantes del mundo. En el año 1021, el nuevo reinado le sitúa como un
traidor, motivo por el que es encarcelado y de donde se escapa ataviado
como un danzante persa. Huye a Ispahán, actual Irán, donde desarrolla su
obra literaria más importante: el Canon de medicina de Avicena, que recoge
el saber galénico y la medicina islámica. Muere el año 1037 por una
complicación intestinal. En sus Escuelas de Medicina, Avicena repetía sin
cesar a sus discípulos que un médico no era un vidente ni un alquimista,
debía ser un sabio. Quizás aludía a la amplia formación que debían adquirir
sus estudiantes. Los conocimientos de anatomía tenían igual peso que los de
filosofía para que les fuera otorgado el título de médico. Otros médicos que
destacaron fueron los cordobeses Averroes y Maimónides, también
filósofos y médicos. Los textos de Galeno, Avicena y Rhazes presidían las
mesas de las mejores universidades europeas durante la Edad Media y el
nacimiento de la modernidad.
El Renacimiento europeo siguió bajo la influencia de las teorías galénicas,
que fueron traducidas
Curiosamente, por Andrés
su detallado estudio Vesalio, padre de
de la estructura dellacuerpo
anatomía moderna.
humano puso
fin a muchas de las visiones aportadas por Galeno. Pero fue en el siglo
XVII cuando se experimentó la revolución científica que acabó con una
herencia helénica de más de 2.000 años. Se abandona la medicina
humanista. El auge de la física, química, y biología, unido al crecimiento
tecnológico, marcaron el nacimiento de lo que hoy disfrutamos y
padecemos. Un punto clave en el cambio de paradigma fue el pensamiento,
un siglo antes, del filósofo, matemático y físico René Descartes. Nacido en
Francia en 1596 sienta las bases del método científico. Se dice que, dada su
pobre salud, Descartes tuvo que visitar a muchos médicos y, aterrado por lo
caótico de su proceder, decidió establecer unas reglas para ordenar la
información. Y lo consiguió. Pero también pasó a la historia por sellar la
visión mecanicista y dual del cuerpo humano. Por una parte propone que el
cuerpo se rige por los principios de la física, como una compleja
maquinaria. De ahí que hoy estudiemos en ciencias los mecanismos que
gobiernan cada órgano por separado. Escribe en el Tratado sobre el hombre
«Me gustaría que consideraras que estas funciones, incluidas la pasión, la
memoria y la imaginación, se derivan de la mera disposición de los órganos
de la máquina de forma tan natural como los movimientos de un reloj u otro
autómata se derivan de la disposición de sus contrapesos y ruedas». Por otra
parte, establece la dualidad entre mente y cuerpo que ha regido la ciencia
hasta hoy. Solo podemos conocer o medir los aspectos físicos del hombre,
la conducta quedaría separada y sería obra del espíritu. Esa separación de la
mente con el cuerpo está presente hoy en nuestro pensamiento,
distinguimos entre lo psicológico y lo orgánico. Son distinguibles, pero…
¿son separables? El gran error de Descartes.
«Todos los que parecen estúpidos lo son y, además, también lo son la mitad
de los que
muchas no loNoparecen».
veces. Esta frase
fueron pocas de Quevedo
las críticas se volvióque
y descréditos en recibió
su contra
el
escritor del Siglo de Oro español por sus palabras tan irreverentes como
doctas y tan satíricas como escatológicas. Su fascinación por el acto de
defecar podría interpretarse también como un acercamiento a lo humano y a
lo mundano; un puente entre el pensamiento y la naturaleza, entre lo
elevado y lo bajo, pero también es un escupitajo sobre la soberbia
intelectual. Muchos interpretan su obra como una caricatura de la miseria y
fragilidad del cuerpo, aunque también podría verse como un intento de
reivindicar la condición humana, de ligar la biología o lo material al
pensamiento. «La vida
uno de sus sonetos. Seempieza
dice queenllegó
lágrimas y caca», escribe
a replantearse canjearQuevedo en
la máxima
cartesiana de «Pienso, luego existo» por un «Cago, luego existo».
Simplemente, brillante.
yo hubiera
«Pienso sido laluego
y defeco, autoraexisto».
de esteEl estudio
artículo científico, lo habría
está firmado por un titulado
nutrido
consorcio de universidades tan prestigiosas como Stanford, California,
Ohio, Toronto, Seúl y Holanda. Supongo que la vergüenza es menor cuando
se reparte. Mi aplauso a los autores.
El sistema nervioso se divide en dos ramas. Por una parte está el sistema
nervioso central, que abarca principalmente el cerebro y la médula espinal,
y por otra parte está el sistema nervioso periférico, compuesto por el
sistema nervioso somático, es decir, los nervios, y el sistema nervioso
autónomo. Si queremos estudiar el control que ejerce el cerebro sobre el
sistema gastrointestinal, debemos adentrarnos en este último sistema. El
sistema nervioso autónomo, o sistema nervioso visceral, controla las
funciones involuntarias de las vísceras. Marcel es muy libre de ingerir una
evocadora magdalena y de guiar el rumbo de sus ensoñaciones, pero en
poco puede intervenir para digerirla. Ese proceso se realiza de forma
involuntaria. La conciencia se retira, como decía Bergson. Quien pilota es el
sistema nervioso entérico, que se encarga de coordinar los movimientos
peristálticos que trasladan el bolo alimenticio por el tracto gastrointestinal,
regula la secreción de la bilis y el páncreas, el flujo sanguíneo y la
absorción de nutrientes. Además, gracias a su interacción con el sistema
inmune, interviene en los procesos inflamatorios. Este es uno de los
sistemas más complejos del cuerpo, capaz de aprender, recordar y actuar
independientemente del cerebro. El sistema digestivo tiene su propia
memoria. Habrá que tener cuidado con lo que le enseñamos.
El sistema entérico nace en el desarrollo embrionario. A los 14 días de
gestación, una parte de las neuronas del encéfalo migran hasta el tubo
digestivo y otras, hasta el intestino. Desde el principio cerebro e intestino
estuvieron unidos. Y con el tiempo se va organizando una red de 100
millones de neuronas que controlará la función gastrointestinal. El sistema
entérico es la red neuronal más extensa fuera del cerebro. De ahí su nombre,
el segundo cerebro. El sistema nervioso entérico y el cerebro se comunican
a través de los sistemas nerviosos simpáticos y parasimpáticos. El primero,
a pesar de su nombre, está involucrado en la respuesta ante una situación de
alarma o estrés, y el segundo responde ante la recuperación de la calma y
equilibrio. Descifrar qué áreas cerebrales activan uno u otro es relevante
porque nos permitiría conocer los procesos mentales que los acompañan. En
el año 2020, la Universidad de Pittsburgh, celosa del éxito de los estudios
acerca de la influencia que ejerce el intestino sobre el cerebro, decidió
llevar a cabo una investigación para defender el poder del despechado
cerebro sobre el estómago. Un examen, un esperado encuentro, la
incertidumbre en una sala de espera o un viaje pueden desencadenar en
nosotros diarrea, vómitos, falta de apetito y digestiones pesadas. Esa es la
vía simpática. Los investigadores de Pittsburgh, usando un modelo animal,
reportaron que las neuronas que influyen en la activación simpática hacia el
estómago son principalmente aquellas localizadas en las cortezas motoras y
la corteza somatosensorial, áreas vinculadas al control y la acción
esquelotomotora; es decir, al movimiento. Ya sea por un examen puntual o
por estrés crónico cada vez es mayor la incidencia de los llamados
trastornos digestivos funcionales que son resistentes a los tratamientos
convencionales. Conocida la participación de las áreas motoras en la
respuesta simpática, los autores del estudio animan a la comunidad clínica a
combinar o aconsejar terapias tanto de modificación de la conducta como
de movimiento para las alteraciones digestivas. Hemos visto que el ejercicio
físico es un gran aliado para el intestino pero bailar, también. Son
numerosos los estudios que muestran una mayor activación y organización
de las áreas motoras cuando bailamos de forma regular. Bailar es uno de los
procesos que más favorece la plasticidad neuronal. Bailar para ayudar a
regular el sistema gastrointestinal sería una necesaria receta. Por otra parte,
también es fundamental entender las vías neuroanatómicas que median los
procesos de recuperación, es decir, las vías parasimpáticas. En este estudio
de
las Pittsburgh
que median seesta
observó que sonzona
vía. Dicha las neuronas de clave
cerebral es la corteza
para prefrontal media
la interocepción
y el control emocional y de la atención. Reforzar la corteza prefrontal sería
otra buena receta para ayudar al sistema digestivo. Una de las formas de
llevarlo a cabo es, por ejemplo, la meditación sobre las sensaciones del
cuerpo, también llamada consciencia corporal. Una práctica de unos 15
minutos al día, donde barremos con la atención las sensaciones o la falta de
sensación de nuestro cuerpo, incrementa el grosor de esta zona. Se
comienza observando el pie derecho. ¿Qué sensaciones me proporcionan
cada uno de los dedos? Y vamos subiendo hasta la rodilla. Pasamos al pie
izquierdo.
sensacionesDesobre
las rodillas a la cadera.
el abdomen. Poder Nos detenemos
distinguir unos minutos
el intestino en las
del estómago
nos será de gran ayuda para comprender las alteraciones digestivas que nos
ocupen en un momento dado. Llegamos a los brazos, y nos recreamos en el
imperio de las manos. Llegamos al pecho, subimos por el cuello, y de ahí al
reino de la cara. Simplemente observar, siempre sin juzgar. A los 5 días de
esta práctica se ha activado la plasticidad de la corteza prefrontal media. A
los 2 meses habremos inducido un cambio funcional y anatómico
significativo. Y a lo largo del día, jugar con el movimiento del cuerpo,
conocer su fluidez; o su falta de ella. Y danzar. «Danzar hasta que
desaparezca el danzante», decía el poeta tibetano Anah Tubten.
DEL INTESTINO AL CEREBRO
de cumbres repetidas.
A veces uno es
manantial entre rocas
[…]
Estados de ánimo
Mario Benedetti
los ciclos
pueblo la de la luna. Ixchel
veneraba. Acudíancuidaba la tierra
en canoas porconlasel playas
mimo de su lluvia.
para honrar Su
su
sustento. Pero cierto día, Ixchel fue vista con un conejo entre las manos. El
pueblo, aterrado, se refugió en sus casas, haciendo acopio de reservas, de
munición ante una sequía anunciada. Sabían que aquel animal era portador
de desdicha. El conejo siempre había simbolizado el abandono de uno
mismo. Ixchel y su inseparable conejo no solo dejaron de labrar la tierra,
también la contaminaron, arrojaron truenos, vendavales y hasta la
pisotearon. La tierra, una vez fértil en ricos frutos, siguió creando. Esa es su
naturaleza. Pero esta vez daba a luz malas hierbas, amargas hortalizas y
vegetales insomnes. El pueblo hambriento comenzó a comerlas. Las
guerras, la avaricia, la desolación invadieron el pueblo. Un día Ixchel,
aprovechando el descuido del cegador conejo, observó su tierra y volvió a
mimarla. Solo se puede amar lo que se conoce, solo se ama lo que se cuida.
Capítulo 4
LA RESPIRACIÓN
SISTEMA RESPIRATORIO
Cada vez que inspiramos entra a nuestro cuerpo aire rico en oxígeno. Puede
hacerlo por la cavidad nasal, las fosas derecha e izquierda, o por la boca. El
aire sigue su recorrido por la faringe y laringe hasta llegar a la tráquea,
donde comienza el verdadero proceso de intercambio gaseoso en los
pulmones. Nuestros dos pulmones están dentro de la caja torácica,
resguardados por las costillas y escoltando a ambos lados el corazón.
Precisamente, la posición del corazón limita el tamaño del pulmón
izquierdo, que es ligeramente más pequeño que el derecho. La tráquea, por
la que llega el aire, se bifurca en dos grandes ramas llamadas bronquios,
que se ramifican en bronquíolos más estrechos. Como en las ramas de los
árboles. Cada bronquíolo acaba con un florecimiento de diminutos sacos de
aire conocidos como alvéolos. Paseando un frío otoño por Praga sonreí al
ver el cartel de una exposición sobre la anatomía del cuerpo humano.
Ambos pulmones se representaban como dos piezas de brócoli. Metáfora
muy acertada, en mi opinión. Los diminutos alvéolos pulmonares son los
que realizan la operación de intercambio de gases. Tenemos
aproximadamente unos 200 millones de alvéolos al nacer, cantidad que se
duplica en los adultos. Esto supone una superficie respiratoria de 200
metros cuadrados, 100 veces más que la superficie de la piel. El contacto
con el exterior es mayor desde dentro. En los alvéolos, el oxígeno presente
en el aire inspirado se dirige al torrente sanguíneo a través de los capilares
que recubren los alvéolos, que lo llevarán hasta el corazón. En su bombeo,
el corazón llevará esa sangre oxigenada al resto del cuerpo, a la vez que
recoge la sangre cargada de dióxido de carbono y la lleva a los pulmones
para su expulsión en la espiración. Respirar es un proceso de purificación.
Aquí coincide la ciencia con la espiritualidad. En cada espiración liberamos
unos 25 trillones de moléculas de oxígeno. Gran generosidad y
responsabilidad la nuestra con el aire que inspirarán los demás.
No se puede hablar del sistema respiratorio sin mencionar el diafragma, una
bóveda que separa la cavidad torácica de la abdominal. Desempeña las
labores de un dique y de una presa a la vez. El diafragma dota de mayor
potencia a los pulmones al arrastrarlos hacia abajo y distenderlos,
aumentando así considerablemente su capacidad. En la inspiración, los
músculos intercostales se contraen, las costillas se elevan, el diafragma tira
de los pulmones hacia abajo y aumenta el volumen de la caja torácica. El
aire entra en los pulmones. En la espiración, los músculos intercostales se
relajan, las costillas bajan, el diafragma sube, la caja torácica recupera su
volumen y el aire sale de los pulmones. La belleza de la ingeniería
anatómica.
como un filtro
vellosidades, y la fisiológico compuesto
mucosa. Estos elementospor las vibrisas,
obstaculizan o pequeñas
la entrada de las
partículas patógenas que contiene el aire inspirado. Una vez filtrado el aire,
este se humedece gracias a las glándulas de las paredes de las fosas nasales
y es calentado debido a la temperatura más elevada de los vasos sanguíneos.
La respiración nasal supone un proceso de calentamiento, humificación y
limpieza del aire inspirado. Un paseo en una tarde de invierno suele ir
acompañado de un incómodo moqueo que disimulamos con la bufanda. La
entrada del aire frío choca con el aire calentado por nuestros pulmones y se
produce una vergonzosa condensación en nuestra nariz. Al contrario, en
verano, ante un sol deslumbrante estornudamos. Fenómeno tan
sorprendente como su nombre: estallido helio-oftálmico autosómico. La
nariz es, aunque no lo parezca o no lo queramos reconocer, una de las partes
más importantes de nuestro cuerpo. Ese moqueo o estornudo son solo
anecdóticos ejemplos de las faraónicas funciones que tiene esta pirámide.
Respirar por la boca o por la nariz posee consecuencias muy diferentes para
el cuerpo. Ya en el jasidismo, filosofía mística fundada en el siglo XVII
sobre el judaísmo, se asociaba la boca al aspecto más humano, de la raíz
hebrea hei, y la nariz al espiritual, por la letra alef. Los beneficios de la
respiración nasal no están presentes en la inspiración bucal. Cuando el aire
penetra por la boca, no existe ningún proceso de calentamiento o filtrado.
Los patógenos presentes en el aire impactan sobre las amígdalas y
adenoides que, saturados por el gran trabajo de limpieza que supone la
respiración bucal, se inflaman. Una de las consecuencias indirectas de esta
inflamación es, por ejemplo, los frecuentes atragantamientos. Respirar por
la boca es un hábito que hemos adquirido y que, al menos en términos
inmunes, representa un peligro para la salud. Gran parte de la población es
respiradora oral, muchas veces como consecuencia de una inflamación u
obstrucción ante la cual el cuerpo se adapta adquiriendo la respiración bucal
frente a la nasal. En la mayoría de los casos, esta adaptación comienza en la
infancia y el hábito se instala en la persona sin darse cuenta. Y de ello doy
buena cuenta. Cuando comenzamos los experimentos en el laboratorio para
medir la influencia de la respiración sobre el cerebro, muy pocos de los
participantes sabían decir si respiraban por la boca o por la nariz. La
mayoría de nosotros, entre los que me incluyo, no nos habíamos detenido a
observar cómo es nuestra respiración durante el día o en diferentes
situaciones. Con vergüenza reconocí que sabía resolver una ecuación
diferencial, pero no sabía por dónde respiraba. ¡Un aplauso al sistema
educativo y otro para mí! Existen situaciones en las que la respiración bucal
es adecuada, pero ante una situación de reposo sería aconsejable respirar de
forma habitual por la nariz. Cabría proclamar aquí una llamada a la
precaución ante el reto de reeducar los hábitos respiratorios. No respiramos
por la boca porque el cuerpo albergue cierta torpeza o maldad, es la mejor
respuesta que podría dar ante situaciones como inflamaciones, constantes
resfriados, alergias o congestiones. Suprimir la respuesta no suprime la
causa.
Si
loslaegipcios,
nariz es también
una pirámide que nos
podríamos permite
decir acariciar
que es lo divino,
un templo dondecomo decíany
se conoce
reconoce. Cuando olemos una flor, la propiedad volátil de sus sustancias
permite que las moléculas odoríferas penetren en la nariz, donde son
captadas por unas células receptoras situadas en la mucosa nasal. Tenemos
unos 25 millones de ellas. Dichos receptores traducen esa información en
actividad eléctrica que será transportada por los nervios, en este caso los
olfativos. Ahí es donde comienza su camino hacia el cerebro. A diferencia
de los demás sentidos, como la vista, el oído, el tacto y el gusto, el olfato
sigue un solo recorrido. Es el único sentido que no pasa por el tálamo, el
gran
es eldistribuidor de la información.
bulbo olfativo. Esta pequeñaLaárea
primera
del estación
cerebro cerebral del olfato
tiene importantes
implicaciones en la depresión, el miedo o el estrés. Es una zona que habría
que mimar más. Hoy se sabe que la tristeza y la depresión repercuten
también en el sistema olfativo, y se han identificado alteraciones en las
áreas cerebrales vinculadas a la percepción de este sentido. Concretamente,
se ha constatado, en estudios animales y en humanos, que los estados
melancólicos producen atrofia, disminución del tamaño, del bulbo olfativo.
Los experimentos realizados en ratones muestran que la extirpación parcial
o completa del bulbo evoca en los animales síntomas semejantes a la
depresión. La explicación anatómica es que el bulbo olfativo está
estrechamente conectado a la amígdala, área de especial relevancia en la
gestión de la emoción. La influencia que ejerce el bulbo sobre el complejo
amigdalino es inhibitoria, es decir, de contención de su actividad. Al
disminuir el tamaño del bulbo crece la irascibilidad de la amígdala. La
conexión entre el bulbo olfativo y la amígdala tiene también una función
protectora. Ante el estado de miedo o peligro se acentúa nuestra capacidad
de reconocimiento olfativo, y ciertos olores conllevan una instantánea
reacción de ansiedad o huida. Lo contrario también es válido, ciertos olores
nos calman y envuelven en una nube de bienestar. Cada vez que vaya a
hacerse un masaje, no debe centrarse solo en las plácidas sensaciones que le
proporciona su sistema táctil, de eso ya se encarga la corteza
somatosensorial. Céntrese también en los aromas que le llegan si la persona
que hace el masaje emplea aromaterapia en su técnica. Un estudio del año
2014 midió los niveles de estrés presente en el sistema endocrino ante un
solo masaje y observó una disminución.
Se ha constatado que las personas que han sufrido una depresión y han sido
tratadas con éxito recuperan el tamaño de su bulbo olfativo, es decir, se
restaura el papel de dique de contención de la expresión emocional,
regulada por la amígdala. Por ello, algunos autores de diferentes países
están desarrollando protocolos clínicos que permitan diseñar medidas
basadas en el olfato para diagnosticar o para predecir el desarrollo de
alteraciones. Precisamente, la enfermedad de Alzheimer suele conllevar la
pérdida del olfato en las primeras etapas de desarrollo de esta forma de
demencia. Dada la gran evidencia científica que vincula ya el olfato a la
cognición y su deterioro con la edad, el Centro de Investigación de
Dresden, en Alemania,
entrenamiento del olfato.hizo un estudio
El grupo para Thomas
del doctor testar el entrenó
papel terapéutico
a un grupodel
de
casi 100 personas de entre 50 y 84 años para reconocer 4 tipos de aromas:
citronela, eugenol, eucalyptus, y fenylethyl alcohol. Por la mañana y por la
noche, los voluntarios debían oler y aprender a identificar el olor de la lima,
el clavo, el eucalipto y la rosa. Un entrenamiento y entretenimiento nada
despreciables. Después de 5 meses no solo su sistema olfativo había
mejorado, también su estado de ánimo, según mostraron los análisis
estadísticos de los correspondientes cuestionarios psicológicos. Pero el
objetivo de este estudio era testar el papel protector del olfato en la
cognición. El entrenamiento olfativo produjo una mejora en sus niveles de
memoria y capacidad lingüística, estadísticamente mejor que realizar
sudokus. El estudio hecho en Dresden concluía que entrenar el olfato
mejora la edad cognitiva. La historiadora y antropóloga Annick Le Guérer,
una de las mayores expertas del mundo en el estudio de los aromas, define
el olfato como el sentido de la memoria. No le faltan razones, al menos
científicas. En el año 2021 se publicó un estudio que constataba por primera
vez esta afirmación, desde el punto de vista anatómico. Un consorcio de
universidades americanas y chinas llevaron a cabo unos complejos
experimentos en los que midieron la actividad neuronal para averiguar cuál
de los sentidos de la exterocepción está más conectado al hipocampo, el
área cerebral más involucrada en la memoria. Descubrieron que era el
olfato.
Ahora olía que era un ser humano. Su sudor era tan fresco como la brisa
marina,
olía comoel un
sebo de sus
ramo cabellos, tan
de nenúfares, su dulce comolaelflor
piel, como aceite
de de nuez, su sexo
albaricoque, y la
combinación de estos elementos producía un perfume tan rico, tan
equilibrado, tan fascinante, que todo cuando Grenouille había olido hasta
entonces en perfumes, todos los edificios odoríferos que había creado en su
imaginación, se le antojaron de repente una mera insensatez. Centenares de
miles de fragancias parecieron perder todo su valor ante esta fragancia
determinada. Se trataba del principio supremo, del modelo según el cual
debía clasificar todos los demás. Era la belleza pura.
a coronar la frente,
fronda de estrellas
que se galopa y deshoja
en cegador intento,
y el estanque devora, del silencio.
RESPIRACIÓN Y EMOCIÓN
inspiración.profunda
respiración La rabia pero
es rápida pero
con un intensa.
patrón másEl miedo Carece
caótico. conlleva
detambién
periodosuna
de
apnea, tiempos de reposo entre la inspiración y la espiración. Disminuye la
tasa de respiraciones por minuto. Es, por tanto, la emoción más difícil de
reproducir. La tristeza es pausada. Los tiempos que tardamos en inspirar y
espirar son más prolongados, al igual que sus espacios. Hay bastantes
momentos para la ausencia de respiración. Al igual que la alegría conlleva
movimientos involuntarios de los ojos. Buscando. La alegría no es muy
diferente, paradójicamente. Algo más acelerada que la tristeza, también se
caracteriza por los espacios en blanco y la fuerte intensidad. Y siempre
nasal. Un paso más allá está la ternura. Como su nombre, la curva que
describe el patrón respiratorio es suave, regular, pausada y sin cambios
abruptos. Muy diferente al erotismo, donde la respiración se hace por la
boca de forma intensa. Cada vez que inspiramos por la nariz, las áreas del
cerebro más involucradas en la memoria se activan. La sexualidad no quiere
saber nada del pasado, solo sensaciones del presente. Predomina la
respiración bucal. El método propuesto por Susana Bloch define un
épocas de disfrute.
anatómico cuando Laentrenamos
corteza orbitofrontal experimenta
el altruismo un incremento
o agradecimiento.
Aproximadamente medio segundo después de cada inspiración se produce
en la corteza orbitafrontal un fenómeno conocido como «inspiración alfa».
En cada inspiración, las neuronas de esta estructura oscilan al ritmo alfa, el
himno del cerebro. No puedo imaginar el alcance de los beneficios que
supondría enseñar a respirar desde la escuela. Adultos que sepan respirar o,
al menos, que sepan que no saben respirar.
El término en sánscrito pranayama podría ser traducido, con mucho
reduccionismo, como control de la respiración. Representa una serie de
técnicas desarrolladas en el yoga para modular a voluntad la coreografía
respiratoria. Espiraciones o rechaka, inspiraciones o puraka y retención de
la respiración o kumbakha. Definir el prana es más difícil que entenderlo,
aunque me quedaría con la descripción de Iyengar ofrecida en su libro Luz
sobre la vida. Prana es el viento o aire vital. La respiración es solo una de
sus manifestaciones y, a través del yoga o las técnicas de pranayama se
intenta acceder a dicho aliento vital. El sufijo -ayama significa estiramiento,
extensión, regulación o control. Como punto de encuentro entre el cuerpo y
el estado mental, el pranayama se define como una técnica que fusiona
elementos antagónicos como el agua y el fuego. El fuego sería la mente y el
agua, el cuerpo fisiológico. «El agua apaga el fuego, y el fuego evapora el
agua, y por ello no pueden juntarse fácilmente. El aire es la interfaz cuyo
fluir en los pulmones proporciona la corriente dinámica que fusiona agua y
fuego y que produce una corriente energética de prana», canta Iyengar.
Cuando en el año 2017 el grupo de investigación liderado por el profesor
Krasnow publicó, en la revista Science, la primera evidencia de las vías
anatómicas de la influencia de la respiración sobre las áreas cerebrales de la
atención llamó a esta conexión la vía pranayama. Un merecido y bello
homenaje.
En el práctica
de la año 2020desepranayama
llevó a cabo un ambicioso
sobre el cerebro.proyecto
Duranteque midióunelgrupo
un mes, impacto
de
participantes sin experiencia previa en técnicas yóguicas acudió a la
universidad brasileña de San Paulo para recibir un entrenamiento en la
técnica de Bhastrika pranayama. Antes de comenzar el curso se midieron
los niveles de ansiedad, regulación emocional y atención y, mediante la
técnica de neuroimagen
estimación de resonancia
de su dinámica cerebral. magnética funcional,
Esta técnica mide el se hizo una
consumo
hemodinámico de las diferentes partes del cerebro. El grupo de
participantes se dividió en dos: la mitad del grupo disfrutó del
entrenamiento, y la otra mitad pasó a formar parte de una lista de espera. De
esta forma, ambos grupos, equiparados en motivación, condiciones físicas y
sociodemográficas podían ser comparados. ¿Cambiaría el cerebro y estado
de ánimo de aquellos que habían aprendido a practicar pranayama? Sus
resultados fueron concluyentes: sí. Se observó un cambio significativo en
los niveles de ansiedad y emociones negativas. Aunque al principio del
curso ambos grupos presentaban estados anímicos similares, pasado un mes
el grupo practicante se mostraba más animado. Analizadas las actividades
de sus cerebros se observó que los practicantes mostraban una mayor
actividad en áreas como la corteza cingulada y la ínsula, claves para dar
cuenta de nuestro propio estado mental y para la regulación emocional. El
análisis de sus redes neuronales mostraba, además, que la práctica de
pranayama había moldeado la arquitectura cerebral. Aquellos que habían
experimentado más cambios corticales mostraban un mejor estado anímico.
La práctica de pranayama también esculpe el cerebro.
Dicen algunos textos rusos que conocer la propia respiración es una brújula
que convierte al vagabundo en peregrino. La observación, siempre
ecuánime, de las sensaciones que produce la entrada del aire por las fosas
nasales y su salida es un proceso en el que alineamos el estado mental con
el corporal, que se fusionan en cada inspiración. Convertir la respiración
automática en un acto voluntario y libremente gobernado nos devuelve de
manera inevitable al presente. Solo desde ahí podemos hacerlo. Durante
siglos se ha instado a la humanidad a conocer y timonear su respiración. Lo
han
todashecho culturashay
coincidían: muyquediversas, algunas
aprender cercanas
a respirar. y otras
Hoy nos más lejanas.enPero
apoyamos los
estudios científicos, en los números, en las imágenes que nos proporciona la
técnica, pero la modernidad no debe obviar lo básico: conocernos. Entiendo
que las instituciones necesitan respaldar sus decisiones con un lenguaje
actual, enmarcado en el paradigma sobre el que nos apoyamos en la
actualidad. Por ello, desde mi labor investigadora y comunicadora apoyo
con mi trabajo la difusión de este conocimiento, plenamente convencida de
que las escuelas, y los hábitos de vida de todos, deben incluir prácticas que
nos acerquen a nosotros, con amabilidad. Tomar consciencia de la
importancia
sociedad quedetransita
la respiración es, que
más rápido en nuestro siglo,y fundamental
sus relojes para una
que conoce mejor los
secretos de la galaxia que los suyos propios. Hasta hace pocos años, yo
nunca me había parado a observar, pensar y modular mi respiración. Valga
mi trabajo para que miremos, también, hacia dentro.
En el año 2015 iniciamos un proyecto de investigación que dejó sin
respiración a más de uno. Queríamos medir la actividad cerebral de los
meditadores mientras observaban las sensaciones que produce su
respiración. Uno de los pasos fundamentales del entrenamiento de la
atención plena es el desarrollo de la percepción sobre las sensaciones del
cuerpo. Este hábito suele comenzar con la práctica diaria de la observación
ecuánime de la respiración. Una de las cuestiones que tuvimos que
mecanismos
de la decorosaneuronales
academia.deSonaba
observar la propia
a una nariz. No
excentricidad parecía muy
escatológica quedigno
se le
podía permitir a Quevedo, pero no a un grupo de investigadores aficionados
a la meditación. Nuestra respuesta se apoyaba en el homúnculo de Penfield,
que describe las zonas del cuerpo a las que el cerebro les da mayor
importancia. A lo ancho de nuestro cerebro, como una diadema ya
mencionada, se sitúa la corteza somatosensorial. Es la región del cerebro
que procesa el movimiento y las sensaciones del cuerpo. Allí está
representado todo el cuerpo. Como vimos, el número de neuronas
encargadas de procesar las sensaciones de una parte del cuerpo no están
relacionadas con su tamaño. La parte del cuerpo con mayor representación
neuronal son las manos, después la boca y nariz. Si nos hubiera diseñado el
cerebro, nos pareceríamos a un Mick Jagger con mastodónticas manos. Las
piernecillas y bracitos los hubiera dejado igual. Las sensaciones de debajo
de la nariz se localizan exactamente en las áreas de Brodman y en el giro
postcentral y representan un vasto volumen de neuronas que
constantemente procesan las sensaciones que produce respirar. Aunque
nosotros no lo notemos conscientemente, dichas zonas sienten la brisa de la
respiración segundo a segundo. Si es nasal, claro. La bucal pasa más
desapercibida, no nos conecta tanto al cuerpo. En cada respiración, por
automática que sea, el cerebro percibe lo que sucede en la nariz y labio. Sin
embargo, si en vez de hacerlo de forma indeliberada prestamos atención a
las sensaciones que suceden en nuestro labio o nariz, activamos millones de
neuronas de la corteza, las mismas que se encargarán de la percepción del
mundo. Observar la nariz nos enseña a escuchar.
Convencidos de nuestro noble propósito pudimos hacer una serie de
experimentos para medir la influencia de la respiración sobre el cerebro en
personas que practican regularmente la meditación. Contábamos con una
sólida evidencia científica que había mostrado años antes que la meditación
produce cambios en el cerebro. Las áreas más involucradas en la
meditación son la corteza prefrontal, la corteza cingulada anterior y la
ínsula anterior, áreas fuertemente influenciadas por la respiración. Entre los
grupos que destacan en el campo de la neurociencia de la meditación está el
liderado por la profesora Sara Lazar, de la Universidad de Harvard. Su
grupo es referencia en el estudio del comportamiento del cerebro en las
experiencias internas y su control voluntario. El equipo de la profesora
Lazar mostrósonquelaslasque
respiración personas que saben
más cambios modular presentan.
cerebrales voluntariamente
Cambiossu
positivos, ya que el mismo estudio reportaba también que la práctica regular
de la meditación centrada en la respiración ralentiza el decremento cortical
asociado a la edad. Envejecen más lentamente. Algunos estudios de la
Universidad de Nueva York sugerían ya en aquel momento que la
respiración supone una organización jerárquica de las oscilaciones
neuronales, lo que repercute en la cognición. En sus experimentos, se pidió
a los participantes que tomaran el control voluntario sobre su respiración,
prestando atención a la sensación que producía la inspiración y espiración.
La toma de atención sobre la respiración incrementó la conexión entre las
áreas frontales y la ínsula, y se favorecía la comunicación entre la corteza
cingulada anterior, las áreas premotoras, las ínsula y el hipocampo. Estos
estudios afirmaban que la toma de consciencia de la respiración supone una
reorganización de las áreas más involucradas en la atención, la memoria, la
expresión de las emociones, la identidad y el bienestar. Dadas estas
evidencias habría que considerar la modulación consciente de la respiración
como un potencial componente de terapias y como un hábito saludable o
preventivo para la sociedad general.
En la inspiración
tú estás presente.
En la espiración
tú estás presente.
Inspirando, es Ahora.
Espirando, sigue siendo
Ahora.
El ascenso necesita del
descenso; el descenso
siempre sigue al ascenso.
Hay permanencia en el
corazón mismo de la
impermanencia.
Aprende de la respiración.
Deja que te recuerde
cómo confiar.
El pneuma de la Antigua Grecia sería, por tanto, el aire que circula por el
cuerpo para mantener la vida del organismo. Sería lo que sujeta y da forma
a la consciencia dentro del cuerpo. La ciencia moderna nos dice hoy que la
influencia que ejerce la respiración sobre la dinámica neuronal puede ser
moldeada de forma voluntaria, lo que convierte el aliento en la puerta más
directa y rápida al cerebro. Tomando prestada la idea griega de que el
pneuma es la forma que toma el aire en nuestro cuerpo, y que es la tensión
que sostiene la consciencia en él, y tomando prestadas las imágenes de los
laboratorios, entre ellos el mío, me aventuraría a imaginar la respiración
como la herramienta que esculpe o da forma a las propiedades mentales, la
atención, la memoria, la expresión de las emociones. No las crea, pero las
moldea. El impacto de la respiración, voluntaria o autónoma, sobre el
cerebro repercute en cómo se expresan las funciones cognitivas o
emocionales. Una inspiración nasal optimiza la forma en la que la memoria
se despliega; una espiración prolongada dará forma a una emoción más
temperada; una respiración no apresurada dará forma a una atención más
sostenida. La forma en que respiremos dará forma a las funciones
cerebrales. Forma e información siempre están relacionadas. La respiración
no está involucrada en la aparición o desaparición de la cognición, sino en
su forma. La respiración sería la parte del organismo más directamente
implicada en la apariencia con la que la mente se manifiesta. Al fin y al
cabo decía Plotino que «la vida trata de ser escultores de nuestra propia
escultura». Así como el intestino sería la tierra que fertiliza la mente, la
respiración sería el instrumento que esculpe su fruto. Ahora falta la semilla.
Vayamos al corazón.
Capítulo 5
EL CORAZÓN
SU NACIMIENTO Y MUERTE
Hasta ahora hemos visto cómo se gestó la idea moderna del corazón
mecánico y cómo transcurrió su agonía hasta completar su muerte
simbólica y mental. Naveguemos ahora hacia la resurrección. Para ello,
para ver cómo estamos devolviendo la vida (mental) al corazón, debemos
adentrarnos en su relación con el sistema nervioso.
En la aurícula derecha de nuestro corazón se encuentra su sistema de
conducción eléctrica, que podemos resumir como un marcapasos natural
que regulaque
eléctrico losdalatidos;
lugar se llama nodo
al latido. sinusal. Allí
La existencia se origina
de este centro elautónomo
impulso
regulador del latido cardíaco muestra que el corazón puede ajustar su propia
dinámica. Sin embargo, como cualquier otra víscera, el corazón también
debe acatar las directrices cerebrales en casos determinados. Nos estamos
refiriendo a la inervación del corazón. El cerebro se comunica con el
corazón a través de los nervios que parten del tronco del encéfalo y el
corazón se comunica con el cerebro a través del nervio vago. Como en la
mayoría de los casos, en la biología las carreteras son de doble sentido,
aunque a veces un sentido tiene más carriles que el otro. Hablemos primero
del controlautónomo
nervioso del cerebro sobre oel visceral
(SNA) corazón. que
Paracontrola
ello hay que volver al sistema
las funciones de las
vísceras; entre ellas, la frecuencia cardíaca. El SNA transmite de forma
involuntaria los impulsos eléctricos desde el sistema nervioso central a la
periferia, al cuerpo, y tienen su origen en el tallo cerebral o el hipotálamo.
Además de en el mantenimiento de las funciones básicas fisiológicas, como
la homeostasis, el cerebro influye en el latido cardíaco como respuesta a
una situación.
En el siglo XVIII, el científico Giulius Rucco definió el pulso como el
medio de comunicación entre el cuerpo y el médico. Rucco llamó al pulso
cardíaco «el lenguaje de la vida». Este idioma biológico tiene una gramática
y un vocabulario que diferentes culturas han intentado descifrar, entre las
distinguir entre enfadarme con alguien o pasar miedo viendo una película.
Es curioso que la percusión del corazón sea la misma para la rabia y el
miedo. ¿Será que detrás de la rabia se esconde el miedo? Decía Shakespeare
que «La ira es un veneno que uno toma cuando tiene miedo esperando que
muera el otro».
La frecuencia cardíaca o el número de pulsos promedio que emite el
corazón en un minuto no sea quizás la medida más vinculada a los estados
mentales, como la emoción o la cognición. La característica más relevante
del corazón es la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), hay que
aprenderse este nombre, o estas siglas, se trata de la medida cardíaca
estrella para la neurociencia. Esta medida se refiere a cómo de variable es el
pulso, concretamente su frecuencia. Si entre un pulso y el siguiente
transcurre exactamente el mismo intervalo de tiempo, el corazón tiene una
VFC nula. Por ejemplo, un reloj que marca los segundo con un periodo
exacto tiene una variabilidad de su frecuencia igual a cero. En el corazón
esto sería impensable. Hasta los marcapasos artificiales llevan un sistema
que, de vez en cuando, adelanta el pulso y, de vez en cuando, lo retrasa para
introducir cierta variabilidad en el pulso. LA VFC es una medida de la
capacidad de respuesta o flexibilidad de nuestro corazón, de su complejidad
y riqueza dinámica. Si aumenta su frecuencia cardíaca, por ejemplo
corriendo, pero lo hace manteniendo exactos los tiempos entre pulsos, no
habrá cambiado la VFC. No siempre que cambia la frecuencia cardíaca
cambia su variabilidad. No iba a ser tan fácil llegar al rey. Obviamente,
tampoco sería funcional tener un corazón que emite pulsos de forma
anárquica. El corazón es un rey, no un dictador.
Se ha observado que una disfunción cardiovascular conlleva, en la mayoría
de los casos, un deterioro cognitivo. Por ejemplo, entre los factores de
riesgo de demencia se encuentra la salud cardiovascular. Por ello,
identificar en el cuerpo marcadores que nos alerten del funcionamiento
cognitivo es clave para poder predecir estados de demencia o condiciones
de pérdida de la cognición. Uno de los mejores marcadores fisiológicos que
se emplean en la medicina preventiva es la VFC, considerada como un
índice de control autónomo del corazón. Como hemos visto, la VFC refleja
las variaciones en el intervalo entre latidos cardíacos consecutivos debidos
principalmente a la interacción entre las entradas parasimpáticas y las
cognición debemos
propuesta por Juliansumergirnos en la teoría
Thayer y Richard Lane ende elintegración
año 2000. neurovisceral
Este modelo
sugiere que las áreas del cerebro involucradas en la autorregulación de la
emoción y cognición también están involucradas en la actividad autónoma
cardíaca a través del nervio vago. Más adelante veremos cómo el corazón
influye sobre el cerebro, pero ahora nos centramos en el control de la
corteza cerebral, control consciente, sobre la dinámica cardíaca. Dicho
desde la rimbombancia científica, el modelo de Thayer y Lane expone los
mecanismos neuroviscerales que relacionan la toma de consciencia de la
emoción y la atención con el corazón. Esta teoría representa la explicación
anatómica de por qué podemos controlar conscientemente nuestro corazón,
y lo hacemos a través de la atención.
Decía William James en sus Principios de la psicología que:
«Todo el mundo ha tenido una experiencia de qué es la atención. Es la toma
de posesión de la mente, de forma clara y vívida. Se selecciona uno entre
los varios objetos o líneas de pensamiento que aparecen simultáneamente.
La focalización, la concentración de la conciencia, es su esencia. Implica
apartarse de algunas cosas para tratar eficazmente con otras. Es una
condición que tiene como opuesto el estado de confusión, aturdimiento y
cerebro disperso». Ante una emoción podemos dejar fluir la emergencia de
las sensaciones que nos vienen o escoger conscientemente dónde se asienta
la atención. Ese uso que hacemos de la libertad no solo sorprende al
cerebro, llega hasta el corazón. La selección de un pensamiento frente a
otro se hace con la ayuda de la corteza prefrontal; con la parte del
hemisferio derecho ligeramente más que con la del izquierdo. Cuando esta
se activa se ponen en marcha las vías que la comunican con otras áreas.
Aquí comienza una transferencia descendiente, ya que va desde las partes
altas o superficiales del cerebro hasta las partes más bajas o profundas. Lo
que sucede en la corteza prefrontal llega, descendiendo, hasta la corteza
cingulada y la ínsula. Ambas lo transmiten hasta la amígdala, área clave en
la emoción. Y desde ahí al hipotálamo, que activa los núcleos de control
La regulación
cuerpo entero. consciente del comportamiento
Se ha observado influye
que las personas en la respuesta
que presentan del
una VFC
alta estando en reposo, por ejemplo sentados sin hacer nada, presentan una
mayor activación de los circuitos de inhibición prefrontal-subcorticales, lo
que se manifiesta en mejores funciones ejecutivas. Es decir, una alta VFC
supone un mayor control voluntario de la emoción. Al contrario, una VFC
baja o en reposo está asociada con una pérdida de la actividad prefrontal y,
por tanto, los mecanismos de control inhibitorio de la emoción son más
débiles y provocan una mayor reactividad emocional. Según este modelo,
desde una perspectiva neurovisceral, la regulación de la atención y la
emoción son inseparables en el proceso de autorregulación. Reflexionar
sobre nuestra capacidad de transformar una experiencia en latidos del
corazón me parece, simplemente, fascinante. En la Murcia del siglo XII, el
sabio sufí Ibn Arabi ya dijo que el corazón es el lugar donde se materializa
el espíritu y se espiritualiza la materia.
Como vemos, científicamente se reconoce que las emociones o la cognición
tienen impacto sobre el corazón y, por tanto, forman parte de ella. Pero
hasta hace menos de 10 años no se les otorgaba ningún papel protagonista.
Lo mismo les sucedió a la respiración y al intestino, como acabamos de
exponer. Pero al igual que ellos, el corazón está recuperando su relevancia.
El rey recupera el trono. Hablemos de la resurrección del corazón en el gran
teatro de la mente.
LA PUERTA DE LA PERCEPCIÓN
Las
vistopersonas debíanNo
dicho círculo. presionar
siempreunsomos
botónconscientes
cuando fueran conscientes
de todo de haber
aquello que pasa
ante nuestros ojos, perdemos una cantidad considerable de información.
Cada cierto tiempo la percepción parpadea. Con este experimento, los
investigadores pretendían estudiar el estado del cerebro de los voluntarios
ante un acto de percepción y explorar por qué a veces la «realidad» pasa
desapercibida. Como el objetivo era identificar el papel del corazón en la
percepción, se midió la dinámica cardíaca simultáneamente a la cerebral.
Para sorpresa de los investigadores, los latidos del corazón tenían la
capacidad de generar una respuesta en el cerebro. Si las neuronas cambian,
estadísticamente, su comportamiento ante un latido, decimos que el cerebro
ha experimentado una respuesta evocada por el corazón: HER por sus siglas
en inglés, heart evoked response. Sus resultados indicaron que la respuesta
del cerebro al corazón, HER, influye en cómo percibimos. Si la HER es
alta, es decir, el cerebro responde al corazón, percibimos el estímulo visual
mostrado en la pantalla. Si la HER es baja, y por tanto el cerebro no
responde con fuerza al corazón, el objeto pasa desapercibido. Las
diferencias estadísticas del HER que antecede a la percepción se localizaron
predominantemente en dos regiones corticales, la corteza parietal posterior
derecha y la corteza prefrontal ventromedial. Son, es curioso, zonas no
directamente relacionadas con la percepción visual, por lo que se les otorga
el papel de integración de la información visceral que formará parte
también de la visión. El cerebro utiliza diferentes áreas para comprobar el
estado del organismo antes de dar lugar a la experiencia de ver un objeto.
La defensa del cerebrocentrismo no se hizo esperar. Se especuló con que
dichos resultados
máquinas o presiónpudieran deberse
sanguínea. Los ainvestigadores
factores externos, ruido francés
del grupo de las
eliminaron cuidadosamente todos aquellos posibles factores de confusión,
incluida la excitación cortical general y las medidas específicas de
excitación corporal. Esos factores no explicaban las diferencias. Ganaba el
corazón. Una de las cuestiones sobre la que se está trabajando hoy es el
poder identificar si la pérdida de percepción se debe a que el cerebro no
haya respondido al corazón, o a que el corazón no se haya comunicado de
forma eficiente con el cerebro. ¿Quién marca la percepción, la respuesta del
cerebro o las señales del corazón? Esta disyuntiva es importante, ya que
implica que la diferencia en las respuestas cerebrales a los latidos del
corazón que preceden a la percepción podría no ser espontánea, sino que es
un reflejo de la interacción entre el estímulo y algún aspecto del estado del
cuerpo. Los psicólogos del siglo XIX, entre los que destaca William James,
ya habían defendido que los estados corporales asociados a la emoción son
parte de la experiencia vivida. Sin embargo, en este caso, el grupo de
Tallon-Baudry había demostrado que el corazón influye en la percepción de
cualquier estímulo, no solo en los que nos despiertan emociones.
Normalmente, un círculo negro en mitad de una pantalla no provoca una
sonrisa o una lágrima; es un objeto neutro y además insignificante. Pero aun
así, ahí también está presente el corazón. Según este estudio, clave para la
neurociencia, no podríamos afirmar que Aristóteles estaba en lo cierto y que
el corazón es el último asiento de la sensación; pero sí podríamos
argumentar que el corazón es crucial para ello. Si el cerebro toma tan en
serio el corazón, la comunidad científica debía también hacerlo. Y así lo
hace.
Como vemos, la percepción depende del eje cerebro-corazón. La
Universidad de Londres midió en el año 2020 la influencia del ciclo
cardíaco en las tres fases de la percepción: primero buscamos, después nos
detenemos en el encuentro y, finalmente, nos apartamos. Estas fases pueden
identificarse muy claramente a través del movimiento de los ojos que, como
identificarse muy claramente a través del movimiento de los ojos que, como
tal, buscan, se detienen y se apartan. Sus resultados mostraban que cuando
Estos resultados son coherentes con los que acabamos de ver: cuanto más
responden las neuronas a los latidos del corazón, más pensamos en nosotros
mismos. En estos experimentos observaron que la distinción entre yo y el
otro no depende de la emoción generada. El rastreo de la identidad se
mantiene cuando nos imaginamos envueltos por la emoción de un viaje
soñado y cuando nos imaginamos colgando la ropa al sol. Las áreas
cerebrales que codifican la diferencia entre nosotros mismos y los demás
son regiones multifuncionales como el precúneo, que aportaría las
transformaciones visuoespaciales que me trasladan hasta lugares
imaginados y la memoria autobiográfica que dota de ladrillos de realidad
para construir el sueño. También interviene la corteza cingulada, clave en la
integración cardíaca del yo. Es la respuesta al corazón lo que distingue el
marco de referencia adoptado en la imaginación, centrado en el cuerpo para
uno mismo y centrado en el mundo exterior para los demás. Los latidos del
corazón actuarían como una señal interna integrada por el cerebro para
clasificar un proceso mental como relacionado con nosotros mismos o
monasterio, con un gorro clínico del que salían unos veinte cables que,
conectados a un ordenador, medían la actividad eléctrica de la superficie del
cerebro y del corazón unas 500 veces por segundo. Para aquellos que
estamos fascinados con medir la biología de lo inmensurable, esa foto era
un
quetrofeo. El doctor
estábamos Jiang y yoa comentábamos,
contribuyendo que la ciencia y con más orgullo que
la espiritualidad verdad,
dialogaran.
En la tradición budista tibetana, la práctica suele comenzar con un periodo
de meditación samatha, de calma mental donde el practicante dedica un
tiempo a focalizar su atención sobre un objeto, una imagen de un Buda, por
ejemplo, o la recitación de un mantra. La palabra «mantra» en sánscrito
viene de man, mente, y tra, instrumento. El mantra como instrumento para
tocar la mente. Una vez calmada, se procede a la meditación Vipassana,
donde se cultiva la observación de la identidad. Los investigadores de este
estudio reclutaron
para poder estudiarala85interacción
monjes con unaelsólida
entre trayectoria
cerebro de meditación
y el corazón durante la
observación de uno mismo. Recordemos que no se trata de analizarse uno
mismo, sino de observar ecuánimemente. Sus resultados, publicados en la
revista Cerebral Cortex, mostraban algo que sorprendió a la comunidad
científica: cuando los monjes comienzan a meditar, la interacción entre el
cerebro y el corazón disminuye.
Nuestro romanticismo hubiera apostado por lo contrario: la meditación
unifica el corazón con el cerebro. El mismo doctor Jiang me confesaba que
ese resultado hubiera sido más mediático y apasionado, pero la naturaleza
es siempre más compleja de lo que parece. Apoyados en los resultados que
hemos visto anteriormente, sabemos que, de haber sido así, los monjes
hubieran estado pensando o recreándose en la imagen de sí mismos. Lo que
aporta este estudio es que, durante la meditación, la identidad se aparta. Sus
medidas estadísticas mostraban que, pasados unos 300 milisegundos del
latido cardíaco, la respuesta neuronal al pulso del corazón disminuye. La
reducción de los potenciales cerebrales evocados por el corazón se
observaba principalmente en la corteza cingulada anterior. Esta región debe
mediar en la constante interferencia que producen los recuerdos e
imaginaciones, normalmente centrados en nuestra imagen, sobre el
mantenimiento de la atención ecuánime. Es muy habitual que, durante la
práctica de la meditación, nos asalten escenas mentales donde nosotros
pero
entre loambos
ciertoórganos.
es que elNo
olvido de síloconlleva
siempre máximouna moderación
es lo en la relación
óptimo, hemos repetido
en varias ocasiones en este libro. En el Corpus aristotélico se señala el
corazón como el principio del movimiento y la fuente del calor innato del
organismo, mientras que el cerebro tenía la función de enfriarlo. Aristóteles
ha pasado a la historia como el gran cardiocentrista de Occidente, ideas no
aceptadas por gran parte de los médicos de la Grecia clásica. Hasta Galeno
llegó a decir que «el cerebro de Aristóteles no había entendido nada». Sin
embargo, 2.400 años después, a la vista de los datos que aporta la
neurociencia, podríamos apostar por la tensión entre el corazón y el cerebro.
En mi opinión, Aristóteles no se posiciona ante el cardiocentrismo, sino que
reivindica su sitio, y defiende la relación o equilibrio entre los órganos. No
es más importante el fuego que la brisa, la cual, o bien lo alimenta, o bien lo
apaga.
EL FUEGO
Decía el filósofo Jean Jacques Rousseau que «el corazón es la regla con la
que se mide el mundo». Menos poético es el lenguaje científico, que podría
traducir a Rousseau enunciando que el latido cardíaco representa el suceso
ante el cual las neuronas de ciertas partes del cerebro se organizan en
circuitos que dan lugar a la percepción subjetiva que cada uno construimos
de la realidad. El latido cardíaco es, por tanto, la regla con la que mido mi
mundo, donde la escala se mide en unidades de «yo».
En
del este capítulo
mundo hemos
externo, porvisto que el visualizar
ejemplo, ciclo cardíaco
una influye
escena,eny ladepercepción
algo tan
interno, subjetivo e íntimo como el dolor. El corazón, con su pulso, marca el
ritmo de la actividad neuronal que nos permite situarnos en nosotros
mismos y quedarnos con aspectos concretos del ambiente; es decir, está
involucrado en lo que percibimos y desde dónde lo hacemos. Eso sucede
instante a instante en cada situación.
Viajemos hasta Estados Unidos, a Minneapolis. En el año 2020 un policía
mató a George Floyd, un ciudadano de raza negra. La violencia de su
asesinato fue la gota que colmó el vaso de una sociedad cansada ya de
tantos actos racistas. Según una estadística publicada en el año 2015, las
personas de raza negra tienen el doble de probabilidad de estar desarmadas
cuando las matan que las personas blancas. Pero como la información no
siempre se convierte en conocimiento, el policía que cruelmente asfixió a
Floyd desencadenó en sí sus estereotipos raciales. Su actuación se convirtió
en un ejemplo de excitación fisiológica exagerada por estereotipos
implícitos, dicho
sobreexcitación de manera
emocional ante lotécnica. Su cerebrouna
que él consideraba experimentó
amenaza. Siuna
se
hubiera podido medir la dinámica neuronal de aquel policía, se habría
observado un aumento desmesurado de la actividad de la amígdala, que
produjo una cascada fisiológica que redujo considerablemente la capacidad
de controlar su propio comportamiento. La amígdala está muy influenciada
por el corazón. Veamos por qué aquel policía siguió su corazón en aquel
fatal suceso.
Años antes del brutal asesinato, en 2015, la Universidad de Londres estudió
el
unpapel
grupodel
decorazón en la identificación
30 voluntarios de percepciones
tenía que clasificar racistas.
las imágenes quePara
veíanello,
en
dos grupos: herramientas de trabajo o armas. Antes de la aparición de estos
objetos se les mostraban fotografías de hombres, algunos blancos y otros
negros. Los resultados mostraban que la percepción del objeto dependía del
rostro aparecido inmediatamente antes: un martillo era percibido como un
arma si le antecedía la fotografía de una persona negra. Pero los resultados
se complicaban más. Las imágenes se mostraron en dos condiciones: en
una, aparecían coincidiendo con la sístole; en otra, con la diástole. ¿Activa
el corazón nuestra representación del mundo? La respuesta fue sí. Aquellas
imágenes que fueron mostradas coincidentes con el latido cardíaco
acentuaron el sesgo racista, y las imágenes tenían una mayor probabilidad
de ser catalogadas como peligrosas. Por el contrario, las imágenes que no
coincidían con el latido seguían estando teñidas por el racismo pero en
menor grado. Los participantes en el estudio mostraron un mayor sesgo
racial en el periodo de máxima actividad barorreceptora, cuando el corazón
está transmitiendo con mayor potencia información acerca de su propia
actividad.
Los experimentos de Londres ahondaron un poco más. En este caso, los
participantes no debían clasificar objetos como herramientas o armas, sino
etiquetar unas fotografías como aquellas que contienen a hombres con
herramientas o con armas en sus manos. Por supuesto, en las fotografías
A lestrigones y a cíclopes
Desde lasuna
siempre Escuelas de Alejandría
estrecha hasta lacon
correspondencia EdadlaMedia,
moral;elcon
corazón ha tenido
el juicio que
llevamos dentro. Basta un breve paseo por las calles de cualquier país de
origen cristiano para verse rodeado de imágenes místicas del corazón de la
Virgen y del Sagrado Corazón de Jesús. Símbolos que nos recuerdan que el
corazón puede estar lleno de dolor y de heridas pero también de amor y de
compasión. Está en nuestra cultura; también en nuestra ciencia moderna.
En el año 2011, la Universidad de Tokio publicó un estudio de
psicofisiología donde se estudiaban las bases biológicas de la empatía, en
concreto se pretendía examinar el papel del corazón en tan digna y humana
capacidad. Además de ser una honrosa propiedad, pone en juego la
trascendencia de uno mismo para resonar con el otro. El equipo de
investigación reclutó a un grupo de participantes que debían valorar la
emoción que expresaban los ojos de otras personas mientras se registraba la
actividad eléctrica de sus corazones y cerebros. Aunque sus resultados no
mostraban cambios significativos en la dinámica cardíaca, sí se observaron
alteraciones en la respuesta del cerebro al latido del corazón. En concreto se
apreciaba una mayor respuesta neuronal en la zona frontal del cerebro
durante la sístole. Las aferencias cardíacas que ascienden hacia el cerebro
impactan como primera diana en las áreas límbicas, la amígdala
principalmente, involucrada en las emociones tanto de signo positivo como
negativo. Pero también influyen en la dinámica de la corteza cingulada
se manifiestan
aquellos que se racistas responde
manifiestan fuertemente
compasivos al fuertemente
responde corazón, el al
cerebro de
corazón.
El corazón despliega lo que se lleve dentro.
Que el corazón está implicado en el bien y en el mal tampoco es nuevo. En
el Antiguo Egipto, una de las culturas más cardiocentrista que ha existido,
el corazón era sede absoluta de la inteligencia y el alma. El papiro de
Berlín, de los siglos XIII y X antes de Cristo, ofrece un tratado del corazón
donde se aprende que, para la cultura egipcia, el corazón tiene dos
dimensiones, Ib y Haty. Ib es el origen de la conciencia, el cáliz místico
donde se vierte la llama divina; es el responsable de los actos, el
pensamiento, la memoria, la inteligencia, el valor y la fuerza vital. Es la
parte del corazón que será juzgada al morir. Por otra parte, Haty,
subjetividad
avanzado mucho,sobrevuela alrededor
la subjetividad delpasado
había método científico.
de estar oculta, Habíamos
negada, o
fuera del alcance a, al menos, saber que está ahí arriba.
Francisco Varela ha sido uno de los neurocientíficos más destacados de los
últimos años. Desgraciadamente murió joven, pero en su densa carrera tuvo
tiempo de fundar, junto al Dalái Lama, el Instituto Mind & Life, que reúne a
científicos, filósofos y estudiosos del budismo para dialogar en torno a la
consciencia. Varela, meditador habitual, había sentido en su cuerpo
experiencias que no pueden ser expresadas con palabras, que no pueden ser
equiparadas a las de otra persona, y que no pueden ser apresadas bajo
ninguna técnica por muy sofisticada que esta sea. Pero también había
sentido la orfandad de trabajar en un campo donde esa parte de la
Pero hay un modelo que destaca por su frescura y por integrar detalles
anatómicos y funcionales del organismo; además encandila su sencillez y
falta de erudición distante. Este modelo que voy a exponer es el modelo que
integra la información que hemos ido conociendo en este libro y es,
actualmente, la perspectiva
en los artículos más aceptada
que se refieren a ella.enSela llama
comunidad científica
la teoría basada
del «marco
subjetivo neuronal».
Volvamos una vez más al modelo del marco subjetivo neuronal. Según esta
teoría, y a diferencia de los modelos de Metzinger o Gallagher, no es
necesario pensar explícitamente en uno mismo para percibir el mundo
desde uno mismo. Aunque nosotros no seamos conscientes del latido
cardíaco, el cerebro sí lo registra. Cuando don Quijote ve un gigante, vive
esa experiencia sin evocar la idea de sí mismo retando al gigante, aunque la
vive como propia. Igual que hacemos todos en cada momento. Según el
modelo del marco subjetivo neuronal, la subjetividad no se basa en los
cambios de las vísceras en sí, sino en la reacción del cerebro a ellas. Por una
parte, sabemos que el cerebro monitoriza constantemente lo que ocurre en
el mundo que nos rodea, e integra esa información exterior para dar
respuesta a la situación. Por otra parte, sabemos que el cerebro monitoriza
constantemente el estado de los órganos y, según la información que reciba,
procede a la regulación homeostatica para mantener o recuperar el
equilibrio. La respuesta neuronal a las entradas internas y externas converge
en una red distribuida de regiones multisensoriales del cerebro y, en cada
momento, equilibra la respuesta al exterior con la interior. Un equilibrio
siempre inestable.
Dicha regulación puede suceder de forma muy rápida, generando un fuerte
y repentino latido cardíaco, o lentamente, guiando el proceso digestivo. La
subjetividad requiere de un sistema que tenga tal flexibilidad de tiempos, ya
que
visto,leelpermite
corazónserlate
estable a lapor
una vez vezsegundo,
que ágil laenrespiración
las respuestas.
unasComo hemos
15 veces por
minuto y el intestino una vez cada 3 minutos, aproximadamente. La
interocepción se mueve en segundos, minutos y horas. El intestino marca
las horas, la respiración los minutos y el corazón los segundos. Pero la
percepción, obviamente, requiere de gran agilidad. Decíamos ya que la vida
transcurre en segundos. Por eso, el marco subjetivo neuronal de la
cognición es, principalmente, cardíaco. El marco subjetivo neuronal de las
emociones está más distribuido en todo el cuerpo. Sabemos ya que las
aferencias viscerales se distribuyen por la corteza cerebral, haciendo diana
principalmente
corteza en la ínsulaDado
somatosensorial. posterior,
que corteza cingulada
el estado anterior,
interno amígdala
del cuerpo estáy
representado en una extensa red de áreas cerebrales, que además están muy
conectadas con otras regiones neuronales, actualmente se cree que la mayor
parte del cerebro recibe de forma directa o indirecta la información visceral.
Por tanto, nuestro marco de referencia visceral influye en la mayoría de los
procesos psicológicos. La información del organismo llega al cerebro por
numerosas vías, dotando al sistema de una redundancia que lo protege ante
lesiones o alteraciones. Esta característica es importante para la estabilidad
de nuestro sistema de referencia. Solo los accidentes masivos podrían poner
en peligro la integridad de la información corporal interna. Esto es
especialmente relevante en las enfermedades neurodegenerativas.
equilibrio entre los dos reyes: el corazón y el cerebro. Quizás el error que
hemos ido cometiendo a lo largo de la historia haya sido apostar por uno
solo. En los tratados de la historia de la neurología, pocas veces se hace
mención al lugar histórico que ocupó el corazón, creando una suerte de
historias paralelas: por un lado, la antropología del cerebro, y por otro la del
corazón, de la que se ocupaban los cardiólogos. Aunque en los últimos
siglos la apuesta por el cerebro haya destacado con fuerza, lo cierto es que
las alusiones al corazón no han desaparecido en la Edad Moderna y siguen
en boca de todos en pleno siglo XXI. Tener una corazonada, agradecer de
corazón, tener buen corazón, coraje, estar cuerdo o acordarse, tienen su
origen en algún momento de la historia donde se ubicaron estas actitudes en
el corazón.
Es curiosa la estrecha relación entre el cerebro y el corazón, porque ambos
órganos
No sucedesontanto
los con
más lapropensos a contagiarse
respiración de la actividad
ni con el intestino. de los demás.
Existe actualmente un
campo de investigación científica que estudia la relación entre los órganos
de diferentes personas. Es un fenómeno conocido como coherencia
fisiológica. De noche, ya en la cama, cuando le narro un cuento a mi hija, se
produce una sincronización entre las actividades de nuestros cerebros y
nuestros corazones. Se ha podido medir en los laboratorios la comunicación
entre cerebros cuando hablamos con alguna persona. No solo se sincronizan
las áreas de la atención y la escucha, también aquellas involucradas en el
procesamiento de nuestro cuerpo. Esta comunicación o contagio cerebral es
el mecanismo,
Necesitamos propuesto
ponernos en elpor la del
lugar neurociencia, para laen comunicación.
otro, convertirnos el cuerpo del
otro, para comprenderle. Esto sucede en cualquier acto de comunicación,
incluso a través de la pantalla. Los cerebros se comunican, la actividad
cerebral de la persona que habla está influyendo en la actividad neuronal
del que escucha. Habrá que tener un selectivo cuidado a la hora de prestarle
nuestra atención a alguien. De forma similar ocurre con el corazón. La
comunicación no solo implica sincronización cerebral, también cardíaca.
Suelen ir juntos en casi todo. Los experimentos muestran que los corazones
de los músicos se sincronizan en el escenario, que los cantantes de un coro
entrelazan sus corazones a los pocos segundos de comenzar, que cuando
estamos rodeados de personas los corazones notifican la dinámica de
A algunos filósofos con los que he hablado les incomoda tanta sangre, tanto
nervio, tanto número y tanta estadística. A algunos científicos con los que
he hablado les incomoda tanto simbolismo, tanta trascendencia, tanto
lenguaje poético y tan poca concreción. Opto por recuperar el sueño de Pico
della Mirandola y crear espacios de diálogo entre todos. Este florentino del
siglo XV, humanista como pocos, soñó toda su vida con convocar un
concilio filosófico. Para ello, la pudiente y exquisita familia de los Medici
le cedió uno de sus palacios y el patrocinio para llevar hasta Florencia a los
más sabios filósofos de la época. Ni el papa ni los filósofos estaban muy por
la labor y el concilio nunca se celebro. ¡La de veces que yo he soñado con
que alguna rica y generosa familia me cediese alguna de sus propiedades y
un cheque para unir en sus salas a filósofos, biólogos, poetas, médicos,
historiadores, físicos, y todo aquel que quiera compartir! No creo en la
unificación del pensamiento, sino en el reparto del conocimiento. Decía
Pico della Mirándola que «hay quienes —como esos perros que siempre
ladran al extraño— condenan y detestan siempre lo que ignoran».
por sí beneficioso. Aunque eso sí, siempre hay que escuchar a quién sabe,
como decía kavafis. La salud es cosa seria. Hagamos entre todos una
ciencia más humana, convirtamos el conocimiento en introspección. No sea
que acabemos como intuía Martin Luter King, «teniendo misiles dirigidos y
hombres descarriados».
Aunque en los últimos siglos la visión del cuerpo humano ha sido bastante
fragmentada, la perspectiva actual es más integradora. Presenta un modelo
donde las vísceras convergen en regiones cerebrales que fusionan el mundo
de las entrañas con el mundo exterior. El cerebro se presenta hoy como el
órgano que licúa, es decir, que integra, lo que viene de dentro con lo de
fuera, para dar lugar a una experiencia única y unificada.
Un día las partes del cuerpo humano tuvieron una disputa. Ninguna quería
estar más al servicio de las otras. Los pies dijeron: «No os llevaremos más,
id vosotras solas». Las manos dijeron: «No trabajaremos más para nadie,
trabajad vosotras». La boca dijo: «Estoy harta de alimentaros; no masticaré
más la comida para el vientre». Los ojos dijeron: «También nosotros nos
hemos cansado. Ahora mirareis vosotras». Y por eso, como las partes del
cuerpo estaban peleadas, dejaron de ayudarse. Con el tiempo empezaron a
debilitarse y se volvieron arrugadas y secas. Hasta que un día se dieron
cuenta de las desdichas que traían esas disputas y decidieron reconciliarse y
ayudarse como al principio. Los ojos miraron, los pies caminaron, las
manos trabajaron y volvieron a comer. Unidas todas las partes del cuerpo
viven ahora en buena salud.
EL INSTRUMENTO DE LA VIDA
correspondida. Es uno de los muchos ejemplos en los que nos damos cuenta
de que no podemos saltar de nuestra propia sombra. No podemos salirnos
de nuestro cuerpo y de lo que ha aprendido.
Una vez que has cogido el libro y te has sentado, algo que habrás hecho casi
inconscientemente ya que sabemos que leer de pie no es fácil, comienzas la
lectura. La luz impacta sobre el papel y rebota en él. Esa onda
electromagnética llega a tus ojos cargada de palabras, son solo figuras en
negro sobre un fondo en blanco. Al chocar con la retina de tus ojos se
activan unas células que comienzan a procesar la imagen que ha llegado y
la transfieren hasta el nervio óptico, que la trasladará al tálamo, en el centro
de tu cerebro. Esta zona es la puerta de entrada del mundo a nuestro
organismo. Como, al fin y al cabo, todo es memoria, una de las primeras
zonas que procesa la imagen es el hipocampo. Allí, un ejército de neuronas
especializadas descifraneléctricas
que emiten descargas esas figuras
a unpara asociarlas
ritmo de mása de
letras.
100Son neuronas
disparos por
segundo. Tal coreografía necesita un director de orquesta, firme y pausado.
Ese director es otro ejército de neuronas que emite unas 4 descargas
eléctricas por segundo, el ritmo que le ha marcado la respiración. Mientras
estás leyendo, el aire que respiras entra, espero, por la nariz. Activa los
receptores nasales que convierten el vaivén del viento en electricidad
estimulando el bulbo olfativo. Desde aquí, directo al hipocampo. La
inspiración será el marcapasos de la dinámica neuronal del hipocampo, la
que estás ahora mismo necesitando para reconocer estas letras e interpretar
estas palabras.
espiración En cada Este
se relajarán. inspiración
compásseesactivarán
necesarioáreas
para corticales, en cada
percibir y después
interpretar. Estás leyendo, aprendiendo conceptos nuevos, o repasando. Las
neuronas de tu hipocampo están, en este mismo instante, formando
circuitos. En este instante, hay millones de neuronas que están extendiendo
sus ramas y raíces para encontrarse, para formar aquellos circuitos que van
a codificar lo que estás leyendo. Aquí siempre me conmueve pensar que
hay grupos de neuronas procesando que estoy aprendiendo que hay grupos
de neuronas procesando esto mismo. Esas nuevas redes neuronales que se
están creando ahora mismo en tu cerebro se valen de un fertilizante presente
en su medio extracelular, los factores de crecimiento neuronal. Es un abono
que les ayuda a consolidar las conexiones. La cantidad de fertilizante que
haya ahora mismo presente en tu cerebro depende también de lo que hayas
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— MARIO SATZ
SATZ
La neurociencia
implicaciones vivesociales
clínicas, hoy inmersa en una
y personales. revolución condefuertes
El redescubrimiento la infl
uencia de los órganos del cuerpo sobre el cerebro nos traslada a una visión
integral de la percepción.
En este libro, la autora nos acompaña en un viaje a través del cuerpo para
descubrir su impacto sobre las neuronas. Este recorrido nos lleva a
reconocer que la memoria, la atención, el estado de ánimo o las emociones
dependen de cuestiones como la postura corporal y los gestos faciales, la
microbiota intestinal y el estómago, así como el complejo patrón de latidos
cardíacos y la manera como respiramos. Las evidencias científi cas más
novedosas y rigurosas se entrelazan en esta obra con la historia de la
medicina en Oriente y Occidente. Acercarse al cuerpo para conocer nuestra
psicología.
Nazareth Castellanos es licenciada en Física teórica y doctora en
Neurociencia
de Madrid. por
Hala Facultad de Medicina
trabajado de la Universidad
como investigadora Autónoma
científica en
universidades de Alemania, Inglaterra y España. Actualmente es la
directora de investigación del proyecto Interacción Cerebro-Cuerpo
durante la meditación, desarrollado en la Universidad Complutense de
Madrid. Su actividad como investigadora se compagina con la
formación, comunicación y divulgación científica.
En órbita
www.editorialkairos.com
www.facebook.com/editorialkairos
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