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Análisis

Latinoamérica

‘No hay pueblo de Chile en donde no exista un palestino’: equipo de fútbol, políticos y empresarios, así vive la comunidad palestina más grande de Latinoamérica

Presidente de Chile, Gabriel Boric; Laila Beitro, presidenta de la Corporación de Beneficencia Damas Palestinas y Maurice Khamis, presidente de la comunidad palestina en Chile.

Presidente de Chile, Gabriel Boric; Laila Beitro, presidenta de la Corporación de Beneficencia Damas Palestinas y Maurice Khamis, presidente de la comunidad palestina en Chile.

Foto:Comunidad Palestina en Chile

Desde las esferas más altas de la política y el mundo empresarial hasta los deportes y los medios de comunicación, la comunidad palestina se ha consolidado como uno de los actores más relevantes en este país.

ANDREA AGUILAR CÓRDOBA
La primera medalla de oro que obtuvo Chile en unos Juegos Olímpicos fue la de Nicolás Massú, en 2004. Desde entonces, el tenista, de origen palestino, se convirtió en un referente para los deportistas del país. El de Massú es solo una de las múltiples personalidades palestinas cuyas familias llegaron desde principios del siglo XX al sur del continente provenientes de ciudades como Beit Yala y Belén.

Conforme a los criterios de

Se estima que, actualmente, más de medio millón de chilenos de origen palestino conforman la comunidad más grande fuera de Medio Oriente. Eso sumado a que en Chile mantienen un poder extendido al punto de contar su propio equipo de fútbol, hacer presencia en el mundo político y contar con importantes referentes empresariales como Álvaro Saieh, que, aunque nacido en Colombia, ha hecho la mayor parte de su fortuna tras sus negocios en bancos de Chile y América Latina, y es el propietario de un consorcio mediático al que pertenece La Tercera, el diario más importante del país.

Somos parte de este país que acogió a quienes buscaban la libertad que aún se les niega a los palestinos en su tierra, y somos un ejemplo vivo de las capacidades que pueden desarrollar los palestinos si se les permite vivir en libertad.

“Creo que los palestinos somos emprendedores por naturaleza, un pueblo muy resiliente que ha sabido adaptarse a las dificultades que le han tocado vivir. Somos parte de este país que acogió a quienes buscaban la libertad que aún se les niega a los palestinos en su tierra, y somos un ejemplo vivo de las capacidades que pueden desarrollar los palestinos si se les permite vivir en libertad”, señala a EL TIEMPO el presidente de la comunidad palestina en Chile, Maurice Khamis.
A más de 13.000 kilómetros de distancia de la guerra que se libra en Gaza y que ha dejado más de 37.000 muertos, la diáspora palestina ha tomado protagonismo al buscar concientizar sobre el drama humanitario que se vive en la tierra de sus ancestros. “Lo que más marca mi relación con Palestina es el dolor, el dolor de ver a un pueblo al que, después de más de 76 años, aún se le siguen negando sus derechos más básicos”, confiesa Khamis.
Un grupo de personas se abre paso entre los escombros de los edificios destruidos durante los bombardeos israelíes.

Un grupo de palestinos se abre paso entre los escombros de los edificios destruidos durante los bombardeos israelíes.

Foto:AFP

Chile y su presión exterior por el reconocimiento del pueblo palestino

Si hay un tema internacional que moviliza la política chilena, y que se siente casi como algo local, es su relación con el pueblo palestino. El reconocimiento de este territorio como Estado fue una iniciativa que se aprobó durante el primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera (2011) y que ha guiado la institucionalidad del país en las últimas décadas.
Tras el inicio de la guerra en Gaza, el pasado 7 de octubre, la sociedad chilena se ha movilizado a través de marchas en las calles y campamentos en universidades, pero también desde iniciativas políticas y jurídicas como la de 600 abogados que acudieron a la Corte de La Haya para exigir sanciones contra Israel por la destrucción del enclave palestino y la enorme cantidad de muertes civiles que han dejado sus bombardeos.
“La política exterior chilena ha sido clave en términos de ser un país que tiene un poder político, que tiene un poder económico y cree en el sistema internacional. Las resoluciones que inciden en el derecho de los palestinos al retorno o las que inciden en el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, son normas que han sido respaldadas por parte de la política exterior de nuestro país de manera inalterable”, señala a El TIEMPO el senador, de origen palestino, Francisco Chahuán.
Como Chahuán, hay decenas de descendientes de palestinos que han llegado a altos cargos en la estructura política chilena. Varios de ellos hacen parte del grupo interparlamentario compuesto por 70 legisladores, de distintos signos políticos, que se encarga de promover la relación entre chilenos y palestinos.
“La sociedad civil chilena conoce muy bien la situación del conflicto, y la situación de Palestina y empatiza con el dolor de un pueblo que hoy día está sufriendo. Entonces la opinión pública está híperinformada e hipersensibilizada respecto a lo que está pasando en Gaza”, asegura el expresidente de las comisiones de Relaciones Exteriores y Derechos Humanos del Senado.
De hecho, el gobierno de Gabriel Boric ha sido categórico a la hora de condenar las violaciones de derechos humanos de Israel en territorio palestino y fue uno de los pocos países latinoamericanos invitados a la conferencia de alto nivel de Jordania para busca de una solución diplomática a la guerra entre Hamás e Israel.
El Presidente Gabriel Boric Font de Chile habla durante la conferencia de prensa de clausura de la Cumbre sobre la Paz en Ucrania.

El Presidente Gabriel Boric Font de Chile.

Foto:EFE

Una política con kufiya

Uno de los íconos de esta comunidad al interior de Chile ha sido su equipo de fútbol. Fundado en 1920, el Club Deportivo Palestino ha ido cultivando una hinchada, dentro y fuera de las canchas. Se hizo profesional en 1948 y, siete años después, se coronó campeón en Chile en donde, más allá de jugar, ha ejercido una defensa férrea de su causa a través del uso de los colores de la bandera, de la indumentaria que portan y de llevar como bandera su identidad que trasciende las fronteras.
“Nosotros somos un equipo que tiene valores y principios muy claros. Entregamos un mensaje de paz y un mensaje también de solidaridad con Palestina. Somos un club que no se mete ni en política ni en religión. Porque son nuestros colores, nuestras raíces y es a lo que nosotros como institución nos debemos”, señala a EL TIEMPO José Ignacio Nabzo, portavoz del club.
Jugadores del Club Deportivo Palestino, de Chile.

Jugadores del Club Deportivo Palestino, de Chile.

Foto:Archivo particular

Nabzo cuenta que es hincha del equipo desde niño, sus dos padres son de origen palestino y llegaron escapando el imperio turco-otomano, en donde había una persecución en contra de la población cristiana en ciudades como Bet Yala y Belén, por lo que la mayoría de los chilenos, descendientes de palestinos, son católicos y no musulmanes.
“A nuestros jugadores les hacemos charlas, les explicamos qué es lo que está pasando en Palestina, qué es lo que ellos representan con la camiseta que se ponen. Nuestro principal auspiciador es el Banco de Palestina, que tiene una oficina de representación acá en Chile. Nuestros jugadores han salido a la cancha con los kufiyas, en nuestros días de partidos regalamos banderas de Palestina a todo el público, y el mapa de la Palestina histórica está en nuestra camiseta”, destaca el portavoz del equipo.
De hecho, este equipo chileno se ha convertido en un referente a nivel mundial para muchos amantes del fútbol, quienes más allá de sus propias camisetas solidarizan con la causa palestina.
El senador, de origen palestino, Francisco Chahuán (centro).

El senador, de origen palestino, Francisco Chahuán (centro).

Foto:Archivo particular

Prueba de esto fue el masivo recibimiento que tuvieron los jugadores que llegaron a Bogotá a disputar una fecha de la Copa Libertadores con Millonarios a mediados de mayo. “Fue algo maravilloso, algo que emocionó muchísimo a jugadores, cuerpo técnico y dirigente. Lo agradecemos mucho como institución, porque sabemos que ellos no están apoyando un simple equipo de fútbol, ellos nos reciben y nos apoyan por lo que representamos. Porque hoy día somos considerados prácticamente una segunda selección nacional de Palestina”, asegura Nabzo.

El poder en los negocios

Aunque los palestinos que llegaron a Chile a finales de siglo XIX y principios del siglo XX lo hicieron sin grandes fortunas y, en muchos casos, sin manejar ni siquiera el idioma, se fueron abriendo un camino en el mundo de la industria nacional de la que ahora son protagonistas.
“No hay pueblo de Chile en donde no exista un palestino. Se instalan fundamentalmente en el ámbito del comercio y más adelante en las grandes industrias que se fundan en el siglo XX de los Sumar, de los Yarur, de los Said, que son grandes industrias textiles, que son bastante importantes, y marcan un hito en lo que es la industrialización del país”, señala la académica y Premio Nacional de Periodismo (2007), Faride Zerán.
Actualmente los empresarios de origen palestino en Chile son parte activa de la comunidad que tiene varias instituciones como la Fundación Palestina Belén 2000 y, desde que se inició la crisis en la Franja de Gaza, se han hecho campañas para recaudar fondos que permitan paliar la tragedia humanitaria que se vive en el enclave arrasado por una guerra que parece lejos de acabar.
ANDREA AGUILAR CÓRDOBA
Para EL TIEMPO
Santiago de Chile 
ANDREA AGUILAR CÓRDOBA
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