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Sexismo y apatridia: un fenómeno que sigue vivo en pleno siglo XXI

Egipto, Marruecos, Bahamas y Barbados tienen leyes que impiden a las madres trasmitir la ciudadanía a sus hijos. En Nepal (foto) una ley ya lo permite.

Egipto, Marruecos, Bahamas y Barbados tienen leyes que impiden a las madres trasmitir la ciudadanía a sus hijos. En Nepal (foto) una ley ya lo permite.

Foto:Getty Images

Mujeres de 24 países no tienen derecho a transmitir su nacionalidad a hijos y cónyuges extranjeros.

Neha es una joven nepalí, nacida en Nepal y cuya madre es nepalí. Creció allí y soñaba con ser médica, pero, a pesar de ser una estudiante brillante, primera en su clase, Neha no pudo rendir el examen de ingreso a la facultad de medicina. Esa ambición quedó insatisfecha porque no era considerada ciudadana nepalí.

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Nepal es uno de los 24 países que niegan a las mujeres el derecho a transmitir su nacionalidad a los hijos. También es uno de los casi 50 Estados donde las mujeres no disfrutan los mismos derechos que los hombres a la hora de adquirir, cambiar o mantener su ciudadanía, o de transmitir la ciudadanía a sus cónyuges. 
Las leyes de nacionalidad de esos países están enraizadas en la discriminación sexual y las normas patriarcales: se supone que la identidad nacional y familiar fluye directamente de los hombres, y que las mujeres son ciudadanos de segunda clase. Resulta increíble que un cuarto de los países aún impongan leyes ostensiblemente sexistas. 
Nadie cuestiona la decisión cuando un hombre decide casarse con una extranjera y transmitir su nacionalidad a su esposa e hijos, pero cuando una mujer decide casarse con un extranjero, o cuando no hay un padre presente, la situación se entiende como un error por su parte.
La privación de la ciudadanía impide que grupos completos de personas gocen del derecho a la representación, los empuja al margen de la sociedad y convierte hasta las tareas más sencillas en obstáculos infranqueables. 
Rutinariamente se niega a los apátridas el acceso equitativo a la atención sanitaria, la educación y el mercado laboral, así como el derecho a la participación política y la libertad de circulación. Se les dice que no pertenecen al país al calificárselos de indignos.
La discriminación injusta es el principal motivo de la apatridia: más del 75 % de las personas de las que se sabe que carecen de ciudadanía son parte de grupos minoritarios. El colonialismo y el proceso de descolonización, que llevaron a flujos migratorios masivos, el establecimiento de nuevas fronteras arbitrarias, y el desarrollo de normas etnocéntricas y patriarcales son los puntales de la mayoría de los casos de apatridia en el mundo. 
Después de negarles la ciudadanía a través de prácticas discriminatorias, los gobiernos aprovechan la situación de apatridia de las personas y comunidades para justificar una exclusión aún mayor, vinculando la apatridia y la discriminación en un círculo vicioso.
Ha habido algunos avances: en Malasia, por ejemplo, el gobierno del primer ministro Anwar Ibrahim, quien fue prisionero político y no desconoce la opresión estatal, acordó recientemente enmendar la Constitución para que las madres malasias con cónyuges extranjeros puedan transmitir la ciudadanía a sus hijos nacidos en el extranjero. 
Antes no tenían más opción que volver corriendo a casa para dar a luz –un viaje inconveniente y peligroso en su condición de embarazadas– si querían que sus hijos adquirieran esa nacionalidad. E incluso esa opción les fue negada durante la pandemia, cuando cerraron las fronteras.
La apatridia –y sus efectos sobre los derechos legales y el día a día de la gente— ha recibido cada vez más atención en los últimos años. La Campaña Mundial por la Igualdad de los Derechos de Nacionalidad tomó la iniciativa, impulsando a los gobiernos a reformar sus leyes arcaicas y discriminatorias de nacionalidad, y a garantizar la igualdad de género. 
El 13 de junio de 2023, junto con Unicef, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y ONU-Mujeres, la Campaña organizó la primera Cumbre Mundial sobre Igualdad de Género en las Leyes de Nacionalidad para destacar los efectos perjudiciales de esta legislación discriminatoria y fomentar las reformas. 
Al evento en Ginebra asistieron funcionarios gubernamentales de alto nivel y la ONU, y también se pudo escuchar a quienes sufren apatridia debido a esas leyes inaceptables.
La 53.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que considera la discriminación contra la mujer uno de sus temas centrales, también tuvo lugar en Ginebra, a partir del 19 de junio de 2023. 
Hubo tres eventos paralelos a la sesión dedicados a la apatridia: la discriminación de género, los derechos humanos y la xenofobia, así como el tráfico de personas apátridas. 
Durante los preparativos para estos importantes eventos, el Instituto de Apatridia e Inclusión, donde me ocupo de los programas y medios de difusión, presentó otro valioso recurso el 12 de junio de 2023: el pódcast de Diálogos sobre Apatridia y Exclusión
Mediante la exploración de la relación entre discriminación y apatridia desde diversas perspectivas históricas, sociales y políticas, la serie tiene el objetivo de ayudar a entender mejor las causas originales del problema, y la marginalización que sufren las poblaciones en esa situación.
¿Y qué pasó con Neha, quien no pudo seguir su sueño de ser doctora? Su madre y otros activistas y abogados en Nepal trabajaron incansablemente para lograr que ella y su hermana obtuvieran la ciudadanía. En vez de estudiar medicina y ayudar a los enfermos, decidió estudiar derecho y combatir la enfermedad de la desigualdad de género en su sociedad.
Ahora es abogada, activista y una joven líder inspiradora dedicada al derecho a la ciudadanía y al tema de la apatridia. Neha habló en la cumbre mundial de Ginebra, donde imploró a quienes están en el poder que erradiquen las leyes de nacionalidad arcaicas y sexistas que siguen manchando nuestras democracias. Usted también puede escuchar su historia y su pedido de justicia para la nacionalidad en Nepal y todo el mundo.
OTTOLINE SPEARMAN (*) 
© PROJECT SYNDICATE
EINDHOVEN
(*) Responsable de programas y medios del Instituto sobre Apatridia e Inclusión.

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