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Entrevista

Salud

'Preocupan las cifras de intentos de suicidio y trastornos mentales en población de edad productiva en Colombia': Consejo Nacional de Seguridad

Adriana Solano Luque

Adriana Solano Luque

Foto:Archivo Particular

En entrevista, Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, explica qué factores inciden en el incremento de los indicadores. 

Daniela Vanessa Ortiz ÁlvarezPeriodista de Salud
Los ojos del mundo están puestos en la salud mental de la población joven. La incidencia de estos trastornos aumentó exponencialmente después de la pandemia por covid-19 y su impacto por la pérdida de productividad económica empieza a ser un factor clave para las sociedades del futuro. 

Conforme a los criterios de

En Colombia el panorama es especialmente delicado. El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) recopiló varias cifras sobre la incidencia de estas afecciones en personas que se encuentra en edad productiva y reveló que en tan solo una década se reportaron más de 162.000 intentos de suicidio en personas entre 15 y 64 años de edad, pasando de 1.337 casos en 2013 a 29.410 en 2022.
El análisis, basado en datos de diversas fuentes, como el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO), el Sistema de Estadísticas Vitales del Dane y el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (Cisproquim®) también evidencia un incremento significativo en la atención por episodios depresivos.
Por grupos etarios, la tasa más alta de intento de suicidio para el 2022 se encontró en jóvenes entre 15 y 19 años, con 251, 66 casos por cada 100.000 habitantes; le sigue la población entre 20 y 24 años con 155,25 eventos y de 25 a 29 años con 95,03 casos.
Los datos resaltan que abordar la pérdida de productividad relacionada con los trastornos mentales no solo beneficia a los individuos afectados, sino que también puede mejorar el rendimiento general y el ambiente laboral en las organizaciones, un factor que podría incidir positivamente en la economía. 
Y es que la economía colombiana dejó de percibir más de 1.900 millones de dólares por muertes asociadas a trastornos mentales y de comportamiento en la última década (2013-2022) y las muertes por lesiones autoinfligidas intencionalmente tuvieron un impacto aún mayor, con un costo de 54.500 millones de dólares durante el mismo periodo de tiempo. 
En consecuencia, EL TIEMPO habló con Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, quien subrayó la necesidad de implementar políticas efectivas para abordar esta problemática de cara al futuro. 

¿Cuál es el objetivo de recopilar los datos sobre trastornos mentales e intentos de suicidio en la población productiva del país?

La idea de hacer este estudio surge con la intención de conocer un poco cómo estaban las estadísticas en una etapa posterior al covid-19, una etapa que dio origen a casi el 25 % de todos los tratamientos de salud que están en el mundo. Queríamos averiguar  exactamente cuál era la evolución de estas afecciones durante los últimos 10 años, cómo es el comportamiento de las mismas y cuáles son los avances en esta materia. Con esto, logramos determinar que en los últimos 10 años se han tenido 162.000 casos de suicidio, y pasamos de 1.277 casos registrados en el 2003 a 29.910 casos de suicidio. Esto llama la atención sobre todo porque estamos llegando a una población que está en edad productiva, es decir, son colombianos que están entre los 15 y los 64 años. 

Sorprende el aumento en los casos de intentos de suicidio en los últimos 10 años, ¿Qué factores inciden en este incremento?

El mundo globalizado genera competitividad en el mundo laboral, pues empieza a crear incertidumbre en los seres humanos y comienza a dar pie a unas sintomatologías que de repente se hacen importantes. A esto se suma que ya desde el 2019 la OIT había determinado que los trabajadores en el mundo estaban de alguna manera sometidos al síndrome de burnout o fatiga laboral. Luego, de repente, llega el covid-19 y esto requiere que hagamos cambios inmediatos en las formas de trabajo. Estuvimos sometidos a periodos de aislamiento a los que los seres humanos no estamos acostumbrados y atravesamos unas situaciones de duelo muy difíciles. Estos factores se volvieron la tormenta perfecta para empezar a percibir un incremento importantísimo en los trastornos de salud mental y obviamente en las cifras alrededor del intento de suicidio.

¿En qué franja de la población son más altas las cifras?

En la evolución de estos 10 años descubrimos que la población que está más afectada son personas entre los 15 y los 29 años, lo cual es aún más grave porque se trata de los nuevos futuros trabajadores que van a acceder al mercado laboral colombiano y eso nos genera una gran alarma en ese punto. Solo para destacar, durante el 2022 3.645 personas en estas edades productivas fueron atendidas en los servicios de salud por problemas relacionados con el empleo. Entonces vemos que esta es una causa que también se asocia de manera importante en el incremento de los trastornos de la salud mental.

La pandemia agudizó los trastornos mentales en la población, pero vemos un aumento importante de casos en 2022 cuando, en teoría, ya habíamos vuelto a adaptarnos a la normalidad ¿Qué pasó en pos-pandemia?

Es verdad. En el 2022 tenemos alrededor de 147.000 personas atendidas por episodios depresivos y tenemos un incremento casi del 40 % frente al 2021, lo que representa casi 5 veces más las cifras consignadas en el 2013 y pone en alerta roja lo que está pasando con la salud mental de los colombianos. Definitivamente tenemos que empezar a tener transformaciones importantes frente a lo que está sucediendo en la salud mental con cambios en la cultura y otros factores que deben ser atendidos porque el tema está totalmente disparado. 

¿Cómo impactan estas tasas de intentos de suicidio en la economía del país?

Como parte del estudio lo que hicimos fue tomar, a partir de las cifras presentadas o asociadas a muertes por trastorno mental, la expectativa de los años de vida potencialmente perdidos de estos colombianos. A partir de estas tasas logramos determinar que el costo en la productividad de Colombia para estos últimos 10 años fue de 54.000 millones y que tan solo para el 2022 fue una cifra que alcanzó 16.800 millones de dólares, una cifra que equivale casi al 4.4% del PIB colombiano durante ese mismo año. Como vemos esto tiene un impacto directo en productividad y en la medida que no tengamos una política pública y una participación muy clara de todos los actores para lograr una disminución en estos indicadores, el tema va a afectar de manera directa a la productividad de Colombia. 

¿Estas cifras pueden proyectarse? ¿Sabemos lo que sucederá en 10 años o más?

En este caso lo que hicimos fue un estudio un poco desde el centro de investigación que tiene el Consejo Colombiano de Seguridad y básicamente lo que queríamos era ver cómo que estaba sucediendo puntualmente en este momento. Pero, sin lugar a dudas, creo que parte también del reto será empezar a determinar cuál es el pronóstico de estas cifras y cuáles serían los resultados de estos indicadores si no se toman acciones conjuntas de todos los actores alrededor de estos temas. Entonces creo que este es el inicio y que lo hicimos en el marco del 57abo Consejo Colombiano de Seguridad porque de aquí en adelante esta conversación abre un debate muy importante para determinar cuál será el futuro de la salud mental de los colombianos. 

Dice el informe que los intentos de suicidio son mayores en las mujeres, pero quienes cometen el acto en su mayoría son hombres ¿Qué lectura tiene esta realidad?  

En Colombia vemos como las mujeres están accediendo a los centros de salud a expresar sus emociones y problemas cuando eventualmente no les está yendo bien, cosa que no sucede con los hombres y es por eso que estamos viendo que las tasas de intento de suicidio en mujeres pueden ser casi el doble de lo que sucede con los hombres pero son ellos quienes al final cometen el acto. En la medida en que los hombres no acceden a estos servicios porque existe tabú alrededor del tema va a seguir presentándose esta situación. Entonces es importante garantizar tratamientos médicos de largo plazo. Los trastornos mentales no se atienden en una cita ni en dos, se requieren tratamientos con un seguimiento constante para los pacientes y hay que empezar a eliminar esos tabús.

¿Se podría decir que existe un subregistro de las tasas de hombres que intentan cometer suicidio?

De seguro sí porque en la medida en que tenemos una población que no va al médico, no quedan dichas estadísticas registradas y, por tanto, no se muestra exactamente qué es lo que está pasando desde el punto de vista de salud mental. Es probable que la población colombiana pueda tener un grupo especialmente de personas de género masculino que aún no han accedido a los centros de salud y que no registran en las estadísticas 

Hay todo un capítulo dentro del informe específicamente sobre la depresión ¿Cómo incide esta enfermedad en las tasas de suicidio?

La depresión se considera el primer paso para tener un diagnóstico frente a alguna situación emocional que de alguna manera no le está generando tranquilidad a la persona. Nosotros quisimos arrancar un poco con este diagnóstico porque desde el punto de vista de la depresión vimos cómo, durante el 2022, atendieron en el país a 147.000 personas con estos episodios depresivos. Esta condición puede ser el inicio de una situación que podría derivar en un intento de suicidio.

¿Cómo vinculan las intoxicaciones por sustancias químicas con el aumento en los intentos de suicidio?

Desde el Centro de Información de Seguridad de Productos Químicos vemos como durante los últimos 10 años tuvimos 48.815 solicitudes de asesorías de casos con intencionalidad suicida, lo que revela casi un incremento del 52% entre el 2003 y el 2022. Y del total de solicitudes el 48 % fueron a través de intoxicaciones registradas con productos químicos, es decir, hubo una intención específica de la persona de usar algún tipo de sustancia química para quitarse la vida y el 50% de los casos se registraron en la población entre 16 y 25 años. Aquí el panorama es aún más preocupante en la medida que debemos trabajar en las campañas de prevención de sustancias químicas. Recordemos que cada año están entrando al mercado entre 100 y 200 nuevas sustancias químicas en el mundo y estamos hablando de alrededor de 70.000 sustancias químicas, luego la exposición a este tipo de sustancias es casi cotidiana.

¿Cuáles son las recomendaciones del Consejo de Seguridad para disminuir estas cifras?

Es una realidad que el aumento de los trastornos de la salud mental y la pérdida de vidas humanas por factores psicosociales nos debe llevar a actuar de manera conjunta y urgente entre todos los sectores y debemos trabajar juntos para crear entornos laborales saludables, que de alguna manera permitan bienestar mental y protejan el capital humano, que es tal vez lo más importante. Por eso queremos y hemos invitado a atender las siguientes recomendaciones: 
Primero, identificar integralmente todas aquellas condiciones tanto intra como extra laborales que puedan llevar a la generación de la alteración de la salud mental de un trabajador. Cuando estamos hablando de las condiciones interlaborales hacemos referencia a lo que hay en el clima laboral, el tema de las largas jornadas, de lo que hay alrededor de turnos excesivos o el tema de acoso, estrés laboral, en fin. Cuando estamos hablando de esas condiciones interlaborales son situaciones que afectan la salud mental del trabajador como el desplazamiento al lugar del trabajo, los temas de inseguridad, la incertidumbre económica y política del país en fin. Entonces hay circunstancias que terminan afectando de alguna manera desde el contexto al trabajador. 
También estamos invitando a que desde las organizaciones se tenga un programa de vigilancia epidemiológica específico para la salud mental y que haya un mecanismo de seguimiento que permita establecer los avances en acciones súper claras desde el punto de vista de salud mental. 
Se deben adquirir y se deben fomentar programas de promoción de la salud mental y de prevención de trastornos mentales en cuanto al manejo de la emoción, equilibrio de la carga laboral y resolución de conflictos. 
Debemos generar una cultura de bienestar y de cuidado donde se elimine un poco el tabú. Hay que tener un poco más de tranquilidad y hay que permitir que cualquier trabajador pueda expresar dificultades emocionales por las que puede estar pasando y eso nos va a ayudar a romper esos mitos o esas creencias falsas sobre los trastornos mentales.
Daniela Vanessa Ortiz ÁlvarezPeriodista de Salud
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