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Ciclismo

Paula Patiño y su relato: un pedalazo al corazón del lote del ciclismo femenino mundial

Paula Patiño

Paula Patiño

Foto:Fedeciclismo

De su puño y letra, lo que se vive, lo que se sufre, el estrés, lo bueno y lo malo.

PAULA PATIÑO
Ya hacemos parte del lote de la gran aventura: el Giro de Italia Femenino, una carrera que me trae grandes recuerdos, pues ocupé la octava casilla en la edición de 2020, la que ganó Anna van der Breggen, pero hoy recuerdo cuando comencé en este deporte y soñé con representar a mi país y llevar en alto el ciclismo femenino. 

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Mi deseo es que este sea un Giro de progresión, de escalar más, pero eso implica trabajar más, cuidarse más y pulir los detalles que hacen la diferencia para mi equipo. Es complicado, pero no es imposible. Siempre digo que todo lo que uno se propone se puede alcanzar con dedicación y disciplina, cuando uno tiene pasión las cosas salen adelante, solo espero que arranque la competencia para dar lo mejor con mi equipo, estamos preparadas.

'Solo nos toca entrenar y dar lo mejor'

He reflexionado todo lo que ha cambiado el ciclismo para mí desde que llegué al Movistar Team en 2019. Hoy tengo 27 años, soy una ciclista madura, más estructurada, leo mejor las carreras y he tenido la oportunidad de aprender de las mejores, en seis años de carrera profesional en Europa puedo decir que los cambios de hoy son inmensos.
El ciclismo femenino desde dentro es fascinante, con los años hemos ganado terreno, afición, más carreras, más transmisiones de televisión, niñas y jóvenes que quieren ser como nosotras, premiaciones más justas, pero la verdad el nivel en el femenino es muy alto, eso lo percibo todos los días.
El primer año que estuve en Europa no tenía ni idea de cómo funcionaban los grupos élites. Un equipo profesional te brinda todas las facilidades para dedicarte a esta profesión, a nosotras solo nos toca entrenar, dar lo mejor, prepararnos para corresponder a esa confianza. Ser ciclista es un estilo de vida del 200 por ciento, no tiene tregua, no tiene pecados, es concentración absoluta.
Paula Patiño: un pedalazo al corazón del lote femenino

Paula Patiño: un pedalazo al corazón del lote femenino.

Foto:Archivo

No fue fácil adaptarme. Fue muy complejo seguir la rueda en las primeras competencias, pues en Europa se manejan distancias más largas que en nuestro país, las carreteras son muy distintas. Acá se corre diferente y dar el golpe de pedal para poder, al menos, seguir el paso a las corredoras de élite no fue tan fácil, pero al final pude mejorar en esos aspectos, leer las carreras, entender mejor mi cuerpo, sin duda tuve la fortuna de contar con maestras de primer nivel.

Grupos difíciles

Es clave saber comportarse dentro de un pelotón. Me costó entenderlo. Manejar una mínima posición fue complicado. En las primeras carreras siempre estaba atrás, me sacaban de rueda muy fácil, obvio, no tenía esas condiciones para estar con las ciclistas más grandes. Pasar adelante era casi que imposible.
Los lotes femeninos en Europa son muy respetables. Me tocó trabajar mucho con mis compañeras y mis directores técnicos para poder estar en esos grupos, porque había que saber manejar las bajadas y no temerles a las carreteras estrechas.
Me sirvió mucho que en el 2018 hice parte del UCI WCC Womens Teams. La peor pesadilla la viví en esa época, sin duda fue una tremenda caída en Bélgica. Pensé que me había roto entera. En ese momento tenía brackets y se me volaron todos. La bicicleta se partió en mil pedazos, me fracturé la mano izquierda, me raspé la pierna del mismo lado, estuve en muletas y fue un momento difícil de superar.
Son muchas cosas que se viven en un lote. Es una locura. Siempre digo que para contarlo hay que vivirlo.
Paula Patiño

Paula Patiño y su visión desde las entrañas del ciclismo.

Foto:Archivo

Lo que se vive en el grupo

Hay mucha tensión. Cada etapa es una historia distinta, pero eso es lo que uno vive. No importa que las carreras sean por etapas o de un día, pues siempre está ahí la adrenalina. Se sufre mucho y uno se tiene que abrir paso como sea, porque la idea es que hay que conservar la posición, no hay que dejársela sacar. Escuchas todos los idiomas, acentos, gritos, cada día es una pequeña batalla, defendemos lo que tenemos que defender.
En cada kilómetro se pelea la posición, por eso hay que estar unidas, juntas y eso genera bastante estrés. Es un poco loco por las altas velocidades que se manejan, porque el ritmo es endemoniado, brutal y ni se diga cuando tenemos bajadas bien peligrosas.
Es obvio que el ciclismo es un trabajo y que hay días buenos, regulares y malos. Lo que se busca es que todos los días sean iguales, que todo salga como se planifica, pero no es así. Ojalá eso fuera tan cierto, que todos los días son color de rosa.
Dentro del grupo se viven roces, hay peleas. El año pasado me pasó un caso muy curioso con Lorena Wiebes, la mejor embaladora del pelotón del mundo.
Paula Patiño (der.).

Paula Patiño (der.), durante un remate de etapa.

Foto:Sprint Cycling Agency / Movistar Team

En una de esas carreteras estrechas nos chocamos, nos vimos tan juntas que no pudimos evitar que nuestros hombros se pegaran. A ella le tocó zafar el pedal de manera urgente o se caía. Yo me mantuve, pero al rato me alcanzó, me insultó, pero no me dejé.
Le respondí, no podía hacer otra cosa. Ella no entendía que esa acción había pasado por circunstancias distintas a la mala intención de hacerla caer. Cuando me di cuenta de que me gritaba, pues bajé el cambio y la enfrenté.
También la grité, pero había que seguir pedaleando y trabajando, el objetivo no era tener un enfrentamiento con otra corredora, había que terminar la etapa, cumplir con mi trabajo y no me podía dejar sacar de casillas. Cuando los ánimos se calmaron y ya habíamos cruzado la línea de meta, Lorena se me acercó y me pidió disculpas. Son cosas del trabajo, del ciclismo, del deporte, pero no por eso hay enemistades, somos humanos y nos equivocamos.

De cal y de arena

Debo decir que en el grupo hay corredoras que no son bien vistas. En la carretera existen múltiples comportamientos, actitudes negativas, que no gustan. Uno debe ver los temperamentos, conocer a las personas y ya uno con esa idea, pues sabe a qué atenerse. Dentro de carrera hay comportamientos distintos, las personas cambian de una prueba a otra y cuando ya no están encima de una bicicleta uno se la lleva mejor con unas que con otras.
En estos años he conocido muchas ciclistas y he tratado de compartir con todas, pero tengo claro que hay una que me ha llamado la atención: Annemiek Adriana van Vleuten. No solo fue la líder del equipo, con la que conseguimos victorias en el Tour de Francia y en el Giro, sino que es una excelente persona, una amiga, una leyenda del ciclismo.
Paula Patiño renovó con el equipo Movistar.

Paula Patiño renovó con el equipo Movistar.

Foto:Velofocus

Ya se retiró y nos dejó un gran hueco. Cuando ella estaba a nuestro lado era como un seguro para nosotras. Siempre que íbamos con ella sabíamos que iba a responder.
Nos daba tranquilidad, pero al mismo tiempo era una gran responsabilidad, porque teníamos que apoyarla y no podíamos fallarle. Nos enseñó a crecer, a trabajar en equipo y a ponernos límites. Ella me enseñó a superar esos límites para avanzar en la profesión y como persona, creo que fue de las personas que más celebraron cuando logré ser campeona nacional, siempre desafió mis capacidades, y bueno tengo esa responsabilidad ahora, no apagar ese espíritu de equipo, que sigue vivo, sin duda el Movistar Team es mi casa.
En Colombia falta competir más, pues hay que medirse con las mejores y venir a Europa. Hay mucho talento en el país, pero nos falta fogueo. Otro punto negativo que veo es que el calendario colombiano no es constante y ahí se pierde mucho. Nos da miedo que las carreras se hagan por otras carreteras, que las etapas sean más largas, pero esa mentalidad colombiana es necesario cambiarla.

Duro reto

Sigo acá en el Giro de Italia aprendiendo y soñando con ganar esta prueba. Es difícil, pero no es imposible, tenemos un gran equipo, tenemos experiencia, ya estuve en ese top 10, ¿por qué dejaría de soñar?
Si bien uno debe ser una ciclista completa, una que vaya bien en todos los terrenos. Somos buenas subiendo, pero nos cuesta en la contrarreloj, que es donde nos sacan la diferencia.
Aún no sé hasta cuándo estaré en el ciclismo. La verdad es que no me he puesto a pensar eso. Tengo 27 años y si me lo preguntan, pues seguiré pedaleando hasta cuando me canse, hasta cuando mi cuerpo aguante.
Espero estar varios años más. Desde que tenga salud y siga en el alto nivel competitivo tendrán a una Paula Patiño para rato, siempre soñando, siempre dando lo mejor para que vengan nuevas generaciones a ganar.
Paula Patiño
Para EL TIEMPO
PAULA PATIÑO
icono el tiempo

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