Sorprende el comportamiento del sector agropecuario que se encuentra en medio de una crisis de seguridad, incertidumbre y rentabilidad entre algunos de los problemas, pero cuenta con productores con gran tenacidad y comprometidos con sus familias y el país.
La seguridad se ha venido deteriorando con débil o nula respuesta de las autoridades: la extorsión y el secuestro son pan de cada día, rubros que los productores ya tienen que incluir dentro de los costos de producción.
El gobierno cada día genera más incertidumbre, el sector agropecuario se observa carente de dirección y se podría afirmar que no le duele a nadie, esperemos que a la nueva ministra le duela, es así como del presupuesto de inversión del primer cuatrimestre tan solo se ha ejecutado el 6,43%.
La gran bandera es la reforma agraria y a pesar de la oferta de Fedegan, la Agencia Nacional de Tierras solo ha ejecutado, en el primer cuatrimestre, el 3,83% de su presupuesto.
Por el lado de la rentabilidad, y según el Dane el índice de precios al productor entre enero y mayo ha crecido 5,76%, mientras los precios de alimentos solo han crecido 4,4%, lo que si bien ayuda a control de la inflación lo hace a costa de los ingresos de los agricultores. Si a esto se le suma las altas tasas de interés, en conjunto golpean la rentabilidad.
Lo anterior invitaría al productor agropecuario a cambiar de actividad y salir del campo, pero el sector agropecuario tienen poca movilidad de factores de producción y no pueden cambiar de actividad fácilmente y no queda otra alternativa que seguir produciendo y comercializando.
Es así que según el Dane el indicador de seguimiento a la economía (ISE) entre abril del 2023 y 2024 aumentó 5,52% y la producción primaria aumentó 10,24%. En este rubro además de agricultura está incluida la producción minera, por tanto, no es claro cuanto corresponde al sector agropecuario.
Por otra parte, Corficolombiana en un juicioso análisis muestra que en el primer trimestre de 2024 el PIB agropecuario creció 6,3%, la inflación de alimentos se ha desacelerado al pasar de alrededor de 5% en 2023 a 3,5% (diferente al 4,4% del Dane) en 2024.
Lo anterior muestra una interesante tendencia: de los 6,3% de crecimiento del PIB agropecuario en el último trimestre, 4 puntos porcentuales son cultivos sin incluir café. Todo esto confirma una crisis en la producción cafetera y un lento proceso de descafeinación de la agricultura. Finalmente, aquí se ha demostrado que el buen comportamiento del sector agropecuario obedece más a la insistencia y tenacidad de los productores agropecuarios en medio de una débil política agropecuaria y acosados por una inseguridad agravada por el incomprensible debilitamiento de las fuerzas militares y de policía.
LUIS ARANGO NIETO
Ex viceministro de Agricultura
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