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Lecturas Dominicales

Israel y Palestina: libros para entender el conflicto y soñar con la paz

Palestinos buscan cadáveres y supervivientes entre los escombros en una zona destruida tras los ataques aéreos israelíes en la ciudad de Gaza, 25 de octubre de 2023. •

Palestinos buscan cadáveres y supervivientes entre los escombros en una zona destruida tras los ataques aéreos israelíes en la ciudad de Gaza, 25 de octubre de 2023. •

Foto:Fotografía • EFE / EPA / MOHAMMED SABER

Adania Shibli, Edward W. Said, Joe Sacco, Lina Meruane y más escritores para pensar el conflicto. 

diego felipe gonzález 
Puede que uno de los temas del que todo el mundo, o casi todo el mundo, tenga una opinión sea sobre el conflicto entre el Estado de Israel y Palestina. Sin embargo, más allá de las opiniones hay una serie de novelas, ensayos, reportajes, películas y series que ayudan a comprender mejor lo que hoy ocurre allí.

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Un detalle menor
Editorial Hoja de Lata
160 páginas

Un detalle menor Editorial Hoja de Lata 160 páginas

Foto:Editorial Hoja de Lata

Uno de los primeros estruendos que llegó al mundo del arte luego de los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre fue la cancelación de la entrega del premio LiBeraturpreis, que iba a tener lugar en la Feria del Libro de Fráncfort. El galardón, que reconoce el trabajo de las mujeres escritoras de África, Asia, América Latina y el mundo árabe, lo iba a recibir la escritora palestina Adania Shibli, por su novela Un detalle menor. En ella, la escritora, que ahora vive en Berlín, pero que gran parte de su vida la pasó en Palestina, cuenta la historia de dos asesinatos unidos por el conflicto palestino-israelí. Los organizadores del premio argumentaron que no era el momento adecuado para la ceremonia debido a “la guerra iniciada por Hamás, en la que sufren millones de personas en Israel y Palestina”.
Aunque más de mil escritores, entre ellos premios nobel de literatura como Annie Ernaux o Abdulrazak Gurnah, firmaron una carta criticando la decisión de la organización alemana, Shibli optó por el silencio. Silencio que otra escritora, Lina Meruane explicó –desde el Hay Festival de Arequipa– de la siguiente manera: “Ella ha sido castigada por ser escritora palestina, pero ese castigo le cae como si ella fuera parte de la militancia del Hamás, como si ella hubiese tirado un misil, sin hacer ninguna discriminación entre la diversidad de los palestinos. Es algo absolutamente desproporcionado”.
Shibli, que ha escrito tres novelas, que ha sido nominada al International Booker Prize y formó parte de la lista Beirut 39, que buscaba destacar las nuevas voces de la literatura de Medio Oriente, con el premio alemán esperaba consagrarse en el panorama europeo. Sin embargo, la no entrega del premio dejó en el aire la idea de que su libro era ‘sesgado’ o ‘demasiado político’, pero, más allá de los rumores, Un detalle menor es una obra que indaga el porqué de la crueldad humana y en especial busca mirar a través de los ojos del otro.
La gente enciende velas junto a fotografías de rehenes y víctimas israelíes mientras conmemoran un mes desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.

La gente enciende velas junto a fotografías de rehenes y víctimas israelíes mientras conmemoran un mes desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.

Foto:Fotografía • EFE / EPA / ABIR SULTAN

La novela tiene como escena central la muerte de una joven beduina a manos del ejército israelí en 1949. En la primera parte la autora utiliza un narrador en tercera persona para contar la vida de la brigada de soldados que mató a la mujer y, en especial, la vida de uno de los oficiales a cargo de la unidad militar. Shibli trata de describir cómo estos hombres que patrullan un desierto hostil tratan de sobrevivir sin perder su humanidad.
El hecho de que la novela tuviera lugar en 1949 no fue un elemento del azar, pues la guerra de Independencia de Israel –o el Nakba para los palestinos– estaba por terminar. El fin de este enfrentamiento significó el desplazamiento de millones de palestinos de sus hogares y el comienzo de un exilio que dura hasta hoy, una experiencia que vivió la familia de Shibli, que es una de las invitadas al próximo Hay Festival de Cartagena.
En la segunda parte de la novela, el ritmo de la narración lo lleva una joven palestina que se obsesiona con la historia del asesinato de esa mujer en 1949. Esta fijación la lleva a cruzar la frontera desde Ramala hasta Tel Aviv para averiguar qué fue lo que le pasó a esa desconocida, y –al igual que los soldados de la primera parte– transita por un territorio hostil. Entre retenes y miradas de desconfianza la protagonista trata de reconstruir su pasado y el pasado de Palestina hasta que todo desemboca en una situación que muestra ese espiral sin fin de la guerra.
Un detalle menor es una novela que, como dijo un autor israelí sobre el conflicto y la literatura, aboga por “la necesidad de contar una historia, de imaginar al otro, de ponerse en la piel del otro (ya que esto es), al final, no solo una experiencia ética, sino también una gran prueba de humildad”.
***
La cuestión palestina, de Edward Said. Editorial DEBATE. 352 págs.

La cuestión palestina, de Edward Said. Editorial DEBATE. 352 págs.

Foto:Editorial DEBATE

Amos Oz fue uno de los autores más importantes de las últimas décadas en Israel y un eterno candidato al Premio Nobel de Literatura. Oz vivió en carne propia el conflicto entre Palestina e Israel. Sus experiencias, como la llegada de sus padres expulsados de Europa a Jerusalén, su vida en un kibutz y su paso por el ejército, donde combatió en las guerras de 1967 y de 1973, formaron parte de lo que sería su obra literaria. Fue primero un convencido de la guerra, pero con los años fue, sobre todo, un gran convencido de la paz.
Esta lucha la llevó hasta el final de sus días. En una de sus últimas conferencias, tan solo seis meses antes de su muerte, no dejó de clamar por una solución pacífica y por una reconciliación, por dolorosa que fuera. Oz, autor de más de 15 novelas y ganador de premios como el Príncipe de Asturias de las Letras, siempre habló de cómo la historia entre los palestinos y los israelíes era la historia de una herida sangrante. En ensayos como Contra el fanatismo, Queridos fanáticos o Las cuentas aún no están saldadas trató de encontrar soluciones más allá de la política. Buscó sin descanso las formas en que el lenguaje y el arte podrían ayudar a sanar esa herida entre los dos pueblos; en su última conferencia dijo: “Un lenguaje terapéutico empieza por decirle a tu adversario –sí, a tu enemigo– estas sencillas palabras: ‘Ya lo sé. Te duele mucho. Lo comprendo’ ”.
La riqueza y la visión de Oz no solo están en su vertiente ensayística. En novelas como Tierra de chacales, Conocí a una mujer o Judas trató de usar la literatura como un medio para hablar con todos aquellos que creían estar en algún extremo del conflicto. Pero es en su autobiografía, Una historia de amor y oscuridad –que luego sería adaptada al cine por la actriz israelí, nacionalizada estadounidense, Natalie Portman–, donde el lector puede encontrar un relato de lo que fue la creación del Estado de Israel, de la vida y las esperanzas de aquellas personas que creyeron –o se vieron llevadas a creer– en ese proyecto de una nación o de un hogar para los judíos. A través de su historia, pero sobre todo la historia de sus padres, Oz recrea su metamorfosis como ciudadano israelí. Aquí el lector ve cómo se construyó el mito de la nación que floreció el desierto, pero también de la que destruyó algunos de sus rincones.
* * *
Esa destrucción del territorio fue el objeto de estudio de uno de los autores que más ha intentado comprender la situación palestina: Edward Said, quien podría ser el gran contrapeso o interlocutor de Oz del lado palestino y que, además, fue uno de los intelectuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Egresado de Harvard y luego profesor de la Universidad de Columbia, se dio a conocer por sus estudios históricos, en especial su obra Orientalismo, que es fundamental para entender cómo se construyó la idea que se tiene sobre Oriente y en especial del mundo árabe. También fue un activista político y miembro del Consejo Nacional Palestino, donde trató de luchar por la paz.
Said, al igual que Oz, nació en Jerusalén durante el mandato británico, pero en el seno de una familia palestina cristiana. Vivió en la ciudad santa hasta 1947, cuando su familia tuvo que marcharse a Egipto. Este evento marcaría su vida del intelectual al punto de afirmar: “El exilio es la condición fundamental de la vida palestina”.
Su libro La cuestión palestina es una obra de referencia para entender qué significa hoy la palabra Palestina. Así como hizo con el término ‘Oriente’, Said exploró cómo se gestó la idea de un pueblo palestino y cómo eso significó luchar por su propia existencia frente a los discursos que llegaron a afirmar que “no existe un pueblo palestino”.
Este ensayo es un recorrido histórico que muestra la formación de la identidad palestina. Y se vale de un análisis sobre los discursos de los políticos sionistas del siglo XIX y XX, estudia las novelas que empezaron a configurar la imagen que se construyó sobre su pueblo y –por supuesto– hace una crítica a las políticas del Estado de Israel que no solo ha atacado a los grupos terroristas, sino también a la población civil.
El libro de Said se convirtió en un texto tan importante que llevó a muchas personas a preguntarse por la “cuestión palestina” por primera vez. Entre ellas estuvo el periodista norteamericano Joe Sacco, el inventor de todo un género periodístico: el reportaje en cómic. Sacco cuenta en Palestina, su genial e impactante reportaje gráfico, que fue el texto de Said el que lo hizo embarcarse, en 1990, en un viaje a los territorios ocupados. Durante más de dos meses recorrió Cisjordania hasta la Franja de Gaza en busca de personas que contaran qué era lo que estaba ocurriendo allí. Sus dibujos y los testimonios que escuchó, y que recogió en su diario de terreno, fueron fundamentales para que esa imagen del palestino/terrorista empezara a cambiar: incluso para él. Sacco recordaría que antes de viajar, Arafat, por ejemplo, no era en su cabeza más que un pintoresco terrorista.
Sacco no ha estado solo. Los esfuerzos del periodismo para entender el conflicto han sido muchos: documentales, reportajes o libros como Un reino de olivos y cenizas, una recopilación de textos de varios escritores. Esta ‘antología’ que contó con textos de Mario Vargas Llosa, Colm Toibin y David Eggers, entre otros, es el reflejo de las mil miradas que se han puesto sobre esta tragedia humana. Sus editores, la escritora Ayelet Waldman y el escritor Michael Chabon, ambos de ascendencia judía, decidieron que el silencio no era una opción. Empezaron a buscar autores para que fueran a contar lo que ocurría tanto en Israel como en los territorios palestinos.
Palestina, de Joe Sacco. Editorial Planeta Cómic. 328 págs

Palestina, de Joe Sacco. Editorial Planeta Cómic. 328 págs

Foto:Editorial Planeta

El libro es un variado abanico de relatos sobre un problema que parece no tener fin y que se expande más allá de sus fronteras.
Como dijo Said, el exilio palestino es casi una marca de esta nación. Los palestinos son una diáspora enorme que llega a rincones del mundo como Chile; no por nada en el país austral hay un equipo de fútbol que se llama Club Deportivo Palestino, fundado en 1920 por miembros de la colonia palestina. De esta diáspora que llegó al sur de América nació la crónica de Lina Meruane Volverse Palestina, que está recopilada en el libro Palestina en pedazos.
Meruane cuenta una búsqueda muy particular, la búsqueda de su hogar y del hogar de sus ancestros: “El libro empieza cuando yo viajo al territorio palestino; y para mí, el viaje fue realmente muy difícil de hacer. Fue humillante y comprometido. Empecé a escribir por angustia”, dice Meruane.
Su historia es la misma de muchas personas que vieron cómo lo que ellos consideraban su casa desaparecía por la voluntad de otros, al punto de dejarlos solo con llaves para una puerta que no existe más. Meruane regresó a Palestina para descubrir cómo su pasado también le fue arrebatado, pero que, de una u otra manera, logró regresar a él: “El viaje a Palestina y la escritura en Palestina, el haber investigado y pensado tanto la situación de ese lugar, que podía haber sido la mía si mis abuelos no hubieran migrado, me convirtió en una escritora ‘chilestina’. Porque si bien no he vivido allí, soy parte de esa fuerte diáspora palestina que existe en América Latina y que a lo largo de las décadas ha contribuido a la causa”, sostiene Meruane.
La vida entera de David Grossman. 
Editorial Debolsillo. 816 págs.

La vida entera de David Grossman. Editorial Debolsillo. 816 págs.

Foto:Debolsillo

* * *
En Francia, la escritora Delphine Horvilleur es una de las intelectuales judías más activas en promover el diálogo entre las dos partes. Además, es una de las rabinas más conocidas de su país y tiene frecuentes encuentros con escritores árabes y palestinos. Su libro Vivir con nuestros muertos está lleno de reflexiones que valen la pena en este momento. Aunque suene extraño, la especialidad de Horvilleur es la de oficiar las ceremonias funerales, y fue la encargada de decir las palabras en el funeral de Simone Weil y las de algunas de las víctimas del atentado a la revista Charlie Hebdo. Su libro es una especie de plegaria que trata de entender la muerte y el peso que deja a los que quedan con vida. Uno de sus capítulos más conmovedores es cuando tiene que explicar la muerte de un niño a otro niño. Es allí donde Horvilleur muestra toda esa tradición judaica en la cual las palabras y las historias cobran sentido, o tratan de dar sentido a la vida.
En el mismo camino David Grossman, otro de los grandes referentes de la literatura israelí y ganador del International Booker Prize en 2017, intenta en su libro La vida entera entender el dolor y la ausencia que provoca la muerte. En él narra cómo la vida de una madre se trastoca luego de la muerte de su hijo, que era soldado israelí. La protagonista cambia su vida y termina envuelta en un recorrido sin rumbo para tratar de explicarse lo que pasó. A lo largo de la novela Grossman logra recrear ese sinsentido que envuelve la tragedia de una guerra y la tragedia de las víctimas. Porque, más allá de justificar cualquier asesinato, lo que busca es explicar con las palabras cómo sobrellevar la desdicha de perder a alguien o entender por qué las muertes de unos completos desconocidos también nos debe interpelar como seres humanos.
Palestina en pedazos, de Lina Meruane. Random House. 
120 págs.

Palestina en pedazos, de Lina Meruane. Random House. 120 págs.

Foto:Random House

* * *
En Gaza hay todo un movimiento artístico atado al grafiti, no hay que olvidar que algunas de las obras más icónicas de Banksy aparecieron sobre el muro de Gaza. Este movimiento busca canalizar todos estos sentimientos que deja la guerra en la población gazatí. Los artistas que aún permanecen en la Franja de Gaza han empezado a crear obras a partir de los escombros que dejan los bombardeos y “utilizan hasta los restos de los misiles para crear en medio del desastre”, como lo afirmaron en el periódico The Guardian.
Es claro que toda esta guerra dejará libros, películas y obras de arte, que tal vez sirvan no solo para entender el horror, sino para narrar su final, como dice Lina Menaure: “En mis momentos más oscuros, cuando estoy más deprimida por esta situación, recuerdo que Sudáfrica, en algún momento, también pudo superar el apartheid”.

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