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Noticia

Mujeres

María José Giraldo, la joven que salva adictos en el país

Entrevista

Giraldo ha alcanzado a más de 500 personas con su labor de concientización sobre abuso de sustancias.

Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO

Nació en Medellín y decidió convertir su experiencia de vida en un motivo para ayudar a los demás.

José Manuel AcevedoDirector de Noticias RCN

Nacer en Medellín en 1991 fue para ella y su mamá, un presagio de que en la vida de las dos —pero sobre todo de María José— nada sería fácil. Ese año, la capital paisa registró la mayor cantidad de muertes violentas en su historia y el temor por las acciones del narcotráfico se incrementaba. Su mamá, la reconocida periodista Silvia María Hoyos, estaba en el frente de batalla diario.

Pero María José vivía otra guerra. Una silenciosa. Una que es compartida por miles de personas que, no obstante, todavía no se atreven a hablar en voz alta. Su padre era alcohólico. Años después, María José se casaría con otro adicto, esta vez a las drogas. Sin embargo, convirtió su experiencia de vida en un motivo para ayudar a los demás. Con su mensaje ha alcanzado de manera directa a más de 500 personas, pero seguramente a través de las redes, donde se mueve bien, llega a miles. Aún sin título profesional en la materia, pero con el bagaje que le da su historia propia, orienta a la gente de su generación que tiene problemas de adicción y salud mental. 
Esta es la historia de María José, la joven paisa, de 32 años, que salva adictos.

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Si echas para atrás la película, ¿dirías que viviste una infancia feliz?

Si a mí me hubieran preguntado esto hace 7 años yo te hubiera dicho que tuve una infancia muy feliz y que nunca me faltó nada, pero en algún momento me di cuenta que no; que yo crecí en un hogar disfuncional. Mi mamá pasaba meses por fuera. Su trabajo le implicaba moverse mucho y yo tenía una incertidumbre permanente. Por el lado de mi papá, toda la vida él tuvo problemas con el alcohol. Yo en ese momento no lo entendía porque él no era como el típico borracho que a uno le describen, pero para mí el sonido de los hielos mezclándose con el whiskey, es como una campana que me ha acompañado toda mi vida.

¿Y tú? ¿Tuviste ese mismo contacto con el alcohol o quizá con las drogas en tu adolescencia?

¿Sabes que yo aprendí por oposición? A mí eso toda la vida me dio mucho miedo. Yo conocí la cocaína con mi exesposo y más adelante seguramente te podré contar, pero en mi infancia no. Nunca me interesó. 

¿A dónde te llevó la vida entonces?

para mí el sonido de los hielos mezclándose con el whiskey, es como una campana que me ha acompañado toda mi vida.

Siempre fui muy creativa. Me gustaba crear con mis manos. Siempre quise ayudar, ¿sabes? Soñaba con ser médica, al principio, pero eso nunca se dio y luego me fui, después del colegio, a Milán, Italia. Siempre me gustó la moda también y allí estudié eso. En realidad, lo que más me llamaba la atención es que era muy lejos. Yo siempre quise salir corriendo. Los jóvenes estamos en una búsqueda externa todo el tiempo. “Si yo estoy lejos, voy a ser feliz”, “si yo me voy, seré una mejor persona”, es como lo que uno piensa.

¿Y estando allá, en efecto, fuiste feliz?

Pues mirá que no. Entré como en una crisis de identidad. Me generaba angustia ver que mis compañeros eran todos ricos, y mientras almorzaban, se compraban un bolso de miles de euros, y aunque sabía que mi mamá estaba haciendo un esfuerzo muy grande por tenerme ahí, no me hallaba.
Estando en Italia tuve lo que sería mi primer episodio de depresión profunda aunque para ese momento no era tan consciente de lo que me pasaba y que luego vendría a entender.
Mujeres

María José Giraldo se encuentra en Instagram como @elcamino.deregreso, perfil en el que desarrolla contenido de salud mental.

Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO

¿Te devolviste a Colombia?

Fue amor a primera vista, pero ignoré cosas como que lo conocí estando él borracho, en una fiesta en su casa de unas 100 personas.

¡Me devolvieron! Ja, ja. En alguna llamada con mi mamá ella me sintió muy mal y me dijo que regresara a Colombia. Volví, terminé mis estudios de moda aquí, pero la historia seguiría. A los 23 años, más o menos, conocí al que es hoy el papá de mi hijo. Es colombiano pero vivió desde bebé en España y su cultura es muy de allá. 

¿Qué pasó con él?

Pues mirá, yo no identifiqué al principio lo que después pudiera pasar. Yo lo conocí y me pareció auténtico, chévere. Fue amor a primera vista, pero ignoré cosas como que lo conocí estando él borracho, en una fiesta en su casa de unas 100 personas, por ahí y yo me acuerdo que yo me decía, por allá muy adentro, que esta persona podía arruinar mi vida pero no me importó y seguí adelante y me casé. Fue en España, cuando fuimos a conocer a su familia, que él se la pasó tomando todos los días y supe que metía cocaína porque en un matrimonio allá, le vi algo blanquito en la nariz y ahí le pregunté y me dijo que era normal; que todos sus amigos lo hacían, pero en la práctica, como entenderás, se volvió muuuy recurrente.

¿Y ahí decides separarte?

La verdad es que yo estaba acostumbrada al caos. A mí la tranquilidad me parecía sospechosa, y hoy obviamente identifico ese como un factor al que uno no se debería acostumbrar y le digo a las personas con las que hablo que es una señal de alerta. Pero imagínate: sentir que yo era su familia aquí, que era valiosa para alguien, que yo le podía ayudar y sacarlo adelante, le daba un significado a mi vida. Fue muy duro y esto no solo lo vivo yo, sino probablemente mucha gente que estáx leyéndonos y eso es lo chévere; que estamos muchos pasando por lo mismo y podemos salir de ahí.

¿Cuándo decides, entonces, que ya no es la moda o el diseño, o ser simplemente esposa o mamá lo que quieres, sino ayudar a la gente con problemas de salud mental?

Yo diría que pasó sin buscarlo. Obviamente estar embarazada de alguien así, me hizo querer entender más sobre qué podía pasar por la cabeza de alguien como él o como mi papá y comencé a estudiar la neurofisiología de las adicciones, es decir, las drogas qué le hacen al cuerpo, desde un nivel muy biológico, pero descubrí que todo esto tiene que ver mucho más con un sentido espiritual que puramente biológico.
Las adicciones tienen mucho más que ver con el sentido que le das a tu existencia y tu conexión con la vida, que simplemente por la predisposición o por la forma en que está cableado tu cerebro.

¿Cuál fue el siguiente paso, una vez le das ese foco a tu investigación?

Yo tuve un psiquiatra que me ayudó mucho y él fue mi mentor. Me ayudó mucho a abrir los ojos y comencé a leer y cuando ya por fin muchas cosas me hicieron 'clic' con mi propia situación, entendí además que mi esposo no podía ser el centro de atención sino que tenía que mirarme a mí misma.
¿Qué había en mí que me hizo enamorarme de un adicto? El discurso se da alrededor de quien tiene el comportamiento pero ¿quién piensa en las familias y en el entorno de las personas que sufren una adicción? Una entrenadora que yo tenía, vivía una situación muy parecida a la mía y comencé a hablarle desde mi experiencia y ella me dijo: ¿por qué no te dedicas a esto? ¡a hablarle a la gente desde tu posición y ayudarlas a salir adelante! Al principio yo decía 'no', pero seguí hablando con mucha gente y ayudando en la medida de mis posibilidades.
Mujeres

María José nació en Medellín en una época caracterizada por la violencia, se fue a Italia, pero regresó a Colombia para acompañar y brindar consejos a personas con adicciones,

Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO

Si te preguntara, entonces, ¿a qué te dedicas exactamente hoy, qué me dirías? 

Pues mirá, esa es una pregunta que me hacen mucho y me cuesta definirlo, Ja, Ja. Yo hoy me dedico a acompañar personas y, sobre todo, familias que están pasando por problemas de adicción, desde tres cosas: lo primero, es entender qué es una adicción y derrumbar mitos. Lo segundo, es entender cuál es el rol de la familia —que para cada una es diferente pero sí hay pautas para vivirlo de una manera más tranquila— y, lo tercero, es darle un sentido a esta situación tan dolorosa. Yo encontré que la única manera de transitar este camino tan difícil, es entender que va a doler. La gente me busca para que deje de doler y eso es imposible pero cuando el dolor se vive con sentido, ahí es cuando ya no es sufrimiento sino que se puede aprender y transformarse.

¿Y cómo lo haces?

Yo encontré que la única manera de transitar este camino tan difícil, es entender que va a doler.

Yo trabajo con empresas en procesos de formación y concientización. Hablo con personas individualmente y hago talleres. Tengo una cuenta en Instagram que es @elcamino.deregreso. Tengo este año el proyecto de hacer un pódcast dirigido a las familias. La gente critica mucho las redes sociales, pero yo creo que es una de las cosas que a mí me salvó. El intercambio de experiencias y la información compartida ayudan mucho. 

¿De qué dimensión es el problema? ¿Qué tan afectados estamos como sociedad por las adicciones?

Hoy se habla mucho de las adicciones en función de las sustancias, pero realmente esto nos ha acompañado desde hace mucho tiempo y hay de distintos tipos.
Cualquier comportamiento repetitivo en el que encuentro placer temporal y no puedo parar, es una adicción: a una relación, al juego, al trabajo. Estamos muy afectados, en ese sentido, por las adicciones.
Mujeres

María José Giraldo tiene 32 años y es la hija de la periodista Silvia María Hoyos.

Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO

¿Qué consejo le das a una persona joven que siente que tiene una adicción pero no está tan segura de eso y que, leyéndote, está cayendo en cuenta de que está pasando algo?

No creo que debamos concentrarnos en el comportamiento en sí mismo. En el hecho de tomar trago o en meter drogas. Hay que mirar qué necesidad, qué capa abajo es la que está produciendo esto.
Mi consejo es que más que mirar la conducta puntual, tratemos de ir a la raíz y entender mejor lo que nos pasa y eso, a veces, solo lo sabemos quienes estamos pasando por situaciones así.

¿Necesitamos hablar más en voz alta sobre estos asuntos?

Mirá, definitivamente es algo de lo que hay que hablar. El ingrediente más difícil de una adicción es la vergüenza y la única manera de romper la vergüenza, es hablando del tema. El efecto biológico y la explicación científica no cala tanto como que alguien te hable de su experiencia. Me pasó a mí y, contando lo que a mí me ocurrió, estoy ayudando a mucha gente. 

Termino con esto: ¿qué le dirías hoy a tu papá y a tu exesposo?

A mi papá: que es un ser extremadamente valiente. Lo admiro por donde está hoy. Él atravesó por mucho y hoy es mejor. Sé que esto nos generó mucha vergüenza como familia pero lo que tengo hoy es un regalo que llegó muy mal empacado a través de él. Y a mi exesposo: que fue un maestro para mí, en el fondo, porque me dejó unas enseñanzas indirectas muy importantes. Esta experiencia me definió y en ese sentido, le doy las gracias. 

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José Manuel AcevedoDirector de Noticias RCN
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