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Mi Saudí-.Pdf Versión 1
Mi Saudí-.Pdf Versión 1
Capítulo 1
Viajar muchas horas en clase turista no es nada
agradable, pero lo que nunca imaginé es que el
asiento que había comprado estaba reservado por
la policía, debido a que trasladaban a un detenido
y gracias a eso me pasaron a primera clase, lo cual
suponía comodidad y un vuelo de lo más lujoso
cosa que nunca me habría permitido por mis
propios medios. Frente a mí estaba sentado un
hombre que me llamaba mucho la atención, mi
mirada no se desprendía de su elegante y atractivo
rostro.
Un hormigueo recorre mi cuerpo, ocasionando
que mi cara se calentara y un rubor natural se
pintara en mis mejillas cuando me doy cuenta de
que el chico tan guapo que tengo cerca me miraba
con una sonrisa perfecta, desvié mi vista de
manera nerviosa, ya que el bello rostro del
hombre me sigue observando, pero manteniendo
esa sonrisa insuperable.Me gustaría catar esos
labios carnosos que me están sonriendo. Agitó mi
cabeza intentando sacar cualquier pensamiento
sucio y me dispongo hablarle.—¿De qué se ríe? —
solté sin pelos en la lengua.
—De lo hermosa que es usted cuando me mira —
contesta sin romper la sonrisa.Muerdo el labio
inferior por los nervios que causaron sus palabras,
que hicieron sonar con esa notoriedad.— No
deberías morder ese lindo labio con tanta
intensidad, te lo lastimaras — añade él.
Reaccione a lo que me acaba de decir y suelto mi
labio de golpe.— ¿Le importaría?... —pregunté,
pero no me contestó. —Me refiero a lo de
lastimarlo —le vuelvo a decir.— Por supuesto, se
merecen ser mimados, y no lastimados —añade
con mucha seguridad. La conversación que
empezamos a mantener comenzó a subir de tono,
y la verdad hablar con semejante hombre hace que
un delicado fuego se encienda en mi interior.— Es
que no tengo quien los mime — dije restándole
importancia a mis palabras.
Él hombre cuyo nombre aún no sabía se ríe
soltando una linda carcajada.— Si me lo permites
con gusto lo haría — expresa después de terminar
de reír. NO soy una chica fácil, pero tampoco voy a
negar que este tipo me gusta mucho, su atractivo
me impactó tanto que origina en mi aceptar su
propuesta sin duda alguna. — Lo siento, pero no
soy una presa fácil — le informé. Después giré mi
cabeza a la ventanilla del avión. Más tarde escuchó
su excitante voz hablarme de nuevo.— Por cierto,
no nos hemos presentado, me llamo Sahir.—
Encantada Sahir, soy Hadassah, pero me llaman
Hada.— Bonito nombre Hada.— Gracias — baje la
mirada. NO articule ni una palabra más después de
agradecerle su cumplido.
Esté viaje será bastante largo, ya que toco en
vacaciones escolares, así que estaré por dos meses
en este maravilloso y caluroso país. La pregunta es
¿Dónde me quedaré?, fácil. Hace un año conocí a
una chica en el Caribe, de descendencia árabe, ella
vive en Abu Dabi y como mantuvimos contacto me
invitó a pasar estos dos meses en su casa, acepté
de inmediato, ya que los días que pasamos juntas
hicimos muy buenas migas y que mejor pasar este
tiempo con Nabila, ese es su nombre que significa
"nobleza”. Vuelvo a mirar a Sahir, que está
concentrado en su laptop. Mido cada centímetro
de su perfecto rostro. Suspiró por los sentimientos
que brotaban en mí al deleitarlo con la mirada.
Intente distraerme poniéndome los auriculares en
mis oídos y subí el volumen de la música.
Narra Sahir.
La hermosura que desata Hada en la claridad de su
mirada desencadenó en mí un sentimiento difícil
de entender, me di cuenta de que no dejaba de
mirarme y no pude evitar sonreírle. Él rubor que
brotó de sus mejillas al ver mi acción hizo que
deseara más su cercanía, esto no es usual en mí,
pero ella causó un anhelo extraño hacia su
persona. Estuve de vacaciones en España, hoy
regreso a mi hogar donde mis padres y hermanos
me esperan con ansias, el trabajo me reclama y el
descanso llegó a su fin. Me llamo Sahir Al Kamal,
vivo en Abu Dhabi y tengo treinta años, soy
director y dueño de uno de los bancos más
conocidos de los Emiratos Árabes Unidos. Y dirán
¿por qué un multimillonario como yo no tiene su
propio avión privado?, pues la respuesta es simple;
Tengo más de uno, pero soy de esas personas que
le gusta pasar desapercibido, a veces me apetece
viajar con gente que no conozco y compartir un
mismo espacio, gracias a ello hoy puedo decir que
conocí a la mujer más bella que vieron mis ojos
después de mi madre. Hada se instaló en mis
pensamientos sin previo aviso.
Capítulo 2
Sahir y yo no hemos vuelto a cruzar palabra,
prácticamente porque me quede dormida.
Después de unas largas horas de viaje, por fin
llegamos. La emoción invade mi pecho, ya que esto
es un sueño hecho realidad. Cuándo nos
disponemos a salir del avión Sahir me pregunto si
alguien venía a por mí.— Si no viene nadie por ti te
podría llevar con gusto — dijo. — Hmm...Gracias
Sahir, pero viene una amiga — digo agradecida.—
En ese caso, ha sido un placer volar contigo Hada
— añade besando mi mano, acción que eriza mi
piel. — Espero volver a verte.— Eso espero Sahir —
respondí. Tengo ganas de gritar y decirle que me
lleve con él y que me haga lo que quiera conmigo,
pero mi dignidad no me deja. Maldigo en mi
mente y caminé en busca de mi enorme maleta.
Sahir desapareció de mi vista sin darme cuenta.
Encendí mi celular mientras esperaba a que mi
amiga llegara por mí. Recibo un WhatsApp de
ella:— Hada llegaré un poco tarde, pero te
prometo que te lo recompensaré llevándote a
comer los mejores falafels de Abu Dhabi. Procedo
a contestar:— Sin prisa Nabila, cuando llegues me
avisas mientras tanto estaré tomando un delicioso
café.En lo que espero la llegada de Nabila, marco a
mis padres para informarles de que había llegado
bien, para no tenerlos preocupados. Me quede
pensando en Sahir, no podía sacarlo de mi cabeza
por más que lo intentaba, pero esa jodida sonrisa
me tiene cautivada. No creo que nos volvamos a
ver, joder este país es enorme y la suerte nunca ha
estado a mi favor así que mejor bórralo de mi
mente lo antes posible y disfrutar de estas
vacaciones tan deseadas
Mi amiga se retrasó por más de dos horas, cuando
estaba a punto de llamarla, ella me escribió
diciéndome que estaba fuera. Salgo del
aeropuerto y la veo parada, suelto mi pesada
maleta y me echo a sus brazos.— Bienvenida Hada
— susurra a mi oído. —Perdóname por la
demora.— No te preocupes. Caminamos hasta un
Alfa Romeo rojo, muy lujoso diría yo. Metemos mi
maleta entre las dos en el maletero de aquella
increíble máquina cara.— No sabía que tenías un
coche tan costoso — dije riéndome.— Cortesía de
mi hermano —añade ella. Nos reímos a la vez y
arrancamos el motor.— ¿Lista? — pregunta
Nabila.— Lo estoy — sonreí emocionada. cuestión
de minutos me encontraba en un fabuloso
restaurante comiendo unos deleitosos falafels tal
como me lo prometió.— ¿Tus padres saben de mí?
— pregunté.—Por supuesto Hada y están
encantados de recibirte en nuestra casa. Además,
hoy llegó mi hermano de viaje así que hay una
gran cena familiar.
— Nabila, no quiero molestar a nadie en serio,
reservaré un hotel amiga — sueno apenada.—Pero
¿qué dices?, si estoy feliz de tenerte aquí.— Ya,
pero...— Hada te arrastraré del pelo como me
pongas más peros — me advierte.—No pensaba
que eras tan violenta — me burlo de ella.
Terminamos la comida y salimos rumbo a su casa.
No voy a negar que me siento nerviosa por
conocer a su familia, todo esto es nuevo para mí.
Su cultura, sus tradiciones, todo es diferente a los
que estoy acostumbrada.— Ordené que te
preparen una habitación cerca de la mía — me
informa Nabila mientras conduce.— ¿Tan grande
es tu casa? — la interrogué sorprendida.—
Más de lo que te imaginas — contesta con
diversión. Al llegar al lugar donde vivía, me quedé
atónita por el inmenso sitio donde habitaba
Nabila, era como un castillo del siglo veintiuno,
moderno y lujoso. Siento como la mano de ella
presiona mi barbilla para cerrarme la boca que se
había quedado abierta de lo fascinada que
estaba.— Pero... — Indiqué con el dedo, pero ella
no me dejó terminar. — Todavía no has visto el
interior
— me coge del brazo para tirar de mí. Una vez
dentro de aquel palacio, porque así lo veía yo.
Pude notar la voz de una mujer hablando con
alguien y sonrisas de felicidad alrededor.— Ven
mis padres están en el salón.
Nabila se introduce en el salón y yo la sigo, lo
primero que me percato es de la hermosura de la
mujer que se encontraba ahí, un hombre vestido
de túnica típica del país y dos jóvenes chicos de
unos dieciséis y diecinueve años la rodeaban.—
Familia déjenme presentarles a mi amiga Hada —
me presenta Nabila. La señora se levanta y camina
hacia mí con una gran sonrisa, lleva puesto una
túnica negra con bordados dorados.— Bienvenida
hija, siéntete como en tu casa — su madre me
recibe con los brazos abiertos— Muchas gracias,
señora, no sabía que hablaban Español.
— Solo llámame, Samira — dice ella. — El español
es el tercer idioma que hablamos. Después me
saluda su padre, he de decir que me recuerda a
alguien y luego los dos chicos.— ¿Dónde está mi
hermano? — preguntó Nabila a su madre.— Salió,
pero dijo que volvería en breve.
— ¿Tienes otro hermano? — pregunté.— Si, el que
te dije que llegó hoy de viaje. Es el mayor— añade
nuevamente.
— Y dueño de todo esto — esto último lo susurra
en mi oído para no ser escuchada. Evidentemente
la curiosidad de conocer al hermano mayor se hace
más notable en mí, después de una agradable
charla con los padres de mi amiga, subo a la
habitación que me asignaron. El espacio donde iba
a pasar estos dos meses era enorme, podría ser mi
casa entera en una sola habitación, la cama es
inmensa la cual estaba adornada con unas sábanas
de sedas blancas, un gran ventanal dejaba ver las
vistas preciosas de Abu Dhabi.Y qué decir del baño
que acompañaba esa habitación de cinco estrellas,
era todo mármol con una gran bañera que podrían
caber hasta tres personas sin problema, al lado de
esta había sales minerales de muchos aromas.
Después de bañarme, salgo y procedo a vestirme
sin embargo escuchó que llaman a la puerta.—
¿Puedo pasar Hada?, soy Nabila.— Pasa —
contesté.
— ¿Qué tal el baño? — me vacila.— Como estar en
el cielo.— Amiga te vine a buscar porque han
preparado café y dulces, por si te apetece
merendar — dijo ella. — Ah bueno mi hermano
llegó hace rato también— vuelve a decirme.— Me
encantaría pasar la tarde entre dulces y café—
añadí.
— Dame cinco minutos que me terminé de peinar
y vamos — reiteré. Mientras bajamos mis latidos
se aceleran.
Al entrar al suntuoso salón y distinguir aquella
figura alta y esa barba bien acabada, la mirada
profunda en la que admiraba a su madre y sobre
todo esa sonrisa que detiene el aire que respiro,
produce en mi anatomía un temblor misterioso.
Sin quererlo muerdo el labio inferior con fuerzas
mientras estoy paralizada ante ellos. Solo puedo
escuchar como Nabila me presenta ante su
hermano que ahora mismo tiene una sonrisa de
lado y mirándome con determinación. Capté como
su fuerte y alto cuerpo se acercaba a mí.—Te lo
lastimaras—dice y después siento como una
oleada de calor choca en mi rostro haciéndome
enrojecer. —Encantado de conocerte Hada—
vuelve a decir extendiendo su mano. Suelto el
agarre de mis labios y reaccioné a sus palabras.—
Igualmente — le doy la mano la cual quedó
atrapada con la suya por unos largos e intensos
segundos mientras nuestras miradas se sostienen
entre ellas.
Narra Sahir.
No hay dolor más doloroso que saber que durante
tanto tiempo estuve creyendo algo que no era
cierto, querer volver, pero ese resentimiento que
hoy en día sé que era falso no me dejaba avanzar
hacia la persona que amaba. Hada no se merece
alguien como yo y no me merezco su perdón ni
tampoco su amor así que mejor dejarla volar,
aunque me parta el alma en pedazos, pero ese
será mi castigo el cual estaré pagando cada día de
mi vida.
Entré al banco, me dirijo a mi oficina y la mirada de
mis empleados es de asombro. Saludo a mi
secretaria.— Buenos días, Fátima — dije
parándome frente a ella.— Sr. Al Kamal, buenos
días — responde a mi saludo impresionada.—
Pásame todos los contratos nuevos de estos
últimos meses —ordené. Ocupo mi mente en el
trabajo, pero después decido ir hablar con Ahmed.
Al entrar me mira fijamente pero no se sorprende
de mi presencia.—Bienvenido Sahir — dijo. Me
acerco a su mesa, y me siento en una de las sillas
que había junto a su escritorio. Suelto un suspiro y
bajé la mirada.—No hay palabra que diga que
pueda justificar mi comportamiento, pero créeme
que todo lo que pasó ese día lo estoy pagando con
creces Ahmed.—Brother, no tienes que decir nada
más, por mi esta todo olvídalo... lo importante es
que regresaste y sabes la verdad — añade él.— No
sabes lo desgraciado que soy hermano — añadí
con el corazón en la mano.— Sahir ya verás que
todo se solucionará, solo dale tiempo — habla
Ahmed.—Hada no me perdonará nunca, lo vi ayer
en su mirada.— Tu esposa sufrió mucho. Le pido a
Ahmed que me cuente todo sobre lo que pasó con
ella cuando no estaba, entonces mis ojos se llenan
de lágrimas, siento un vació por dentro que me
corrompe los huesos. Noto como la mano de
Ahmed se posa en mi hombro. Después de todo lo
que le hice, aún continúa a mi lado apoyándome
como siempre.— ¿Por qué sigues aquí a mi lado?
— pregunte secándome las lágrimas que habían
rotado por mis mejillas.— Te conozco brother, y sé
que cuando te enojas no ves más allá de tu enfado,
pero también sé que tienes el alma noble, y bueno
para eso están los hermanos en las buenas y en las
malas.
— Gracias Ahmed — me levanté y nos abrazamos.
— Por cierto, ahora somos también cuñados,
felicidades y espero que mi hermana sea feliz a tu
lado — vuelvo a decir.— Gracias, y perdóname por
no contarte sobre mis sentimientos hacia ella —
añade. — Si lo hubiera hecho a lo mejor no hubiera
pasado todo este malentendido y tu estarías con
Hada.— Así es Ahmed, pero bueno no se puede
dar marcha atrás.—Sabes Sahir, ahora tú tienes
una bonita misión por delante —dice él, pero no
entiendo a lo que se refiere.— ¿Qué quieres decir
con eso?.— Esa hermosa misión es recuperar a tu
esposa — me explica con una sonrisa. Me quede
pensando en las palabras de Ahmed, realmente
tengo que luchar por ella, no puedo resignarme
con lo que me dijo y consumirme en mi pena.—
Cuando un hombre llora por una mujer es porque
nunca podrá amar a otra mujer que no sea ella, así
que lucha hasta tu último aliento — vuelve a
decirme él. Empiezo a ver una pequeña luz al final
del túnel, una brisa cargada de esperanza choca en
mi ser, causando que vuelva a tener fe en mí.
Capítulo 30
Narra Hada.
Desde que llegué a casa no salí de mi habitación, la
cual nunca pensé regresar. Mis padres están al
tanto de todo lo que me sucedió con Sahir.— Hija
quieres dejar de llorar por ese sinvergüenza — dice
mi madre entrando a mi recámara.— Llevo
llorando durante tanto tiempo que se me hizo una
costumbre — conteste. Me abraza con fuerzas y
besa mi frente, su calor me hace bien.— Solo
necesito tiempo para sanar mis heridas mamá.—
Créeme que se sanarán esas heridas y volverás a
ser la chica de siempre... la misma que sonreía por
cualquier cosa.— Te amo mamá.— Yo también te
amo tesoro, ahora descansa — dijo y se fue. Dormí
todo el día, cuando me desperté ya era de noche
me di un baño y bajé a donde estaban mis
padres.— ¿Cómo te sientes Hada? — pregunta mi
padre.—Mejor papá — contesté tomando asiento
a su lado. Descanso mi cabeza por su muslo
mientras él acaricia mi cabello.— Vi al primo
Alejandro en Abu Dhabi — les cuento sobre su
sobrino.— ¿Qué hacía ahí? — cuestiona mi madre
curiosa por saber más.—Solicitó un préstamo de
una elevada cifra en el banco de Sahir, y como ya
saben cómo él no estaba pues tuve que autorizar
esa cantidad para ser transferida — les dije.— Algo
me contó mi hermana, que tenía planes de montar
un negocio que le traería muchos beneficios —
añade mi madre.— Si, la compraventa de vehículos
de lujo — les informé. — Es que fuimos a cenar
juntos y me contó un poco sobre sus planes.—Ya
veo, ¿y qué te pareció al verlo hija? — dice mi
madre riéndose lo cual ya sabía a qué se refería.
— Pues siento desilusionarte mamá, pero se me
hizo indiferente, de hecho, cualquier hombre se
me hace indiferente.— Hija sabes que siempre te
hemos apoyado en todo, así que decidas lo que
decidas cuenta con nuestro apoyo — suelta mi
padre. Después de una charla con las personas que
me dieron la vida, cenamos una deliciosa cena y
después salgo a caminar un rato bajo la luz de la
luna. Ordeno mis pensamientos, mientras el aire
frío colisiona en mi cara. Me tomaré unos días más
y después me pondré a buscar trabajo, y retomaré
mi vida donde la había dejado antes del viaje a
Abu Dhabi.
Narra Sahir.— Nunca pensé que el hijo que había
criado con tanto sacrificio me iba a decepcionar de
esta manera— me reclama mi padre.— Actué
según lo que vi padre, pensé que mi esposa me
engañaba con mi amigo tú crees que quiero esto
para mí, no ves lo arrepentido que estoy.
— Ya veo — dice restándole importancia a mis
palabras.— Bien al menos me alegra saber que
estás del lado de Hada — añadí y después me
retiro. Estuve llamando a Hada, pero no me
contesta, le deje cincuenta mensajes, pero no
recibo respuesta de ninguna. Se que regresó a su
país, me lo dijo mi hermana. Así que viajaré lo
antes posible dónde está ella. He vuelto a hablar
con mi madre, pero eso no significa que olvide lo
que me hizo. Aún que la veo diferente, su salud se
ha deteriorado y eso me preocupa mucho, sigue
sin salir de su habitación.— ¿Por qué no sales
madre de estas cuatro paredes? — le pregunté
mientras estaba sentado a su lado.—Me siento
bien aquí hijo, eso es todo.—Está bien, como
quieras. Después de marcharme, conduzco con
dirección a ver por primera vez la casa que había
comprado a Hada, lo cual no se si algún día le
podré mostrar y crear una familia en ella. Al día
siguiente estoy volando con rumbo a Madrid, a
buscar a la dueña de mi corazón. Se que me lo hará
difícil pero no me rendiré jamás. Al llegar a mi
destino conduzco hasta la casa de sus padres, son
las once de la mañana y me imagino que estarán
en casa.
Narra Hada.
Me encuentro recogiendo la mesa donde había
desayunado, el timbre de la casa suena , camino
hasta la puerta y miré por la mirilla. La sorpresa
que me llevé al ver a Sahir causó en mí una parada
cardiaca. Caminé rápidamente a donde están mis
padres y les pido que no hagan ruido. Después
escribo una nota dirigida a ellos. Llamad a la vecina
de al lado, decidle que salga al pasillo y que le diga
a Sahir que no hay nadie en casa que nos fuimos
de viaje por una larga temporada. Mis padres leen
lo que escribí y mi madre procede a llamar en su
habitación para no ser escuchada. Mientras tanto
el timbre sigue sonando. Al rato escuchó la puerta
de la vecina abrirse y se puso a hablar con Sahir.—
¿Y no sabe cuándo volverán? — dice él.— No
joven, se fueron ayer en la mañana — dice la
vecina, pero Sahir no añade nada más. Observé
cómo se va y las lágrimas se presentan otra vez en
mis ojos. Subo a mi habitación y me encierro por
unas horas ahogando mis llantos en la almohada.
No puedo permitirme que mi vida dependa de él,
sé que soy fuerte y podré seguir de pie sola.— ¿No
volvió? — pregunté a mis padres nada más
bajar.— No hija — contesta papá.— Bien — añadí.
— Papá me llevo tu auto — anuncié de nuevo.—
¿Dónde vas Hada? — me interroga mi madre, sé
que lo hace porque está preocupada — Iré al
mirador — añadí y salí de la casa.Meto las llaves
en la cerradura de la puerta del auto de mi padre,
ya que el mando no funciona, pero el reflejo del
rostro de Sahir se ve en el cristal, giré sobre mis
talones y su enorme cuerpo está a unos
centímetros del mío. Lo miro con desprecio y me
vuelvo a girar para abrir la puerta, pero este la
cierra con su mano.— Déjame —grité.— ¿Con qué
os habéis ido de viaje? — dice. — Vaya Habibti
parece mentira que no me conozcas. Tu vecina no
sabe mentir — añade en tono burlón.— Muy bien,
ahora déjame entrar — le exigí.— No sin antes
hablar Hada.— Pensé que te quedó todo claro la
última vez.—Por supuesto, pero eso no significa
que te voy a dejar ir — añade seriamente. —
Mírate habibti, sé que sufres por mi como lo hago
yo por ti.— Idiota — añadí en voz baja junto a una
sonrisa sarcástica.—Tu idiota.— Ya no eres nada
mío, eres libre de estar con quien quieras o incluso
te puedes casar con alguien de tu misma cultura,
seguro que tu madre se pondrá muy feliz — suelto
sin pensar lo que digo.—No quiero a nadie en mi
vida, excepto a ti... y si tengo que humillarme,
arrodillarme o inclusive caerme al suelo y llorar de
rodilla lo haré sin ningún pudor porque te quiero a
ti métetelo en la cabeza — dijo señalando con el
debo. Para no escucharlo más me acerco a su
rostro, después él se sorprende por tal acto, me
aproximó hasta su oído haciendo que mi aliento
choque en su piel, dos segundos más tarde muerdo
con los dientes el lóbulo de esta. Se centra en el
dolor que le acabo de causar y se aleja unos
centímetros de mí, y aprovecho para adentrarme
en el auto, cierro con seguro y arranco el motor.
Pero él actúa más rápido que yo y se pone frente al
auto.— Si vas a pasar que sea encima de mi
porque no pienso moverme de aquí — grita. Nos
miramos fijamente, mi pie aprieta el acelerador
haciendo el motor rugir. No me importaría
romperle las piernas, es lo mínimo que se merece.
Capítulo 31
Continúa narrando Hada.
Él es mi debilidad, aún que quisiera no podría
dañarlo físicamente. Toco el claxon, pero él no se
aparta de mi camino.—Vamos Hada, acelera.—
Maldición — dije pegando en el volante. Salgo del
vehículo.— Nunca te perdonaré — grité mientras
lo empujaba. — Así que no pierdas tu tiempo —
vuelvo a decir.— Y yo te repito que no me daré por
vencido. Lucharé para que vuelvas a mí.— Que
irónico ¿no?, debiste haber luchado cuando
pensaste que te había engañado, pero tú elegiste
el camino más fácil, desaparecer.— Tienes razón
Hada, pero no ves que estoy arrepentido.— Muy
bien Sahir quédate con tu arrepentimiento y
apártate de mi camino — solté y me di la vuelta
para irme. Se hace a un lado y me voy dejándolo
atrás.
Narra Sahir.
Noté como el padre de Hada sale de la casa junto a
mi suegra.— Vuélvete a tu país, y deja a mi hija en
paz ya bastante la has dañado — exige él.—No
señor...ella es mi esposa y por ende tengo todos
los desechos sobre ella... sé que la lastime, pero
créame que no fue intencional, a su hija la amo
con mi vida y si tengo que vender mi alma al
mismo demonio por ella lo haré sin dudarlo... así
que no me vuelva a pedir que la deje tranquila,
porque no lo haré — le contesté bastante serio.—
Está bien Hijo, pero dale tiempo ella está muy
dolida — añade la madre de Hada.— Lo se señora,
esperaré el tiempo que sea necesario, pero no con
los brazos cruzados, sino que estaré insistiendo
hasta que obtenga su perdón. Después de hablar
con mis suegros, me dirijo al hotel, necesito un
baño urgente y cambiarme de ropa. Tengo una
idea y es la siguiente. Busco una tienda de juguetes
y comprar una leona de peluche, donde dejó una
nota escrita. Nota: YINA no es tan mala como te
hizo pensar la última vez, al contrario, es muy
cariñosa con los humanos... pero esa noche se
sintió amenazada y por eso atacó. Pues a mí me
pasó lo mismo habibti, me sentí amenazado
cuando vi que otro hombre te tenía a su lado.
Perdóname Hada Te prometo que controlaré mi
ira, y escucharé siempre tus explicaciones. Te amo.
Dejo el peluche junto a la nota en la entrada de la
casa, cuando regrese se lo encuentre. Pasó una
hora y nada ella aún no aparece, hace mucho
tiempo que se fue, empieza a anochecer. Entonces
noto como el auto de su padre se estaciona frente
a la puerta, es ella. Baja de este, se acerca al
peluche, abre la nota y lee el contenido. Minutos
más tarde observé que se gira y camina hacia el
cubo de la basura que había fuera. Abre la tapa y
lo tira.—Esto es solo el comienzo — hablo conmigo
mismo. Regresé al hotel a descansar, mañana será
un nuevo día y una nueva oportunidad para
recuperarla
Narra Hada
Si se cree Sahir que con una simple nota y un
peluche de su animal favorito voy a perdonarlo
pues está equivocado — Hola mamá — saludé
nada más entrar a casa.— Hada, me tenías
preocupada — contesta mi madre.— Estoy bien,
solo necesitaba estar sola — añadí cogiendo una
manzana.— Bueno ¿tienes hambre? —
pregunta.— No, de hecho me voy a dormir ya —
dije y después le doy un beso en la mejilla. Me
recuesto en mi cama y decido encender el celular,
desde que lo apague antes de abordar el avión en
Abu Dhabi no he vuelto a encenderlo. Los
mensajes y las llamadas perdidas empiezan a
colapsar, la mayor parte de ellos son de Sahir. Ni
siquiera tengo el interés de leerlos, los elimino
directamente. Había un par de mensajes de Nabila,
pero no los abrí, bloquee la pantalla del móvil y
apague las luces para dormir. Escuché como mi
madre llama a la puerta de mi habitación.— ¿Qué
hora es mamá? — pregunté. — Las diez de la
mañana Hada, dormiste demasiado—añade ella.—
¿Eso que es? — volví a preguntar señalando lo que
tenía en las manos.— Oh Esto es para ti, lo dejaron
en la puerta de la casa. Miré la caja que me acaba
de dar mi madre, abrí la tapa de esta y un olor
delicioso inunda mis fosas nasales.— Que rico
hija.— Son falafels — le dije. En ella había otra
nota como la de ayer.
Nota: Sé que son tus favoritos, espero que tengas
un buen despertar habibti. PD: Si los vas a tirar
como lo hiciste con el peluche de ayer al menos
dáselos a tu madre que se los coma. ¿Me
perdonarás?. Una sonrisa sale sola de mis labios, el
muy maldito sabe cómo hacerme reír.— ¿Son de
Sahir verdad? — me interroga mi madre con una
sonrisa.— Así es... ¿quieres probarlos?.
Sería una pena tirarlos, de todas maneras, él no ve
si los cómo o no, así que a mi boca van.— Están
exquisitos — dice mi madre jadeando. Dejé la caja
de falafels en la cama y me asomé por la ventana,
un revoloteo sentí en mi vientre al ver la figura de
Sahir ahí parado alzando su mano para saludarme
con una hermosa sonrisa.— Está ahí mamá — dije
dejando caer la cortina que cubría la ventana.—
Ese hombre te ama de verdad hija — añade ella.—
Hmm... que sufra un poco más — solté y me fui a
la ducha.Al bajar mi padre me pidió que lo
acompañara a comprar unas cosas que necesitaba,
asentí y salimos juntos. Sahir aún sigue ahí frente a
mi casa esperando, se acerca a nosotros y nos da
los Buenos días el cual solo mi padre responde.—
¿Te gustaron los falafels? — pregunto mirándome
fijamente.— Los tiré— añadí. Sonríe de lado
mientras aún sostiene mi mirada.— Bien — añade
él sin dejar de mostrar los dientes.— Sahir hijo, ya
que estás ¿nos podías acerca a una tienda de
neumáticos que está a diez minutos? — le
pregunta mi padre a Sahir, miré con el ceño
fruncido a mi padre, pero él muy idiota de Sahir
sonríe felizmente.— Pero papá.— Hada cariño,
solo serán unos minutos — agrega mi padre.— En
ese caso vayan ustedes dos, yo me quedo en casa.
Me iba a dar la vuelta, pero la mano de Sahir me
detiene.—Vamos habibti, no te voy a comer —
dice con la mirada suplicante. — Además, aunque
lo quisiera hacer tu padre está con nosotros —
susurra lo último en mi oído para no ser
escuchado.— Al parecer os habéis puesto de
acuerdo, genial andando— dijo mi padre
adelantándose. Suspiré molesta, acto seguido
retiro mi brazo de su agarre.
Capítulo 32
Narra Sahir
Volver a tener a Hada de copiloto a mi lado es un
gran avance, aunque sea gracias a mi suegro. Al
llegar al lugar donde nos dirigimos, el padre de
Hada me dijo que bajara con él a aconsejarle sobre
lo que quería comprar, mientras Hada nos
esperaba en el auto.— Sahir, ayer me mostraste
que amas de verdad a mi hija, sé que no hay
matrimonio donde no haya problemas por ese
motivo te ayudaré —habla mi suegro dentro de la
tienda. He de decir que me quedé sorprendido por
lo que me dijo.— Se lo agradezco Sr.— Tenemos
una cabaña en Villaviciosa de Odon, estas son las
llaves y en el papel está la dirección.— ¿Por qué
hace esto? — pregunté sorprendido.— Porque he
visto a mi hija llorar por ti, y sé que te ama con
locura.— Gracias... —es lo único que pude
articular.
— Ahora márchate y cuídamela — añade mi
suegro lo cual asiento y me voy. Llegué hasta el
auto donde Hada aún está esperando, me
introduzco en él y empiezo a conducir.— ¿Qué
haces? — pregunta, pero no contesté.— Sahir para
el coche — empieza a gritar. — Contéstame joder,
¿Qué haces?.— Secuestro exprés — dije mirando a
la carretera.— Detén el coche — me ordena.
— No lo haré, por cierto, aunque intentes abrir la
puerta está no se abrirá así que no hagas ninguna
tontería — le informé.— Maldito sea Sahir — me
maldice y luego guarda silencio. Llegamos al lugar
admiro el sitio, es único y agradable es perfecto
para estar encerrados dentro de la cabaña junto
ella.— ¿Cómo sabes de la existencia de este lugar?
— pregunta con el ceño fruncido.— Digamos que
tu padre cooperó conmigo — agregue con una
sonrisa, pero ella me fulminó con la mirada.
Entramos dentro donde cierro con llave y las
guardé en el bolsillo de mi pantalón, mientras ella
recorre el lugar con su mirada yo la sigo por detrás
poso mis manos en su cintura causando que su piel
reaccione a mi tacto y se eriza.— No puedo más
Hada, no podemos seguir así— susurre en su
oído.— Aléjate de mí, olvídame como lo hiciste
todo este tiempo.— No, no y no...no me puedes
pedir eso, sería lo último que haría.— ¿Qué
pretendes tenerme encerrada aquí? — pregunta
enojada.— Ese es el plan. Después pone distancia
entre nosotros, lo cual lo respeto. Miro las
reservas que había en el lugar, pero no hay ni agua
así que hay que ir a comprar alimentos.—
Vámonos —ordené. — Hay que comprar comida.—
Ve tú, te espero aquí — dice ella.— Iremos juntos
Hada, no me hagas repetirlo — le vuelvo a decir
seriamente. Entramos a un pequeño comercio,
donde la dependienta es una señora de avanzada
edad.— Hacen ustedes una bonita pareja —
menciona la mujer mientras nos cobra.— Oh no
señora Él y yo no somos nada— le dijo Hada.— ¿En
serio hija?, porque sus anillos de casados dicen
otra cosa — añade la noble mujer con una delicada
sonrisa.— Tienes usted razón, estamos casados —
conteste.— Sabes una cosa hija, a mí también me
pasó lo mismo que usted con mi esposo, decía que
no éramos pareja, pero no entendía por qué lo
hacía.— ¿Y entonces qué ocurrió? —pregunta
Hada interesada en oír la respuesta.—Pues días
después descubrí que estaba embarazada y las
hormonas estaban revolucionadas. Al escuchar la
palabra embarazo, una sensación inexplicable se
acomoda en mi pecho. Un hijo con Hada es mi gran
deseo, sería el hombre más feliz, me sentiría
completo.— Ese no será nuestro caso señora —
dice ella sacándome de mis pensamientos. La miré
fijamente, la seriedad que lo hago es extraña.—
Hija, permanece con el hombre que te bese el
alma — escuchamos la mujer decir. Ella asintió y
agradeció.— Deberías escuchar las palabras tan
sabias que te dijo la señora — hablé nada más
entrar al auto. El silencio se hace entre nosotros,
por impulso poso mi mano en su muslo para mi
sorpresa ella no dice nada.— No hay nada más
difícil que tenerte que sacar de mi mente Hada.—
Y no hay nada más doloroso que ser
abandonada— añade ella haciendo que mi corazón
se marchite y la sonrisa que por momento tenía
desaparezca.— Para eso estoy aquí, voy a corregir
mi error.— Hmm...suerte con ello.
Se hace de noche, la luz de las velas ilumina el
lugar donde estábamos. El deseo de estar con ella
es inmenso. Hada está mirando por la ventana al
gran paisaje que la naturaleza nos brinda, me
arrimo a ella donde rodeo con mis manos su
pequeño cuerpo, deje caer un beso en su nuca,
después sigo bajando por su cuello, hasta llegar a
sus mejillas.— No sigas Sahir.— ¿Dime que no me
deseas?. Pero no dice nada y eso me hace
entender que tiene tantas ganas como yo.
Nuestras respiraciones se agitan, mis manos viajan
por su cuerpo, pero al instante se aleja de mí.— No
Tus manos queman mi piel — dijo con lágrimas en
los ojos.— Habibti mi pecho duele por tu ausencia,
por favor, amor solo un intento más — le suplico
limpiando sus lágrimas. Aquel momento nuestros
labios se unen, se besan desesperadamente donde
arden por la pasión. Retire su ropa, mientras ella
hace lo mismo con la mía, la llevo a mi cuerpo
donde su cuerpo se une con el mío, su cercanía es
mi delirio, su aroma me enloquece. La posé con
cuidado en la cama, donde recorro cada
centímetro de su cuerpo, cubriendo su piel a
besos. Mi mirada se conecta con la suya, mientras
tanto mi miembro se posiciona es su entrada, me
mira en espera que me hunda en su interior, lo
hago con una embestida dura, donde los dos
gemimos, continué rítmicamente, y cuando siento
que ya estamos a punto de llegar al clímax subo de
velocidad.— Nunca dejaré de quererte — dije
tumbado cerca de ella recuperando el aliento.—
Llegará el día en el que dejaras de insistir —
contestó girándose para darme de espaldas. Esas
palabras fueron balas directas a mi corazón. ¿Qué
quiso decirme con ello?
Capítulo 33Narra Hada. Despierto en los brazos de
Sahir, no voy a decir que no me guste, pero esto
estuvo mal no debí haberme acostado con él, ya
que pensara que lo perdone y eso no es así. Me
levanté con cuidado para no despertarlo, me visto
y salgo de la cabaña de mis padres, aunque me
duela el alma por lo que estoy haciendo, pero no
tengo otra opción, no quiero volver a intentarlo
por el temor a que no funcione.
El temor que tengo puede más que el amor que
siento por él. Al llegar a casa, me encuentro con
mis padres los cuales se sorprenden al verme.—
Gracias papá — le agradezco por la encerrona.—
¿No deberías estar con tu esposo? — dice él.—
Debería, pero lo abandoné en la cabaña — anuncié
y me fui a mi recamara. Envuelvo mi cuerpo con
mis manos, mientras huelo mi piel la cual aún
tenía su aroma, lloro desconsoladamente solo
quiero morirme para dejar de sufrirMe doy una
ducha frotando con la esponja hasta que siento
dolor en mi piel. Me visto, preparé una pequeña
maleta y decidí irme lejos de la casa de mis padres,
esta vez la que huirá seré yo.— Hada, ¿Y esa
maleta? — pregunta mi madre.— Necesito irme
mamá, no me siento bien con todo esto... en serio
necesito alejarme de Sahir.— No me parece bien
cómo estás tomándote las cosas hija, tú no eres así
habla mi padre enojado.—Exacto papá no era así
pero el amor que siento por ese hombre me
cambió — solté entre lágrimas. El timbre suena, mi
madre se acerca a mirar quien es.— Es Sahir — nos
dice.—No abras — pido.— Abre la puerta —
ordenó mi padre. Mi madre obedece sus órdenes,
y él entra mirándome con el ceño fruncido.— ¿A
dónde vas? —pregunta al verme con la maleta en
mi mano.— Donde no me encuentres.— Ya veo
que estás decidida a no perdonarme, bien te
aplaudo Hada Ganaste, me rindo.— Me parece
bien — expresé limpiando mis ojos.— Te puedes
quedar en tu casa, porque no te molestare más,
pero que te quede claro que no te daré el divorcio,
porque si no vas a ser mía no serás de nadie — dijo
seriamente.— Te odio — le grité cuando veo que
sale de la puerta. Sollozo mientras mi cuerpo
estaba en el suelo, mis padres me miran con pena
mientras me hundo en mi propio sufrimiento.
Pensé que cuando encontrara a Sahir, daría fin a
mi dolor, pero me equivoque otra vez.— Duele,
duele — grité llorando mientras mi madre me
abrazaba con fuerza.— Sanaras hija, ya verás.
Nunca me arrepentí de haber sido su esposa, su
mujer, su amada a la que le hacía el amor todos los
días, donde le decía que lo amaba y que él sería el
único, no me arrepiento de nada si la vida diera
marcha atrás haría lo mismo, me enamoraría de
nuevo y aceptaría casarme con él. Esto llegó a su
fin, un final triste pero tenía que llegar aunque
sufra en silencio el resto de mis días.
Narra Sahir.
Pensé que estaba todo solucionado cuando
hicimos el amor en la cabaña, tenerla en mis
brazos de nuevo después de tanto tiempo reviví
los días que éramos felices juntos, pero al
despertar y no verla a mi lado entendí que esto no
tenía solución, ella no quería estar conmigo y en
parte es culpa mía, estuvo criando este rencor
durante ocho meses. Ahora tiene derecho de no
querer regresar conmigo, las palabras que me dijo
después de hacerle el amor ahora las entiendo. Ya
me cansé de insistir por algo que ella no tiene
interés en solucionar. La decisión está tomada,
dejare de molestar, me iré a mi hogar, y que el
tiempo decida. Llegué a casa la que compré para
nosotros dos, viviré en ella y voy pensar que algún
día ella volverá. Ese será mi consuelo para calmar
mi pobre corazón.— Hermano — dice Nabila al
verme. La abrace mientras dejo salir unas
lágrimas.— Se acabó Nabila, Hada y yo... — no
termino la frase porque me rompo en llanto.—
Tienes que ser fuerte Sahir —añade ella. Las
palabras de Hada retumban en mi mente como un
látigo lastimado. En las noches sueño con lo que
no fue, por el tiempo perdido, por el silencio que
se hizo entre ella y yo, y por las tantas veces que
desee abrir los ojos y encontrarla a mi lado. Ahora
puedo decir que después de tres meses sin estar
con ella, sin sentir su olor, sin ver sus bonitos ojos
azules, mi corazón dejó de sangrar, pero la herida
aún sigue abierta. Estos meses no he hablado con
ella, no he vuelto a saber si está bien o que es de
su vida, si se olvidó de mí o dejo de recordarme.
Muchas veces quise llamarla, pero no llegaba a
pulsar el botón de la llama da. He tenido el apoyo
de mis seres queridos, pero el vacío que siento por
dentro nadie lo puede llenar. Otro golpe más fue
azotado en mi vida, mi madre. Le detectaron
leucemia aguda, lleva combatiendo con la
enfermedad durante dos meses, pero la
quimioterapia poco hace por ella, necesita un
trasplante de médula ósea pero lamentablemente
ni yo ni mis hermanos somos compatibles,
inclusive mi padre y el resto de la familia se
hicieron la prueba de compatibilidad, pero
ninguno de ellos lo son. Así que ahora estamos en
la lista de espera, rezando todos los días para que
aparezca alguien que le salve la vida. Estoy siendo
castigado duramente, perdí a Hada y ahora estoy
perdiendo a mi madre.
Narra Hada.
Han pasado tres meses desde que vi por última vez
a Sahir, a veces pienso que mi problema es no
admitir lo que mi alma siente y quiere. No voy a
mentir y decir que lo olvide, porque eso nunca
sucederá y menos ahora que llevo en mi vientre un
pedacito de él, pienso en Sahir a cada hora, sueño
con que algún día regresemos a estar juntos, pero
cuando despierto me doy cuenta de que solo fue
un sueño que habita solo en mis pensamientos.
Después de aquella noche en la cabaña de mis
padres, Sahir me dejó embarazada, siendo sincera
al enterarme de que un hijo de él crecía dentro de
mí, las ganas de seguir adelante fueron inmensas
podría decir que fue mi medicina que necesitaba
para sanar mis heridas.
Capítulo 34Nunca pensé en ocultarle a Sahir sobre
nuestro bebé, pero también soy consciente que
pasó suficiente tiempo y él debería saber porque
es cruel y doloroso esconder a un padre sobre la
vida que creo en el vientre de una mujer. Pero
cada vez que marco su número para llamarle me
arrepiento y lo borro. Mientras estoy pensando
como siempre en Sahir, escuché una voz muy
familiar hablando con mis padres.
Bajo con cuidado encontrándome al dueño de esa
voz, mi primo.— ¿Alejandro? — dije
sorprendida.— El mismo, prima — contesta y me
abraza posando un beso en mi cuello.— No sabes
la sorpresa que nos acabas de dar sobrino — habla
mi madre.— Esa era mi intención tía — responde
mirándola con una sonrisa y después se dirige a
mí. — No imagine encontrarte aquí Hada, pensé
que estarías con tu esposo en estos momentos
difíciles — añade él, pero sus palabras me
desconciertan. Un silencio se hace en el salón, mis
padres nos miran sin entender nada al igual que
yo, Alejandro se pone nervioso.— ¿Dije algo malo?
— pregunta. Mi madre iba a hablar, pero la
interrumpo.— ¿Cuáles son los momentos difíciles
que está pasado mi esposo? — pregunté con una
sensación desagradable en mi pecho.— Bueno me
enteré de que su madre estaba muy enferma —
dice apenado e incómodo. Me dejo caer en el sofá,
posando mi mano en mi vientre mientras mis ojos
escuecen por las lágrimas que estoy
conteniendo.— ¿Qué es lo que tiene? — pregunté
con dificultad.— No sé decirte prima, yo solo lo
escuche porque tenía que hacer algunas gestiones
en el banco de tu marido y sus empleados lo
comentaron entre ellos.— Hija recuerda que no te
hace bien en tu estado ...— dice mi madre al
verme llorar. Sé que Samira no se ha portado bien
conmigo, pero eso no significa que no me duela, ya
que su salud no solo le afecta a ella sino también a
terceras personas que son sus hijos, mi amiga, el
hombre que amo. Saber qué está pasando por una
situación tan difícil y yo estando aquí es algo que
me duele.— Lo siento si metí la pata Hada, pero
pensé que no te encontraría aquí — añade mi
primo. — ¿En qué estado te encuentras? — vuelve
a hablar.
— Estoy embarazada — le informé. — Y Sahir y yo
no estamos pasando por un buen
momento.Después salgo de donde estaba y voy a
buscar mi celular, tengo que llamar a uno de ellos
y preguntar qué está pasando.Lo primero que se
me ocurre por la mente es llamar a Sahir, pero no
tengo la valentía de escuchar su voz y no llorar.
Busco el número de Nabila y marco, suena, pero
no contestan, empiezo a desesperarme.
Escuché un toc toc en mi puerta, es Alejandro.—
Hada, ¿te sientes bien? — pregunta preocupado.—
No lo estoy Alejandro, estoy llamando a mi
cuñada, pero no me contesta.— Llama a tu esposo
— sugiere. Suspiro, y mientras unas lágrimas se
deslizan por mi mejilla, Alejandro me mira
fijamente.— ¿Aceptarías un consejo mío? —
pregunta mientras coloca un mechón de mi pelo
detrás de la oreja.
Asentí.— Es parte de la vida cometer errores, y no
significa pagar por ellos el resto de nuestros días, si
lo amas corre a sus brazos y perdónalo — dice
Alejandro causando que mi piel se erice por sus
palabras.— Tienes razón, primo, es hora de olvidar
y dejar todo atrás...y ahora más que nunca — dije
señalando a mi vientre. Nos abrazamos y él posa
un beso dulce en mi mejilla.— Dentro de tres días
regreso a Abu Dhabi, si quieres puedes ir conmigo
— vuelve hablar después de estrujarme contra
él.— No puedo esperar tanto, pero gracias de
todas formas.Tecleo en mi computadora y busco el
próximo vuelo a los Emiratos, sale esta misma
noche. Me dispongo hacer la maleta mientras me
imagino la reacción de Sahir al verme. Espero que
no note mi vientre, aunque apenas se percibe,
pero se siente la forma que está cogiendo. Me
despido de mis padres y entré en el taxi, mientras
me dirijo al aeropuerto mi móvil suena, Nabila me
está llamando.— Amiga — dije nada más
contestar.— Pensé que nunca más volvería a oír tu
voz — me regaña.— Que exagerada —respondí a
su reclamo. — Ahora dime ¿cómo estás?.— He
tenido días mejores Hada— habla y siento su voz
triste.— ¿Es cierto que Samira está enferma? —
pregunté apenada.
—¿Cómo supiste? — responde con otra
pregunta.— Es una historia larga, ahora
escúchame bien Nabila, estoy saliendo al
aeropuerto llegó a Abu Dhabi en la madrugada, no
voy a dejar que paséis por este momento difícil
solos — le informe. Escuché por la otra línea un
"Oh Dios mío" eso me dice que se alegra al saber
de mi regreso.— Eres la mejor Hada, a Sahir le dará
un infarto al saber que vienes para acá — añade
ella emocionada. — No le digas nada de momento,
solo ven a recogerme ¿vale? — le pedí.— Está
bien, será como tú digas. Entonces le indicó la hora
de mi llegada y después cuelgo. No voy a decir que
no estoy nerviosa por regresar a ese país, pero
también siento que es tiempo de comenzar de
Capítulo 35
Narra Sahir.
Apenas dormir en toda la noche, los pensamientos
me atormentan a tal punto que no me dejan
descansar. Estoy rumbo al hospital, para estar con
mi madre y así mi hermano menor podrá
marcharse para descansar, ya que él pasó la noche
con ella. Cada día estoy perdiendo las esperanzas
de que aparezca algún donante, siento que la
estoy perdiendo como perdí a Hada.
Hoy es uno de esos días que uno no tiene ganas de
levantarse ni seguir luchando, realmente hoy me
siento débil, con pocas esperanzas. Observé como
la puerta de la habitación del hospital se abre y
deja ver el rostro de mi hermana con una gran
sonrisa.—¿Dime a qué viene tu felicidad hermana,
a lo mejor me contagias con ella? — le pregunté
mientras seguía riéndose.— Hermano, deberías
salir al pasillo — añade ella.— Nabila no tengo
ánimo para nada en serio — suelto.— Créeme que
lo que te vas a encontrar ahí fuera cambiará todo
— vuelve a decir y empiezo a tener curiosidad. Me
levanté y salgo de la habitación, subo mi mirada y
me encuentro con ese cuerpo hermoso que me
deja sin aliento, esa mirada que acelera mis
latidos, esos labios que aún siento en mi piel.—
Hada — susurre. Siento como me voy a desplomar
a sus pies en cualquier momento, y suplicarle que
no se aleje de mí. La he anhelado tanto que no
creo poder soportar que se aleje otra vez. Observé
como se acerca a mí, sus delicadas manos acarician
mi rostro, dejando fuego en ella.—Estás aquí —
añadí mirándola con los ojos cristalizados.— Estoy
aquí, y no me iré Sahir — responde juntando su
frente con la mía. Y llegó el milagro que esperaba,
la luz se vuelve a encender después de meses a
oscuras.
— Perdóname habibti... por favor — le suplico
mientras la apriete a mi cuerpo y hundo mi rostro
en su cuello.— Sahir estoy aquí para estar con
vosotros y no dejaros solos en estos momentos,
eso es todo.— Pero ... ¿eso quieres decir que no
habrá un nosotros? — pregunté temiendo a la
respuesta. No responde a mi pregunta, solo guarda
silencio mirando a otro lado.— Contesta Hada,
¿después de estos meses aún me guardas rencor?
¿Aún ese corazón tuyo no se ha blando para
perdonar un error al cual he pagado con creces?,
¿Estás segura Hada?... — suelto preguntas de mi
boca sin recibir respuestas de ninguna.— Está bien
no digas nada, pero recuerda que tú también eres
humana y cometerás algún error el cual nunca
perdonaré — vuelvo a decir fríamente.
Narra Hada
Estaba dispuesta a perdonarlo y dejar todo en el
pasado, pero cuando lo tuve frente a mí, los
recuerdos me sacudieron y no dije lo que tenía
pensado decirle. Sus palabras fueron duras, pero
me las tragué junto a las lágrimas que amenazaban
por salir.— Pasa — dice después de guardar
silencio. Entré a la habitación de Samira, la cual su
imagen me azota, no es la misma mujer que había
conocido, no quedaba nada de esa mujer hermosa.
Ella me mira seriamente, mientras poso mi mano
por la suya. Sus ojos se inundan de lágrimas las
cuales se deslizan por su rostro, no pude evitar
emocionarme al ver cómo me miraba. Limpié su
agua salada con mi mano y le dediqué una sonrisa.
Creo que con las miradas nos habíamos dicho
muchas cosas, donde incluía el perdón de ella y el
arrepentimiento. Escuché como Nabila le pregunta
a su hermano como nos fue, él niega con la cabeza.
Después de unas horas con ellos en la habitación,
mi cuerpo necesita dormir, al parecer mi bebé me
exigía descansar.— Buenos yo me retiro a
descansar un poco pero luego en la tarde regresaré
— les informé.— Te llevaré — dice Sahir.— No es
necesario, iré en un taxi al hotel.—¿Hotel? —
pregunta con el ceño fruncido. Asentí mirando sus
ojos.— No te vas a quedar en un hotel Hada, tienes
una casa — responde Sahir seriamente. ¿Una casa?
no entendía a qué se refiere.
— ¿Te refieres a la casa de tus padres?.— No,
nuestra casa, la que compre para nosotros dos
antes de separarnos.Un escalofriante sentimiento
se adhiere a mi ser.— No tengo ninguna casa —
añadí en voz baja para que Samira no nos
escuchara.—Es tu casa porque cuando la compré la
puse a tu nombre y al mío — añade él
señalándome con el dedo y la verdad que su tono
de voz se escuchaba muy molesto. — Sigues siendo
mi mujer y no permitiré que te vayas a ningún
hotel, así que por una vez en tu vida has lo que te
pido — vuelve a decir enojado.No voy a discutir
con él por esto, no vine hasta acá para pelear
como niños, así que acepté y nos fuimos a
"nuestra casa".— Nabila te quedas con nuestra
madre, llevaré a Hada a casa y regresaré enseguida
— le pidió Sahir a su hermana.— No te preocupes
Sahir.Salimos del hospital, uno cerca del otro, pero
sin llegar a rozar nuestros hombros.
La tensión se hace evidente entre ambos, pero él
no rompe el silencio ni yo tampoco.Al llegar a
según él mi casa también, me quedé atónita, era
preciosa con una gran jardín donde me imagino a
nuestro bebé jugar y montar comidas familiares en
ella.— Presiento que te ha gustado el jardín —
musita Sahir.— Así es.Entramos dentro, si antes
me había quedado sorprendida por el jardín por
dentro me quedé sin palabras sin expresión
alguna.— Ves aquel sofá, mi intención era pasar
las tardes ahí viendo películas acurrucados — dice
señalando al enorme sofá de terciopelo.Coge mi
mano y me lleva hasta la cocina.— Aquí imaginé
verte cocinar mientras rodeo mis manos en tu
cintura y beso tu cuello mientras tú pidiéndome
que pare porque te pone nerviosa el tacto y temes
a cortarte un dedo — sigue hablando.—Sahir es
suficiente —le pido.
— No espera — me detiene. — El jardín que viste
antes... soñaba por ver a nuestros hijos correr por
la hierba, mientras tu les llamabas a comer.Sigue
torturándome con sus palabras.Me sube escaleras
arriba donde se encontraban las habitaciones.—
En esa cama pensé hacerte el amor todas las
noches, dormir junto a ti, respirar tu esencia y
despertar en tus brazos — termina de decir con los
ojos vidriosos y se va dejándome sola en aquel
lugar llorando por todo lo que no sucedió. Siento
mi alma quemarse por todo lo que había oído de
su boca. Realmente hubiéramos sido muy felices
en esta casa.Me dejo caer en la cama y me aferro a
la almohada que olían a él, hasta quedarme
dormida. Al despertar me doy un baño y me dirigí
al hospital, donde me encuentro al doctor
hablando con Sahir, Nabila y mi suegro.— Samira
no está respondiendo a la quimioterapia — les
informa el médico. Veo como Sahir pone su mano
en el pecho, se me cae el alma al verlo afectado de
esa manera.— No perdamos la fe — añade el
médico.— Existe un milagro — dije metiéndome
en la conversación. Todos me miran con
determinación a la espera que vaya a decir. — Hay
alguien que puede salvar a Samira — vuelvo a
decir emocionada.— Le escucho señora — agrega
el médico. Miro a todos los presentes, sobre todo
me detengo en la mirada de Sahir que está
inundada de lágrimas.—Su nieto — dije. —La
sangre del cordón umbilical de su nieto la podréis
salvar — vuelvo a decir. Escuchó como Nabila cae
en llanto por lo que acabo de decir, mi suegro se
cubre con la mano su rostro y llora agradeciendo a
Dios por esta oportunidad, pero la mirada de Sahir
era indescifrable, no sé si estaba feliz porque se
acaba de enterar de que será padre o por
habérselo ocultado todo este tiempo.
Capítulo 36
Narra Sahir.
— Me...Me lo ocultaste—dije con dificultad.— Lo
siento Sahir — se disculpa y después siento sus
manos frías tocar mi rostro. — Tenía miedo —
vuelve a decir.—¿Miedo de mi Hada?, cuando lo
único que he hecho todo este tiempo es
recuperarte. Observé como los presentes nos
dejan a solas, ella comienza a llorar y lo único que
puedo hacer es mirarla, mi cuerpo estaba aún en
shock.— Sahir, te juro que quería decirte, en
serio.— ¿Recuerdas lo que te dije esta mañana? —
pregunte esperando su respuesta pero ella no
responde. — Te dije que llegara el día que
comentas algún error el cual yo no perdonaré.—
Sahir, por favor.— Shuu…. No digas nada más
Hada — dije y después nos miramos fijamente
mientras mis ojos dejan caer lágrimas calientes
que quemaban mi ser. Me desplome a sus pies,
donde mis manos rodean su cintura hundiendo mi
rostro en su vientre, donde sollozo como niño
pequeño, mientras beso su abdomen abultado.—
Te amo bebé, te amo bebé — dije mientras lloro
desenfrenadamente. — Por ti perdonaré el error
de tu madre, solo por ti bebé. Hada se posiciona a
mi altura.— Lo siento, mi vida me duele verte de
esta manera— habla juntando su frente a la mía.
Después nuestros labios se unen en un deseado
beso.— Estamos en paz ahora — suelto después de
separar nuestros labios.— No quise vengarme de
ti, créeme Sahir.— Te creo habibti — añadí
volviendo a fundirme en su boca. Nadie en la
humanidad ha muerto por tragarse su orgullo,
para qué echar más leña al fuego entre nosotros
dos, cometí un error el cual Hada me hizo pagar
con su ausencia, pero cuando hay amor de por
medio la mejor manera de seguir adelante y sanar
nuestras heridas es perdonar, aunque a veces
cueste. Ahora que voy a ser padre de un hijo de
Hada la felicidad abruma mi pecho, y gracias a la
presencia de este ser que ya amo sin conocer,
Hada y yo volvimos a ser lo que nunca debimos
dejar de ser, un matrimonio feliz. Después de
calmarnos, nos dirigimos a la habitación de mi
madre para darle la noticia, mi padre junto a
Nabila se encontraba ahí, nos miran y sonríen al
vernos entrar cogidos de la mano.Abrace a mi
padre, y Hada a Nabila.— Felicidades hijo mío —
susurra en mi oído. — Serás un buen padre —
vuelve a decir.Me acerco a la cama de mi madre, le
cogí de la mano.— Madre, pronto acabará esta
pesadilla —le dije con los ojos vidriosos y una
sonrisa.— Ven Hada — la llamó para que se
acerque a nosotros.— Tu nieto te salvará la vida
madre — le doy la noticia tocando el vientre de
Hada.Unas lágrimas se deslizan por sus mejillas.—
No me lo merezco —dijo en voz baja.— Todo se
quedó en el paso Samira —habla Hada.
Narra Hada.
Ya lo entendí, la vida sin Sahir es como una mente
sin recuerdos. Pensé que al enterarse de mi
embarazo me odiaría por habérselo ocultado, pero
no fue así, y sinceramente me sorprendió, su amor
hacia mí es tan grande que no puedo odiarme.
— Habibti, ¿sabes el sexo de nuestro milagro? —
pregunta mientras estamos en la cafetería del
hospital.— No aun no lo sé — conteste.— Quiero
verlo — añade él.—Por supuesto amor, cuando
quieras —le dije.—Ahora. La impaciencia de Sahir
me causa gracia, bueno en parte lo entiendo, sería
la primera vez que viera a su hijo en una ecografía.
Asentí con una sonrisa. Al rato nos encontramos
en la sala esperando a que nos llamen, estoy
ansiosa y bastante nerviosa pero no tanto como lo
está él. Nos llaman y nos adentramos me pongo en
la camilla y el médico procede hacer su trabajo,
mientras la mirada de Sahir no se despega de la
pantalla.— Ahí está, amor —le dije nada más
verlo.— Dios mío, esto es un sueño —suelta Sahir
emocionado.—Es real —confirma el médico.—¿Se
ve el sexo doctor? —preguntó.—Deme unos
minutos y les diré —añade el médico.Unos
minutos de tensión a la espera de saber.—Bien, lo
tenemos —dice el médico. Sahir y yo nos miramos
fijamente, mientras sonreímos.—Es un niño. Y
cuando piensas que todo acabó, llega la magia a tu
vida que te hace revivir, haciendo que salga de
nuevo el sol, que cada mañana estén llenas de luz.
No hay nadas más hermoso que ver el rostro se
Sahir al saber que tendrá un hijo, pienso que se
parecerá su padre, con la misma mirada, la sonrisa
e inclusive los gusto, ¿le gustara los animales
salvajes?, muchas preguntas se hacen en mi mente
y las ansias de tenerlo en mis brazos se hacen más
fuertes.—Te amo —musita a mi oído.—Yo también
te amo, siempre te ame Sahir —le conteste.
—No te quiero volver a perder Hada —añade él.—
No me perderás nunca más —dije negando con la
cabeza.Nos despedimos de Samira y del hermano
de Sahir que suele dormir con ella en el hospital.
Llegamos a casa y mientras me bañaba Sahir
preparo la cena.—Ahora puedes cumplir con cada
uno de tus sueños— le indico mirando al sofá.—Ni
lo dudes, y sabes una cosa se me ocurre el primer
lugar donde voy a hacer realidad lo que muchas
noches imagine— suelta con una mirada pícara.
Sonreí, y salgo corriendo a nuestra habitación,
donde hacemos el amor como nunca, haciendo
sonar nuestros gemidos por toda la casa.
Capítulo 37Despertar en los brazos de Sahir, es
algo que no pensé que sucedería de nuevo, pero
aquí estoy mirando su fracción mientras él aún
duerme, recuerdo la última vez cuando huía de su
calor, el cual me estuve arrepintiendo todos los
días. Después de una gran tormenta vino la calma
en este caso la trajo mi hijo.—¿Qué será lo que tú
tienes que me atrapa? — pregunta aun con los
ojos cerrados — No sé, dime tú —conteste.—Tu
esencia, tu piel, tus ojos, tu sonrisa... quieres que
continúe — dice haciéndome cosquillas.— Basta
Sahir — le pido mientras me reía. Logré escapar de
su agarre, y me encierro en el baño.— Vamos
habibti abre la puerta que tengo hambre de ti —
me pide desde el otro lado. Abrí la puerta despacio
dejando ver sólo mi rostro.— Del uno al diez
¿cuánta hambre tienes? — pregunté mordiendo el
labio.—Hmm... un diez — responde y se adentra al
baño, donde pega mi cuerpo a la puerta mientras
su anatomía me retiene contra de esta.— Suéltalo
—ordena él. Obedezco a su orden y suelto mi
labio, pero Sahir se apodera de él, lo mete en su
boca dándole pequeños mordiscos, después su
lengua busca la mía con desesperación. Me levanta
del suelo y me lleva hasta la regadera, dejando
caer el agua por nuestros cuerpos desnudos y
calientes. Hunde su miembro en mi haciéndome
gritar su nombre una y otra vez, hasta llegar al
orgasmo. Luego de una mañana agitada, nos
fuimos al hospital, pero para mi sorpresa me
encontré con mi primo Alejandro.— ¿Qué hace
aquí? — habla mi subconsciente. Detengo mis
pasos frente a él, mientras Sahir nos mira sin
comprender nada.— Alejandro ¿Qué haces aquí?
— pregunté de la manera más amable que pude.—
Llegué un día antes de lo previsto, y bueno me
dejaste preocupado —me responde.— Am Sahir es
Alejandro, mi primo— se lo presento.— Encantado
Alejandro, imagino que tú eres... —no lo dejo
terminar porque lo interrumpo.— Si, Sahir es el
mismo.— Iba a decir mi cliente, pero ya que te
adelantaste me imagino a que te refieres —añade
él con una media sonrisa.Mierda había metido la
pata, porque siempre me pasa lo mismo que me
adelanto a todo.—Gracias por preocuparte por mi
esposa Alejandro—vuelve a decir Sahir. — Estaré
en la habitación con mi madre habibti—esta vez
me habla a mí. ¿Dónde están los celos que tiene
cuando algún hombre está cerca de mí?, y más
sabiendo que estoy con mi primo del que me había
enamorado de pequeña. Asentí, después me besó
y nos dejó a solas.
Narra Sahir.
No voy a decir que no esté celoso por la presencia
de su primo, pero pensando bien a estas alturas
hacer una escena de esas no tiene sentido, además
todo lo que hemos pasado todo este tiempo me ha
demostrado que solo me pertenece a mí.— Buenos
días, madre —salude al entrar a la habitación
encontrándome a mi hermana.— ¿Qué haces
aquí? —pregunté a Nabila.—No tenía nada que
hacer en la mañana y por eso vine, por cierto ¿y
Hada dónde está?.— Está hablando con su primo
—le conteste.—Vaya hermano, ¿Dónde quedó el
Sahir que conocía que no permitía que ningún
hombre se le acerque a su amada?.—Ese Sahir ya
no existe —añadí.— Hmm Ya veo, al parecer Hada
cambió ese temperamento que te habitaba desde
hace años —dice riéndose.—Eso parece —dije
restándole importancia. El amor que siento por
Hada es dulce, sincera, hermosa, loca y algo
complicada, realmente no la amo con palabras si
no la amo con el alma y si tengo que cambiar por
ella para que esté amor que siento sea lo más
cómodo para Hada lo haré. Soy egoísta y la quiero
solo para mi, pero de vez en cuando dejar que
otros vean la belleza que el mundo ha perdido
porque está conmigo.— Hijo, acércate —dice mi
madre sacándome de mis pensamientos.—Dime
madre.—No sé si podré aguantar mucho tiempo,
me siento muy débil —me informó lo cual me
parte en dos.—Madre, serán solo unos meses,
tienes que ser fuerte, por nosotros y por tu primer
nieto —le suplico mientras acaricio su rostro
pálido. Ella asiente y cierra los ojos. Salgo del lugar
donde estaba, necesito aire porque las palabras
que escuche me estaban dejando sin aliento.—
Sahir... amor —escuchó la voz de Hada a lo lejos,
pero ella está cerca de mí tocando mi hombro.
Me aferro a su cuerpo y la abracé con fuerzas.—Mi
madre me dijo que no puedo aguantar más —le
cuento.— Tranquilo Sahir, ya verás que todo saldrá
bien— dice intentando consolarme besando mi
mejilla.— Nabila está dentro con ella, si quieres
quédate con ellas, yo iré a dar una vuelta necesito
calmarme—le dije.—¿No quieres que te
acompañe? —me pregunto.— Prefiero que te
quedes —agregue tocando su abdomen. Asintió y
me dio un beso en los labios.— Te amo Habibti —
digo antes de que entrara. No es que no quiera
que me acompañe, es solo que no quiero que se
entristezca en su estado. Aprovecho que estoy solo
para organizar un encuentro romántico junto a
Hada, nos lo merecemos después de tanto
sufrimiento y bueno en parte me distraerá un poco
y no pensar en la condición de mi madre.
El plan es mirar el atardecer desde lo alto mientras
la brisa choca en nuestros rostros, después
terminaremos en medio de la arena rodeados de
candelabros.
Narra Hada.
Me siento mal al ver a Sahir en tal estado, lo único
que deseo que Samira sea fuerte hasta el
nacimiento de nuestro hijo.—¿Dónde me llevas
amor? —pregunté a Sahir mientras me tenía en el
coche con los ojos vendados.— Paciencia habibti,
estamos a punto de llegar. Siento que el auto se
detiene, me abre la puerta mientras me coge de la
mano y me ayuda bajar despacio, guía cada paso
que doy, hasta que siento que nos detenemos, su
cuerpo se posiciona detrás de mí, mientras tanto
sus manos desatan el nudo de la tela que cubrían
mis ojos. Lo primero que capta mi vista es un
enorme globo aerostático, mi boca forma una
perfecta "o".— ¿Lista para contemplar el atardecer
desde arriba? — pregunta con una sonrisa.
— Si, pero estoy nerviosa amor, nunca había
volado en un globo aerostático —respondí
emocionada.— Solo déjate llevar, y lo disfrutarás
mucho —añade él. Una vez dentro de este, la
emoción del ascenso, la percepción del
espectáculo, el aire fresco que dirige nuestro
rumbo y las nubes al alcance de las manos es una
sensación increíble. Disfrutar de estas maravillosas
vistas junto al cuerpo de Sahir pegando al mío es
para morirse de amor.
—Nuestro lugar favorito siempre será el cielo
porque ahí es donde te conocí—susurra a mi oído
lo cual causa que mi piel se erice.— Así es amor —
musité. Después de esta emocionante experiencia,
Sahir me dijo que había otra sorpresa, la verdad
que las echaba de menos. En el medio del desierto,
una velada a la luz de la luna rodeada de
candelabros iluminaba esta gran cena que nos
esperaba. Mientras bailamos con los pies descalzos
sintiendo la arena del desierto, Sahir me habla al
oído.— Sabías que el último encuentro que
tuvimos en la cabaña de tus padres mi intención
era dejarte embarazada—suelta sin anestesia
haciendo que su cálido aliento choque en el lóbulo
de mi oreja. Me detengo en seco y lo miré
seriamente.— ¿Qué? —es lo único que puede
decir.
Capítulo 38
Continúa Narrada Hada.
—Así es habibti, tenía intención de que me
llamarás al cabo de un mes y me dieras la noticia
de que íbamos a ser padres, pero esperé los días
como años, pero nunca llegó tu llamada—me
explica.— Te quise llamar en serio Sahir.— Ya
Hada no te preocupes, solo quería que lo supieras
nena — añade él. Después nos fundimos en un
agradable beso, el cual nos llevó hacer el amor en
medio de la arena. Al día siguiente nos
despertamos en nuestra cama, abrazados.—
¿Dormiste bien mi sultana? —pregunta.—Aja
Como un bebé —dije. Nos dimos un baño y nos
alistamos para ir al hospital. Caminamos por largos
pasillos en dirección a la habitación de Samira,
pero mi suegro estaba sentado en las sillas que
había ahí con las manos tapando su rostro.
Un mal presentimiento se instala en mi cuerpo.—
Padre —dice Sahir al verlo. Este levanta su rostro y
nos mira con la cara sumergida en lágrimas.—¿Qué
te ocurre padre? —la voz de Sahir se quiebra.—Tu
madre ha pasado a mejor vida, lo siento hijo—nos
informa mi suegro. Veo como aparecen los
hermanos de Sahir, los cuales abrazan a su
hermano mayor sollozando. Siento que se va a
derrumbar en cualquier momento. La manera en
que lloran los chicos por su madre es algo que
nunca había visto, la sensación de perder a una
madre es la peor experiencia que puede sentir un
ser humano. Las lágrimas salen de mis ojos sin
control alguno, me duele tanto que al final no
pude hacer nada por ella. Sahir entra a la
habitación de Samira mientras yo lo sigo, observé
cómo le quita la sábana blanca que cubría su
cuerpo y rostro, se recuesta a su lado posando su
cabeza en su pecho. Sentí tanta pena por tal acto
de él. Abrace a Nabila que está junto a ellos de
pie.—La perdí Hada, y ahora qué haré sin ella. Sus
palabras se clavan en mi cabeza, no sé cómo
consolarla.—Madre, ¿y ahora?... te dije que fueras
fuerte. Mi hijo nunca conocerá a su abuela—
escuché como Sahir habla con el cuerpo sin vida de
su madre mientras llora. Realmente es muy duro,
demasiado diría yo.—Mi vida, tienes que ser
fuerte... —le digo a Sahir. —Mira a tus hermanos
están abatidos, tienes que ponerte de pie y darles
fuerza, recuerda que tu madre ahora descansa en
paz — sigo diciendo y entonces miro como se
incorpora y me mira con los ojos rojos.—Mi madre
dejó de existir Hada —añade él.—Nunca digas eso
amor, ella existirá en nuestros corazones —
contesté tocando su pecho. Después me abraza
tan fuerte que apenas puedo respirar. El entierro
fue muy duro, ver como Sahir y sus hermanos
menores echaban tierra en la tumba de su madre
ha sido difícil Nabila está a mi lado junto a las
mujeres de la familia, con velos en la cabeza.
Mientras los hombres están delante de nosotras.
Todos se acercan para darnos el pésame. Poco a
poco el cementerio se fue vaciando, pero Sahir aún
está frente a la tumba.—Amor deberíamos irnos —
le dije acercándome a él.—Hada, ella se arrepintió
mucho de todo lo que te hizo—dice Sahir.—Lo se
amor, y yo la perdoné de corazón —añadí.—
Gracias —agradece. —Ahora vámonos —vuelve a
decir limpiando sus lágrimas.
Narra Sahir.
Hay dolores que serán eternos, siempre la
recordaré y se que cada vez que lo haga me dolerá
el corazón. Me gustaría que bajara por un rato del
cielo y me abrazara como solo ella sabe, y sentir el
olor de mi madre que es mejor aroma el cual
reconforta el alma. Se que será duro superar este
duelo, tanto yo como mis hermanos una mitad de
nuestro corazón murió con ella.—Mi vida,
necesitas descansar—escuché la voz de Hada.—
Estoy bien habibti, con todo esto apenas te
pregunté si te sientes bien y si nuestro bebé está
bien —le dije. — Tu hijo y yo estamos bien, pero
preocupados por ti Sahir, apenas dormiste estos
días.—No te preocupes Hada, mi madre ya está
bajo tierra y ahora que su alma descansa en paz
poco a poco iré siendo el mismo.—Donde esté ella
seguro que no quiere ver a sus hijos de esta
manera —añade acariciando el dorso de mi
mano.—Lo se Habibti —le conteste y dejo un beso
en sus labios.
Los días pasaron, y nosotros nos estamos
resignando a su pérdida. Estábamos en el salón
junto a mi padre, entonces Nabila me da una carta
junto a una caja de metal.—Sahir, Hada, esto es
para ustedes mi madre lo dejó encargado antes de
morir. Abro la nota y procedo a leerla en voz alta.
Carta:
Sahir, Hada, lamentó mucho por haberles causado
tanto mal, me arrepentí tanto aquel día que te
fuiste de casa Sahir, me di cuenta en ese momento
que ustedes estaban hechos para estar juntos. No
he muerto, solo me fui antes del recorrido de la
vida, pero seguro que nos encontramos de nuevo.
No vayan a pensar que no conoceré a mi nieto,
porque lo estaré observando desde ahí arriba,
aunque no me vean siempre estaré con ustedes,
con cada uno de mis hijos, y contigo Hada, te
acompañare también porque eres una hija más. En
la caja hay una cadenita con nombre Ali, si aceptan
me gustaría que le llamaran de esta manera. Os
quiero hijos míos. No sé de dónde salió tanta
fuerza que termine de leer esa carta sin que mi voz
se quebrara. Mi esposa junto a mi hermana están
llorando a mar abierto, sonreí mirando a mi padre.
Abro la cajita de metal donde guarda una preciosa
cadena de plata con el nombre de Ali.—Hada —le
llame mostrando la cadena.—A nuestro Ali le
encantará el regalo de su abuela—añade
mirándonos a todos los presentes con los ojos
llenos de lágrimas.
Capítulo 39
Habían pasado seis largos meses, y ahora aquí
estoy en el paritario empujando para dejar salir a
mi bebé, Sahir está a mi lado apoyándome como
hizo todo este tiempo, estuve mimándome todos
los días.—Habibti tú puedes— me anima él
mientras empujo con todas mis fuerzas.—No
puedo en serio— dije, ya que estuve más de
quince horas de parto. — Estoy agotada.
Realmente no puedo más —agregue mirando a
Sahir que me observaba preocupado.—Que
preparen el quirófano de urgencia— escuchamos
decir a la matrona.—¿Qué ocurre? —cuestiona
Sahir.— Las pulsaciones del bebé están bajando, al
parecer tiene el cordón enredado al cuello y hay
sufrimiento fetal. En ese momento la angustia se
adueña de nosotros, noto como el rostro de Sahir
se vuelve pálido.— Está bien— digo mientras
intento calmarlo. Posa un beso en mis labios y me
dice.— Eres una mujer guerrera, sé que saldrás de
esta y me darás a un hijo bello y sano, te amo
habibti— añade él saliendo del paritario, me
tenían que preparar para la cesárea. La epidural no
hacía efecto, así que el anestesiólogo decidió
administrar anestesia general, estar dormida por
completo en el nacimiento de mi hijo eso
supondría no oírlo llorar por primera vez, y me
partía el alma. Empiezo a contar hasta diez, mis
ojos empiezan a pesar y sin llegar al número cinco
ya estaba inconsciente.
Narra Sahir.
Me siento tan impotente al no poder estar al lado
de Hada, el miedo y la preocupación que siento en
este momento me superan, temo a que le pase
algo a la mujer que amo y ni decir de mi hijo.—
Tranquilo cuñado ya verás que todo saldrá bien—
dice Ahmed.—Ya te veré a ti cuando mi hermana
esté dando a luz a un hijo tuyo —conteste
nervioso. Él sonrió.—Déjame decirte que eso será
pronto —añade él emocionado. Espera eso quiere
decir que seré tío.—¿Qué?, ¿en serio?.—
Totalmente Brother. Entonces la figura de mi
hermana se hace presente en ese preciso
momento, le dirijo la mira y la abrazo
fuertemente.— Felicidades —dije abrazándolos a
los dos.— ¿Se lo dijiste Ahmed? —cuestiona
Nabila.— Así es hermana —respondí. — Nuestra
madre estaría feliz por todas estas bendiciones
que estamos viviendo. Ella asintió y después me
abrazó de nuevo. Caminé de un lado a otro, en
espera a que me digan que todo está bien, pero la
espera se hacía interminable. Una hora más tarde
escuchó llamar a los familiares de Hada.—
Felicidades Sr. Al kamal, todo salió bien, su hijo y
esposa está muy bien —añade el médico.
—Gracias al cielo, muchísimas gracias doctor.— No
hay nada que agradecer, en breve podrá estar con
su esposa y el bebé. Nos abrazamos, mi hermana y
Ahmed, felicitándome. Unas lágrimas salen de mis
ojos por la felicidad. Al rato instalan a Hada y a mi
hijo en la habitación.—Habibti — dije
acercándome mientras me enamoré de la imagen
que tenía delante, Hada tiene a nuestro bebé en
brazos. — Soy el hombre más feliz del mundo—
solté besando sus labios.— Y yo la mujer con más
suerte del universo —añade ella. —¿Quieres
cargarlo? — preguntó.— Me da miedo que se me
vaya a caer, sultana mía, está tan pequeño —dije
mirándolo embobado. Hada me ayuda a poner a
mi chiquito en mi regazo.— Bienvenido al mundo
hijo mío, Ali Al Kamal —beso su frente. Ahora sí
puedo decir que mi vida está completa, tengo el
amor de la mujer más maravillosa que he conocido
y un hijo adorable con la mirada de su madre.
Pasaron las semanas y Hada se recuperó, mis
suegros vinieron a visitarnos, y bueno también
para estar presente en la celebración de nuestra
boda que se celebrará en breve. Llegó a casa y
escuché los gritos de Hada, abrí la puerta lo más
rápido que puedo y la veo sollozar
desesperadamente.—Sahir, Ali no está en su
habitación —dice ella.— ¿Como que no está
Hada?, no es posible. Voy a la habitación de mi
hijo y no estaba. Mi celular empieza a sonar y es
Ahmed.—Brother tienes que ir a la terraza del
cuarto de invitado, Yasmin tiene al pequeño Ali y
no sé qué intenciones tienes, pero no parecen
buenas.—Joder... —grité. — Llama a la policía
Ahmed —digo y corro piso arriba. No podía creer
lo que estaban viendo mis ojos.— Yasmin, no lo
hagas... Se gira hacia mí al oír mi voz, mientras
Hada grita por la vida de nuestro hijo, ya que
estaba a punto de lanzarse al vacío con él en
brazos. Nabila sube, me imagino que estaba con
Ahmed fuera cuando vieron a Yasmin en la
terraza.— Hoy moriré con mi hijo, porque este es
hijo tuyo y mío Sahir.— Nooo... estás loca —grita
Hada mientras Nabila la retiene.— Está bien
Yasmin, es nuestro hijo, por eso no le vas a hacer
daño ¿verdad? —le sigo el juego.— Tú sabes muy
bien Sahir que te he amado desde que tengo uso
de razón, te esperé hasta que estuvieras listo, pero
tú te enamoraste de una occidental, te casaste y
ahora aquí estoy dándole fin a mi tormento, a mi
dolor.—Yasmin, por favor no hagas nada de lo que
te puedas arrepentir. Escuchamos las sirenas de las
patrullas de los policías que estaban llegando,
siento como algunos entran a la casa, el resto se
quedan fuera.
— Hay francotiradores alrededor, no hagan ningún
movimiento—me informa el oficial de la policía en
mi oído y después intenté acercarme
lentamente.— Yasmin, vamos hacer algo... Nos
iremos lejos juntos con nuestro hijo, pero para
ellos tienes que bajar de esa silla y aléjate de ahí —
dije según las instrucciones del policía. Ella sonríe
al oír eso de mí, procede a bajar, pero al instante
cambia de parecer y coge impulso para saltar, en
ese momento todo transcurrió a cámara lenta, los
gritos de Hada se escuchan como eco, me apresuro
en saltar por ella para retenerla y no dejarla caer
con mi hijo, un disparo se hace presente y
entonces todo se vuelve negro, todo a mi
alrededor se oscurece.
EPÍLOGO
Nuestras almas están atadas a un hilo tan frágil
que tan solo un movimiento brusco podría ser el
definitivo de nuestra existencia, a veces nos
sacrificamos por nuestros seres queridos, pero es
mejor cerrar los ojos para siempre y salvar la vida
de las personas que amamos.
En mi caso hubiera muerto por mi hijo sin duda
alguna, cualquier padre lo haría. El disparo fue
directo al hombro de Yasmin, por el impacto soltó
a mi hijo el cual atrape con mis manos antes de
que su cuerpecito cayera al suelo, cerré los ojos
suplicando que no saliera lastimado de todo esto.
Lo atraigo a mi pecho cubriéndolo con mis brazos,
mientras la anatomía de Yasmin caía a mi lado
desangrando.— Estas bien mi amor, lo estas, digo
una y otra vez temblando mientras beso su
diminuto rostro. Hada se tira al suelo cerca de
nosotros y coge a Ali, llorando.— Todo paso
habibti —limpie sus lágrimas mientras ella mira a
nuestro hijo. Yasmin sobrevivió al tiroteo, pero
está encerrada en un hospital psiquiátrico, ya que
su mente necesita ayuda.
Un mes después...
Narra Hada.
Tal vez este final feliz no incluya a muchas
personas que he ido conociendo desde que he
pisado las tierras de Oriente, pero lo que sí estoy
segura de que me basta con mi esposo y mi hijo a
mi lado, que todo lo doloroso se quede en un mal
recuerdo y que no influya en nuestro presente ni
mucho menos en el futuro. Amo a mi árabe con
locura y no lo cambiaría ni por todo el oro del
mundo, siempre seré suya y él siempre será mío.
Aquí me encuentro a más de doce mil metros de
altura celebrando mi boda, tal y como me había
prometido Sahir. Un jet privado está decorado con
hermosas flores blancas acompañadas de rosas,
donde nuestros seres más cercanos son testigos de
nuestro amor y felicidad.— Recuerdo aquel día
que regrese a Abu Dhabi me miraste
descaradamente mordiéndote el labio, en ese
preciso instante supe que eras para mi Hada, y hoy
puedo decir que no me arrepiento de nada, ni de
haberte sonreído en ese momento, ni tampoco de
mirarla e incluso no me arrepiento de haberte
hablado mientras tú me provocabas con tus
palabras... el tiempo que lleva mos juntos me has
demostrado lo importante que eres para mi, te
prometo habibti que haré todas tu mañanas
cálidas, tus días llenos de ternura y las noches
largas, te amo Hadassah, mi Hada —dice Sahir
frente a todos mientras estaba parada junto a él
sujetándome las manos. No pude evitar las
lágrimas, me sentía plena con sus palabras, feliz de
cómo me miraba, y orgullosa de ser su esposa.—
Contigo aprendí que el amor puede ser difícil en
ocasión, pero también bondadoso. Me enseñaste
que la cultura y las creencias de uno mismo no
interfiere en la hora de amar a otro ser humano,
me enseñaste que la vida es hermosa, también
aprendí de ti que el amor no le gusta la maldad, y
también puede entender que no hay amores
imposibles que todo es posible si uno lucha por
ello, hoy a más de diez mil metros de altura quiero
agradecerte por el hermoso hijo que me diste,
también quiero que sepas que te amare por
siempre, siempre seré tu habibti y tú serás mi
habibi —respondí a sus palabras donde después
acaba en un beso lento. Los invitados aplauden,
haciendo que en el jet se inundara de las risas y la
felicidad de todos.—El Capitán Fernández, junto a
la tripulación les deseamos a los Señores Al Kamal
un matrimonio feliz —escuchamos cómo habla el
piloto. El avión aterrizó en Turquía, donde la fiesta
seguía. Después los invitados que asistieron
regresaron, Nabila y Ahmed se quedaron con Ali y
así poder disfrutar una luna de miel increíble en
Grecia. No duró más de dos semanas porque
echamos de menos a nuestro bebé, pero esos
catorce días fueron pura magia junto a Sahir.—
Habibiti ya estoy en casa —escuché la voz de Sahir
mientras observo como Ali gatea hacia su padre.
Nuestro bebé ya tenía ocho meses los cuales
pasaron muy rápido.—¿Qué es eso que tienes en
las manos? —dije nada más verlo.— Una nueva
compañera para mis leonas — responde con una
amplia sonrisa.—Sácalo de aquí Sahir —grité
aterrada pero la verdad que exageré solo era una
cría de unos días de nacida. Él suelta una carcajada
y corre detrás de mí por toda la casa para
ponérmela encima.— Vamos sultana no te va a
hacer nada —habla mientras me sigue y el
pequeño Ali sonríe por el espectáculo que estaba
viendo de sus padres.— Dije que no Sahir, sácalo
de aquí, que en breve llegará tu hermana con el
nuevo bebé —le pido con la respiración agitada.
Entonces me doy cuenta de que deja de
perseguirme y se dirige a nuestro hijo donde Ali
juega con la leona como si estuviera jugando con
un juguete.— Sahir, aléjalo de Ali —le pido desde
lejos.— Nuestro hijo tiene los genes de su padre —
añade con orgullo.— Ya veo... —dije con sarcasmo.
Entonces el timbre suena, anunciando la llegada
de mi cuñada. — Bienvenidos —añadí nada más
abrir la puerta a mis invitados.—¿Qué ocurre
Hada?, estás pálida —cuestiona Nabila.—Tu
hermano y sus mascotas —conteste señalando con
la cabeza en dirección a ellos.— Hmm...ya veo —
dice ella con una sonrisa.— Brother, no me digas
que te compraste otra fierecilla —habla Ahmed al
verlo dirigiéndose donde esta Sahir y Ali. Nabila y
yo suspiramos.— Dame a mi sobrino favorito —
cogí en brazos al pequeño Ismael.Al rato me metí a
la cocina para terminar de cocinar con ayuda de
Nabila, después escucho como entra Sahir
diciéndole a su hermana que Ismael estaba
llorando, seguramente tenía hambre.Nos
quedamos solos, Sahir enreda sus brazos por mi
cintura pegando su cuerpo al mío, dejando besos
en mi cuello.— Hada te deseo —habla en mi
oído.— ¿Ahora? —pregunté sorprendida porque
su miembro lo sentía clavado en mi espalda, eso
significaba que me deseaba, pero en nuestra
cama.— Aja Ahora mismo quiero hundirme en ti —
musita haciendo que mi piel se erice.— Amor, pero
tenemos invitados —añadí intentando borrar esa
idea de la cabeza. Él suspira y me suelta, pero yo
actuó más rápido y lo agarro de su torso luego me
paro frente a él.— Esta noche dejaré que me hagas
otro hijo —dije con una sonrisa, lo cual Sahir se lo
iluminaron los ojos al oír eso de mí ya que lleva
pidiéndome otro bebé desde la luna de miel.
— TE AMO HADA.
—TE AMO SAHIR.